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domingo, 30 de noviembre de 2014

Venezuela, la lección que nunca aprendió, @carlosvilchezn


Por Carlos Vilchez Navamuel, 28/11/2014

Luego de haber concluido la reunión de la OPEP en Viena y dado a conocer la noticia de que los países que conforman ese grupo no bajarán su producción de petróleo, el periódico digital PRODAVINCI publicó un extenso artículo escrito por Víctor Salmerón titulado ¿A dónde van los precios del petróleo tras la decisión de la OPEP?

Por su contenido en lo referente a Venezuela hemos destacado varios párrafos que los dejaran asombrados. Salmerón nos explica entre otras cosas que “Después de la dolorosa experiencia de los años ochenta, los países petroleros entendieron la necesidad de no gastarlo todo cuando el precio del barril se dispara y ahorrar una porción importante del ingreso, a fin de no someter a la población a penosos ajustes, en caso de que el oro negro pierda brillo”.

En su artículo Salmerón nos informa lo que hicieron algunos productores de petróleo con sus voluminosas entradas: “Hay datos del Sovereign Wealth Fund Institute que registran que al cierre de septiembre de este año el fondo de ahorros de Noruega contaba con 893 mil millones de dólares, el de Emiratos Árabes Unidos tiene 893 mil millones, Arabia Saudita cuenta con 757 mil millones, Kuwait 410 mil millones, Qatar 170 mil millones, Rusia 88 mil millones, Argelia 77 mil millones, Libia 66 mil millones e Irán 62 mil millones“.

Sin embargo señala que este no ha sido el caso de Venezuela y que esta nación no aprendió la lección “Entidades financieras y firmas especializadas proyectan que el Gobierno venezolano podría disponer de aproximadamente unos 12 mil millones de dólares en sus distintos fondos. Pero se trata de cifras extraoficiales, que no han sido suministradas formalmente por la administración de Nicolás Maduro”. Y agrega en su escrito que “La balanza de pagos que publicó el Banco Central registra que entre 2005 y 2013 (asumiendo un estimado para el último trimestre) que “El país obtuvo por exportaciones petroleras 641 mil 872 millones de dólares. Pero el Fondo de Estabilización Macroeconómica, esa alcancía formalmente constituida para ahorrar, sólo cuenta con 3 millones de dólares”. http://prodavinci.com/2014/11/27/economia-y-negocios/a-donde-van-los-precios-del-petroleo-tras-la-decision-de-la-opep-por-victor-salmeron/

Con esto se confirma la irresponsabilidad de este gobierno chavista, el tiempo le da la razón a aquellos que pronosticaban lo que se venía al instaurar el socialismo del siglo XXI, todo se hizo al revés, nunca antes en la historia venezolana esta nación había recibido tanto dinero y nunca antes experimentó tal desorden administrativo, tanta corruptela, devaluaciones gigantescas, inflaciones que han batido el récord mundial y nunca antes el pueblo venezolano sufrió del desabastecimiento de productos de primera necesidad como lo padece hoy día, en pocas palabras podemos afirmar sin temor a equivocarnos una triste realidad que pensamos se podría resaltar así: EL GOBIERNO CHAVISTA HA SIDO UN VERDADERO DESASTRE.


Carlos Vilchez Navamuel
http://www.carlosvilcheznavamuel.com/
@carlosvilchezn

Comunicado de la Asamblea de Investigadores del IVIC sobre Reforma de Ley del IVIC



25/11/2014
La Asamblea de Investigadores del IVIC, conformada por el Director, Subdirector y los (las) investigadores (as), en reunión extraordinaria del 21 de noviembre de 2014 discutió la propuesta de reforma de la ley del IVIC aprobada en primera discusión en la Asamblea Nacional. Producto de esta Asamblea y de manera mayoritaria decidió rechazar el mencionado proyecto de ley basado en las siguientes consideraciones:

1. El día martes 18 de noviembre de 2014 se produjo en sesión plenaria de la Asamblea Nacional la aprobación, en primera discusión, de una propuesta de reforma de la ley del IVIC, la cual contempla la eliminación del IVIC para ser refundado como IVECIT, con propósitos y fundamentos diferentes, según reza en la exposición de motivos y en el contenido del proyecto.

2. En la exposición de motivos de este proyecto de ley se argumenta que el mismo ha sido fruto de ingentes consultas previas, tanto a los proyectistas técnicos como al componente político y al poder popular. No obstante, la Comisión permanente de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Asamblea Nacional no consultó al respecto al Director, Subdirector, Consejo Directivo del IVIC, Asamblea de Investigadores, ni a las distintas agrupaciones gremiales que hacen vida en el instituto. Por esta razón fundamental, este proyecto carece de la opinión de los primeros interesados en el devenir académico del IVIC, que son sus autoridades y personal científico.

3. La Asamblea de Investigadores rechaza la eliminación del nombre del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), ya que el mismo posee un prestigio nacional e internacional muy alto, ganado en función del trabajo de todos los que a lo largo de casi 56 años han hecho y ahora hacemos vida en el instituto. El nombre IVIC es un patrimonio nacional intangible de muy alto valor para nuestro país.

4. La organización institucional propuesta en el proyecto de reforma de la ley del IVIC representa una regresión desde un punto de vista académico, ya que en él se elimina la figura del investigador científico y se le sustituye por la creación de un personal científico sin metas claras. Con este proyecto de ley se elimina la figura de grupos de investigación, atomizando los distintos proyectos que se desarrollan en el IVIC desde su creación, al obligar, en su artículo 39, a todo miembro del personal científico a ser responsable de al menos un proyecto de investigación. Esto refleja el desconocimiento total del quehacer científico. Un proyecto de investigación bien sustentado y con posibilidades de éxito no es posible si el profesional de la ciencia responsable del mismo no ha cumplido con una formación que generalmente ocupa muchos años de su carrera. Si bien consideramos que existen en la comunidad del IVIC personas con alto nivel de formación académica que podrían dirigir, sin problemas proyectos de investigación, sin ser necesariamente investigadores de carrera, para ello debería tomarse en cuenta la especialidad y la experiencia. Consideramos comedidamente que las capacidades de investigación no se decretan, sino que se desarrollan.

5. El proyecto de ley ignora por completo la democracia participativa, a pesar de estar explícitamente mencionada en su artículo 2. Se elimina la consulta de cualquier tipo para la designación del Director del Instituto. Se elimina el requerimiento de que el Subdirector (o en este caso, los tres subdirectores) deba ser Investigador del Instituto. La Autoridad Nacional con competencia en materia de Ciencia, Tecnología, Innovación y sus Aplicaciones se convierte en el único ente que designa al Director, a tres Subdirectores y dos representantes ante el Consejo Directivo (6 de 9 miembros).

6. El Centro de Estudios Avanzados, el centro más importante de formación de investigadores del país, es ignorado por completo en el proyecto de ley. Existe referencia genérica a los estudiantes en sus distintas modalidades pero no se mencionan los estudios de postgrado ni mucho menos al ente que los debe coordinar y supervisar.

7. Que el IVIC trabaje en silencio sin propaganda amarillista no significa que no trabaja por y entre las comunidades. No existe un proyecto en el IVIC que no tenga un fin social, cuyo objetivo final no sea la construcción de un mundo mejor. Históricamente lo estudios que lo han permitido ha contado con la participación de muchas comunidades, y las ha tenido como su norte para la ejecución de sus proyectos: en salud, educación intercultural, historia, ecología humana, etc. Por ejemplo, el Centro de Antropología, de Ecología y otros centros biomédicos han realizado estudios para apoyar, asesorar, acompañar y evaluar diversas situaciones graves de salud pública, en diversos grupos étnicos (Jotï, Eñepa, Yek’wana, Yabarana, Mapoyo, Piaroa, Yanomami, Kariña, Warao). Entre la década de los 70 hasta hoy, podemos enumerar decenas de proyectos a favor de los grupos menos favorecidos en Venezuela.

8. El proyecto de ley representa una regresión con respecto a los derechos sociales de los trabajadores del instituto. La ley vigente del IVIC establece claramente los mecanismos especiales de jubilación de los investigadores y es una aspiración justa que la nueva ley extienda los beneficios de jubilación especial para el resto del personal científico del IVIC, ya que el personal administrativo y obrero tiene sus propios regímenes establecidos por las leyes especiales que le son aplicables.

9. Resulta miope pensar que los grandes problemas que el país afronta en el siglo XXI, el siglo de la información, tengan soluciones artesanales. Hemos apoyado y apoyamos activamente la difusión de la ciencia a todo nivel y la participación popular en la creación de conocimientos. Privar de los beneficios del conocimiento científico a quienes más lo necesitan sólo actúa a favor de quienes si conocen muy bien el inmenso poder de la ciencia y la tecnología. Por tanto, consideramos que el mencionado proyecto de Ley, al destruir al IVIC, ocasiona un daño inconmensurable a los mejores intereses de la República Bolivariana de Venezuela. Esta Asamblea de Investigadores solicita que dicho proyecto sea retirado en las siguientes deliberaciones de la Asamblea Nacional, y solicita una amplia discusión de la reforma a la Ley existente.

Recibido por correo electrónico

Informe Otalvora: Maduro cubaniza el país con nuevas leyes, @ecotalvora



Por Edgar C. Otalvora, 25/11/2014

Caracas.- Un salto adelante hacia el control absoluto del Estado lanzó el régimen venezolano mediante un paquete de leyes dictadas por Nicolás Maduro. Varias decenas de medidas confirman la alianza del chavismo con la élite militar, ratifica su esquema de economía estatista en procura de capital extranjero al estilo cubano, y deja en evidencia el desespero oficial por aumentar sus ingresos a cuenta de los bolsillos privados.

La noche del 19NOV14, en el salón Simón Bolívar del Palacio de Miraflores, Maduro reunió a los altos jerarcas del régimen, ministros, parlamentarios y jefes de los poderes públicos nacionales. Como era de esperarse, no había presencia de representantes de fuerzas políticas distintas del oficialismo. Sin embargo, a pocos metros del mandatario fue colocado uno de los espalderos presidenciales, quien dirigía su mirada a los asistentes al acto que era televisado en vivo.

Durante el evento, Maduro firmó decenas de leyes, parte de un paquete de normas legales redactadas por el Gobierno y dictadas por el mandatario, sin trámite legislativo, en razón de una “ley habilitante” que le fuera aprobada por la mayoría parlamentaria chavista el 19 de noviembre. Si bien esa “ley habilitante” fue aprobada para dictar leyes “contra la corrupción y la guerra económica desatada contra la Patria”, el instrumento ha sido utilizado por Maduro para crear una estructura legal que deja sin poder las instancias de Gobierno estatal y municipal, refuerza las instancias comunales controladas por el Gobierno, crea una estructura de espionaje interno y reorienta el aparato militar.
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Durante el mes de noviembre, a pocos días de finalizar la vigencia de la “ley habilitante”, Maduro dictó más de medio centenar de leyes. La mayoría de ellas, pasada casi una semana, aún no habían sido publicadas y, por lo tanto su contenido era desconocido para la población. La legislación dictada por Maduro impacta sobre toda la vida de la sociedad venezolana y su contenido nunca fue objeto de divulgación y debate, ni siquiera entre altos cuadros del régimen.
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Mediante la ley denominada de “Seguridad de la Nación”, Maduro crea una nueva policía política con las siglas SP3. Será el “centro integrado para procesar esa información que se obtendrá de esa inteligencia en conjunto con agentes especializados”, explicó la almirante Carmen Meléndez, ministra de Relaciones Interiores. Se trata de un “sistema” que estará bajo la jefatura de un “comandante” y un “estado mayor”, que conectará a los grupos de base controlados por el chavismo (comunas, consejos comunales, “movimientos sociales”, etc.) con los diversos organismos militares y policiales (desde el Ejército, la Guardia Nacional, la Guardia Presidencial o la policía política Sebin). En la práctica es un esquema de espionaje interno a manos de los cuadros políticos del régimen. Confirmando la ausencia de independencia de los poderes públicos en Venezuela, la ley dictada por Maduro incluye incluso al Consejo Nacional Electoral como parte de este “sistema” de control policial. El SP3 contará con su propia instancia operativa que actuará como “centro integrado de procesamiento de información”. Las connotaciones políticas de esta instancia policial fueron debidamente resaltadas por Maduro y Meléndez. El SP3 derrotará la “amenaza paramilitar que se ha metido por culpa de la derecha en nuestro país”, afirmó Maduro el 19 de noviembre. Su ministra confirmó que el sistema busca hacer frente a eventos como las protestas registradas en Venezuela a principios del año 2014, las cuales durante una entrevista televisada el 20 de noviembre en el canal VTV, Meléndez calificó como “terroristas”.
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En copia del funcionamiento del Gobierno cubano, Maduro reformó la Ley de la Administración Pública para crear las “vicepresidencias sectoriales”, figura no contemplada en la Constitución vigente.

A los efectos del “socialismo territorial”, el país queda dividido en regiones de desarrollo integral, zonas de desarrollo estratégico, distritos motores, zonas económicas especiales, zonas de conocimiento productivo. El presidente podrá crear otras “figuras organizativas” y ordenar regímenes tributarios especiales para atraer inversiones. Maduro dictó igualmente una ley de inversiones extranjeras que junto a las zonas especiales de desarrollo, son remedos de las actuales recetas del régimen cubano.
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Las nuevas divisiones territoriales creadas por Maduro se sobreponen sobre estados y municipios, restándole la capacidad de gestión a esas instancias.

Los gobiernos municipales pierden su autoridad en materia de servicios urbanos, es decir, su razón de ser. La ley sobre “Desarrollo Socio-productivo de la Patria”, alegando “el derecho a la ciudad consagrado en la construcción del socialismo” establece que el equipamiento y los servicios urbanos pasan a manos del Gobierno nacional. Los gobernadores y alcaldes (electos popularmente…) “podrán elaborar planes de equipamiento urbano” pero su ejecución dependerá de la aprobación de un ministerio. Incluso las decisiones sobre uso del suelo, materia típicamente municipal, fue tomada por Maduro y entregada a las funciones de un ministerio.
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La Ley para “gestión comunitaria”, parte del paquete de leyes de Maduro, amplia la transferencia de recursos en detrimento de las instancias municipales y a favor del “Poder Popular” (inexistente en la Constitución) y que está formado por la red de comunas, consejos comunales y “empresas sociales” controladas por el chavismo a través del Ministerio de las Comunas, encabezado por Elias Jaua.

En medio de los preparativos para los comicios legislativos del año 2015, el régimen chavista ha definido el “poder popular” reconocido y financiado por el Estado, como una de las llaves operativas para su campaña. Mediante la Ley de financiamiento a “las organizaciones de base del Poder Popular”, Maduro dispone un mecanismo para financiar “emprendedores” de los consejos comunales, comunas, empresas de propiedad social, unidades productivas familiares y “sistemas de trueque” (sic!!!). Los recursos estatales, supuestamente reembolsables, serán drenados por el “Banco del Pueblo Soberano” y por el “Fondo de Desarrollo Microfinanciero” (bajo control de Jaua) y podrán ser destinados a una extensa gama de objetivos: formación para el trabajo, compra de vehículos, capital de trabajo, salud comunal o “esparcimiento y recreación”.
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Las nuevas leyes amplían los ya masivos controles sobre la actividad económica privada. La ley del “Sistema Nacional Integral Agroalimentario” consagra el sistema de controles y permisos para la movilización de insumos y productos en toda la cadena, incluyendo el mercadeo al detalle. Esa ley crea además un “sistema de registro integral de “procesos, actores y sectores” del sector agrícola. Una ley con apariencias de promover la libre competencia económica también fue dictada por Maduro, bajo el título de “Ley Antimonopolio”. La misma no será aplicada a las empresas del Gobierno o aquellas que pertenezcan al “poder popular”. La ley prohíbe prácticas que limiten la “competencia económica”, pero igualmente aquellas que afecten la “democratización” en la producción. La confiscación, sin proceso de defensa del acusado, fue establecida en la “Ley de Precios Justos” en casos de “contrabando de extracción”.
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Las leyes de Maduro incluyen la creación de decenas de nuevos organismos burocráticos, muchos de los cuales no reemplazan a los preexistentes sino que se suman a la larga lista de entidades oficiales. Una breve lista de los nuevos organismos: Sistema Popular de Protección de la Paz (SP3), Cuerpo Nacional contra la Corrupción, Policía Nacional Anticorrupción, Coordinación General Nacional de Misión Agrovenezuela, Superintendencia Antimonopolio, consejos de gestión para cada zona de desarrollo estratégico, Consejo de Planificación Comunal, brigadas mineras, Fondo Social para la Minería, entre otros.
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Con un inocultable sentido fiscalista, pero con un impacto directo en la capacidad de movilización de la población, Maduro decidió encarecer la emisión de pasaportes, quitándoles su condición de documento de identidad y calificándolo como “documento de viaje”. La tarifa para la emisión del pasaporte subió de US$141 a US$231 (equivalencia en tasa oficial de cambio). La búsqueda de más ingresos no se olvidó de pechar agresivamente bienes negativos: el impuesto a la manufactura de cigarrillos y otros de tabaco fue incrementada a 70% y exigen a los fabricantes el pago del tributo antes de poner en circulación el producto. La tasa de impuesto a los licores subió de 20% a 50%. Con las universidades privadas en la mira, Maduro dictó una reforma tributaria que elimina las exoneraciones que beneficiaban a fundaciones privadas.
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La legislación militar también fue objeto de cambios por las leyes dictadas por Maduro. Sobre el tema nos enfocaremos en el próximo Informe Otálvora.



La inequidad, una bomba para América Latina, por @MirraBanchon

Mirra Banchón, desde Estrasburgo 27 de noviembre

Para una América Latina que crece económicamente, su desigualdad –la mayor del mundo– es una bomba de tiempo. “A medida que crece la desigualdad, crece la violencia en las ciudades, crece la criminalidad”, explicó a DW Eduardo López Moreno, de ONU-Hábitat, en la presentación de su estudio Construcción de ciudades más equitativas. Políticas públicas para la inclusión.

Una inequidad notoria en todo el continente ha detectado López Moreno, especialista en geografía, sociología y arquitectura urbanas. En su estudio analizó índices y estadísticas de 320 ciudades latinoamericanas y caribeñas a lo largo de dos décadas.

Crecimiento, pobreza, equidad

Si estaba comprobado que el aumento del ingreso no crea necesariamente bienestar, este estudio resalta que –contrariamente a lo que se afirma– si crece la pobreza, no necesariamente crece la violencia.

“No existe relación estadística entre crecimiento económico y desigualdad. Hay países que crecieron y redujeron desigualdad. Otros, con porcentajes de crecimiento similares, crecieron, pero aumentaron la desigualdad. Y otros que dejaron de crecer: unos aumentaron en desigualdad, otros no. Lo que sí está comprobado es que si crece la desigualdad, aumenta la criminalidad. Por otro lado, las ciudades pueden ser pobres, pero no criminales”, explica López Moreno.

Además, si bien América Latina ha logrado combatir la pobreza, no puede anotarse grandes logros en el combate de la desigualdad. Comparando los resultados de las ciudades latinoamericanas en las últimas dos décadas –no los índices nacionales-, López Moreno afirma: “excepto Perú y Uruguay, que están en el límite, todo el resto está en la parte roja del termómetro”. Es decir, 25 por ciento de las ciudades en América Latina se enfrentan a una desigualdad moderada pero alta, 26 por ciento a una alta y 22 por ciento a una muy alta.

Las murallas, el ejemplo

“En las ciudades latinoamericanas, ricos y pobres muchas veces están físicamente en lugares contiguos pero separados por muros, separados por guardias, separados a veces por violencia social”, apunta el investigador. 

En el detallado estudio –financiado por el CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, y la Fundación Avina– , se compara el aumento de la desigualdad y sus peligros con la agudización de barrios amurallados:

“Aunque los espacios cerrados han sido marca de privilegio y estatus, sirven según sus creadores para preservar los valores del suelo. Recientemente se están expandiendo a zonas de ingresos medios y bajos en muchas zonas. En Guatemala, por ejemplo, una cantidad sustancial de colonias y barrios de clase media y baja, que iniciaron su vida como barriadas de trabajadores, también han cerrado accesos, dado el incremento de los robos, drogas, secuestros y homicidios”.

Reducir la pobreza no basta

Según el investigador, una de las fuentes de que la pujante Latinoamérica siga siendo la región más desigual del mundo, es que se sigue confundiendo pobreza con desigualdad. “Y son dos cosas muy diferentes. Esto tiene que ver con el número de veces que el rico gana más que el pobre”. En Brasil –el país más desigual- esto es 49 veces; en Perú –el menos desigual-, 15”. Ambos, con todo, han logrado reducir la desigualdad.

Por otro lado, en Ecuador y Colombia –países de alto crecimiento y que han logrado reducir la pobreza–, entre 1989 y 2010 la inequidad aumentó. En este último, donde más del 40 por ciento de la población vive en las ciudades, “el proceso de paz va a funcionar en la medida que las ciudades funcionen, en la medida en que haya políticas de integración entre el campo y la ciudad, ambos con altos índices de desigualdad”, afirma el especialista.

Un estallido social

¿Qué genera la desigualdad? En cada caso es diferente: “Puede ser educación, oportunidades, accesos a recursos, puede ser magra infraestructura, falta de conectividad. Se requiere de estudios más focalizados que ya no contemplen a la nación toda, sino que se vayan a cada ámbito específico, a cada lugar geográfico, a cada espacio cultural”, afirma el especialista de ONU-Hábitat.

Según lo afirmó en la Asamblea EuroLatinoamericana en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, la organización espera –con vistas a los nuevos objetivos de desarrollo a partir del 2016- elaborar junto con la cooperación europea y los países latinoamericanos pactos y operativos específicos.

¿Y si no se hace nada, si no se combate la desigualdad? “La principal amenaza es el estallido social, a corto y mediano plazo”, responde a DW López Moreno. “Esto primero va a generar violencia, la violencia pérdida de institucionalidad, ésta pérdida de confianza, erosión de las instituciones y una visión un poco catastrófica del desarrollo. Hay que entender que la desigualdad conspira contra el desarrollo de los países”.


PAULO DE TARSO, LA LEY Y LA FE

Benedicto XVl 19 de noviembre de 2008

En el camino que estamos recorriendo bajo la guía de san Pablo, queremos ahora detenernos en un tema que está en el centro de las controversias del siglo de la Reforma: la cuestión de la justificación. ¿Cómo llega a ser un hombre justo a los ojos de Dios? Cuando Pablo encontró al resucitado en el camino de Damasco era un hombre realizado: irreprensible en cuanto a la justicia derivada de la Ley (cfr Fil 3,6), superaba a muchos de sus coetáneos en la observancia de las prescripciones mosaicas y era celoso en conservar las tradiciones de sus padres (cfr Gal 1,14). La iluminación de Damasco le cambió radicalmente la existencia: comenzó a considerar todos sus méritos, logros de una carrera religiosa integrísima, como “basura” frente a la sublimidad del conocimiento de Jesucristo (cfr Fil 3,8). La Carta a los Filipenses nos ofrece un testimonio conmovedor del paso de Pablo de una justicia fundada en la Ley y conseguida con la observancia de las obras prescritas, a una justicia basada en la fe en Cristo: había comprendido que cuanto hasta ahora le había parecido una ganancia, en realidad frente a Dios era una pérdida, y había decidido por ello apostar toda su existencia en Jesucristo (cfr Fil 3,7). El tesoro escondido en el campo y la perla preciosa en cuya posesión invierte todo lo demás ya no eran las obras de la Ley, sino Jesucristo, su Señor.
       
La relación entre Pablo y el Resucitado llegó a ser tan profunda que le impulsó a afirmar que Cristo no era solamente su vida, sino su vivir, hasta el punto de que para poder alcanzarlo incluso la muerte era una ganancia (cfr Fil 1,21). No es que despreciase la vida, sino que había comprendido que para él el vivir ya no tenía otro objetivo, y por tanto ya no tenía otro deseo que alcanzar a Cristo, como en una competición atlética, para estar siempre con Él: el Resucitado se había convertido en el principio y el fin de su existencia, el motivo y la meta de su carrera. Sólo la preocupación por el crecimiento en la fe de aquellos a los que había evangelizado y la solicitud por todas las Iglesias que había fundado (cfr 2 Cor 11,28) le inducían a desacelerar la carrera hacia su único Señor, para esperar a los discípulos, para que pudieran correr a la meta con él. Si en la anterior observancia de la Ley no tenía nada que reprocharse desde el punto de vista de la integridad moral, una vez alcanzado por Cristo prefería no juzgarse a sí mismo (cfr 1 Cor 4,3-4), sino que se limitaba a correr para conquistar a Aquél por el que había sido conquistado (cfr Fil 3,12).
       
A causa de esta experiencia personal de la relación con Jesús, Pablo coloca en el centro de su Evangelio una irreducible oposición entre dos recorridos alternativos hacia la justicia: uno construido sobre las obras de la Ley, el otro fundado sobre la gracia de la fe en Cristo. La alternativa entre la justicia por las obras de la Ley y la justicia por la fe en Cristo se convierte así en uno de los temas dominantes que atraviesan sus cartas: “Nosotros somos judíos de nacimiento y no gentiles pecadores; a pesar de todo, conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la Ley sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la Ley, pues por las obras de la ley nadie será justificado” (Gal 2,15-16). Y a los cristianos de Roma les reafirma que “todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús” (Rm 3,23-24). Y añade: “Pensamos que el hombre es justificado por la fe, independientemente de las obras de la Ley” (Ibid 28). Lutero tradujo este pasaje como “justificado sólo por la fe”. Volveré sobre esto al final de la catequesis. Antes debemos aclarar qué es esta “Ley” de la que hemos sido liberados y qué son esas “obras de la Ley” que no justifican. La opinión –que se repetirá en la historia–, según la cual se trataba de la ley moral, y que la libertad cristiana consistía, por tanto, en la liberación de la ética, existía ya en la comunidad de Corinto. Así, en Corinto circulaba la palabra “panta mou estin” (todo me es lícito). Es obvio que esta interpretación es errónea: la libertad cristiana no es libertinaje, la liberación de la que habla san Pablo no es liberarse de hacer el bien.
       
¿Pero qué significa por tanto la Ley de la que hemos sido liberados y que no salva? Para san Pablo, como para todos sus contemporáneos, la palabra Ley significaba la Torá en su totalidad, es decir, los cinco libros de Moisés. La Torá implicaba, en la interpretación farisaica, la que había estudiado y hecho suya Pablo, un conjunto de comportamientos que iban desde el núcleo ético hasta las observancias rituales y cultuales que determinaban sustancialmente la identidad del hombre justo. Particularmente la circuncisión, la observancia acerca del alimento puro y generalmente la pureza ritual, las reglas sobre la observancia del sábado, etc. Comportamientos que aparecen a menudo en los debates entre Jesús y sus contemporáneos. Todas estas observancias que expresan una identidad social, cultural y religiosa, habían llegado a ser singularmente importantes en el tiempo de la cultura helenística, empezando desde el siglo III a.C. Esta cultura, que se había convertido en la cultura universal de entonces, era una cultura aparentemente racional, una cultura politeísta aparentemente tolerante, que ejercía una fuerte presión de uniformidad cultural y amenazaba así la identidad de Israel, que estaba políticamente obligado a entrar en esta identidad común de la cultura helenística con la consiguiente pérdida de su propia identidad, perdiendo así también la preciosa heredad de la fe de sus Padres, la fe en el único Dios y en las promesas de Dios.
       
Contra esta presión cultural, que amenazaba no sólo a la identidad israelita, sino también a la fe en el único Dios y en sus promesas, era necesario crear un muro de distinción, un escudo de defensa que protegiera la preciosa heredad de la fe; este muro consistía precisamente en las observancias y prescripciones judías. Pablo, que había aprendido estas observancias precisamente en su función defensiva del don de Dios, de la heredad de la fe en un único Dios, veía amenazada esta identidad por la libertad de los cristianos: por esto les perseguía. En el momento de su encuentro con el Resucitado entendió que con la resurrección de Cristo la situación había cambiado radicalmente. Con Cristo, el Dios de Israel, el único Dios verdadero, se convertía en el Dios de todos los pueblos. El muro –así lo dice Carta a los Efesios– entre Israel y los paganos ya no era necesario: es Cristo quien nos protege contra el politeísmo y todas sus desviaciones; es Cristo quien nos une con y en el único Dios; es Cristo quien garantiza nuestra verdadera identidad en la diversidad de las culturas, y es él el que nos hace justos. Ser justo quiere decir sencillamente estar con Cristo y en Cristo. Y esto basta. Ya no son necesarias otras observancias. Por eso la expresión "sola fide" de Lutero es cierta si no se opone la fe a la caridad, al amor. La fe es mirar a Cristo, encomendarse a Cristo, unirse a Cristo, conformarse a Cristo, a su vida. Y la forma, la vida de Cristo es el amor; por tanto creer es conformarse con Cristo y entrar en su amor. Por eso san Pablo en la Carta a los Gálatas, en la que sobre todo ha desarrollado su doctrina sobre la justificación, habla de la fe que obra por medio de la caridad (cfr Gal 5,14).
       
Pablo sabe que en el doble amor a Dios y al prójimo está presente y cumplida toda la Ley. Así en la comunión con Cristo, en la fe que crea la caridad, toda la Ley se realiza. Somos justos cuando entramos en comunión con Cristo, que es amor. Veremos lo mismo en el Evangelio del próximo domingo, solemnidad de Cristo Rey. Es el Evangelio del juez cuyo único criterio es el amor. Lo que pide es sólo esto: ¿Tú me has visitado cuando estaba enfermo? ¿Cuando estaba en la cárcel? ¿Me has dado de comer cuando tenía hambre, o me has vestido cuando estaba desnudo? Y así la justicia se decide en la caridad. Así, al término de este Evangelio, podemos decir: sólo amor, sólo caridad. Pero no hay contradicción entre este Evangelio y san Pablo. Es la misma visión, según la cual, la comunión con Cristo, la fe en Cristo crea la caridad. Y la caridad es la realización de la comunión con Cristo. Así, si estamos unidos a Él somos justos, y no hay otra forma.
       

Al final, podemos sólo rezar al Señor para que nos ayude a creer. Creer realmente; creer se convierte así en vida, unidad con Cristo, transformación de nuestra vida. Y así, transformados por su amor, por el amor a Dios y al prójimo, podemos ser realmente justos a los ojos de Dios.

Benedicto XVl

Superar la polarización, por @felixpalazzi

FÉLIX PALAZZI sábado 29 de noviembre de 2014

La polarización es un modo de ubicarse ante al conflicto. Incrementarla puede ser una forma rápida y efectiva, a corto y mediano plazo, de mantener u obtener cuotas de poder. En estos últimos años la política venezolana se ha ejercido y fundamentado desde la lógica militar, usando a la polarización como el instrumento preferido para gobernar.

El éxito o fracaso de esta forma de gobernar ha consistido en que la confrontación ha superado el ámbito de lo que solíamos calificar como lo político. Vivimos en una sociedad polarizada y todos, sin excepción, somos víctimas y victimarios. Cabe preguntarnos: ¿será que aguardamos pacientemente como grandes espectadores la agudización de la polarización?, ¿nos acostumbraremos a vivir al ritmo de los discursos y sucesos que promueven diariamente la confrontación?, ¿existe otro camino cónsono a nuestra ya maltratada dignidad humana?

Lo primero que tenemos que aceptar es que la polarización de la sociedad nos afecta a todos, atentando en contra de nuestra dignidad e hipotecando el don de la libertad. En fin, expropia nuestra humanidad. El peligro más grave es que no nos reconozcamos como afectados por la conflictividad en la que vivimos y creamos que desde nuestra pequeña trinchera estamos del lado correcto mientras que los demás son los equivocados. Muchas veces evocamos a los grandes valores, -verdad, justicia, etc.-, para justificar las propias acciones. Sin embargo, si nos atrincheramos sólo favoreceremos a la lógica de la polarización e intensificaremos la división sociopolítica.

Lo segundo es entender que la actitud que produce la polarización es el agotamiento. Toda confrontación busca debilitar al oponente, controlarlo o agotarlo, hasta que se entregue a la desesperanza y se atrinchere ante la dura realidad que lo rodea. De esta forma quien ha provocado y se ha servido de la confrontación termina sacando sus beneficios políticos.

Es necesario superar la confrontación. Los diversos sectores del país tendrán la responsabilidad de seguir usándola como forma de gobierno, o desmontarla para emprender un camino civil y común. Indudablemente, no hay que ser ilusos pues la polarización se vale de fuerzas asimétricas para implantar su lógica. ¿Cómo superar estas fuerzas?

No existen recetas establecidas. Los países que la han superado inician procesos de reconciliación, en los que participan múltiples actores y sectores. En algunos, las distintas confesiones religiosas, tanto cristianas como budistas, han servido de mediadores para superar la confrontación y sanar las heridas que deja el conflicto. En América Latina la Iglesia Católica ha jugado un papel importante en países como Honduras, Salvador y Chile, entre otros. Sin duda alguna, las confesiones de fe pueden aportar su fuerza transformadora y liberadora frente a las dinámicas de la polarización sociopolítica.

Un elemento propio y oportuno que ofrece la fe es la relativización de lo que se pretende instaurar como absoluto y la posibilidad de crear espacios de encuentro y reconocimiento. Este es el reto más grande y aún pendiente de las comunidades creyentes venezolanas.

FÉLIX PALAZZI
Doctor en Teología
felixpalazzi@hotmail.com

INTRODUCCIÓN A LA IDOLATRIA, por @RosaliaMorosB

Rosalía Moros de Borregales

Esta palabra de poco uso en la actualidad constituye un pilar fundamental en la relación de Dios con los seres humanos. Idolatrar significa rendir culto, admiración y exaltación más allá del amor humano que reconoce limitaciones e imperfecciones. Cuando se idolatra se reconoce en la deidad o persona objeto de la idolatría la perfección que solo corresponde a Dios. En otras palabras, se le atribuye al ídolo características intrínsecas a la Divinidad, a la supremacía del Todopoderoso. La idolatría no ocurre solo en el plano religioso, también ocurre en el plano humano; pues hay personas que se convierten en objeto de nuestra adoración. También, son innumerables los objetos de orden religioso y aun de orden tecnológico que se han convertido en ídolos en el mundo de hoy.

En la idolatría se desplaza a Dios de su lugar de preeminencia, se le concede carácter absoluto a lo relativo, se entrega la confianza con una ceguera espiritual que no permite ver defectos. La idolatría constituye una entrega completa, la sumisión de nuestras almas ante el ídolo. Así, pues, podemos hacer de cualquier cosa, o persona, el depositario de nuestras fuerzas, nuestro amor y nuestra voluntad. La idolatría es una consecuencia directa de la ignorancia acerca de Dios, de su voluntad para con el ser humano. Es una de las estrategias del mal para mantener al ser humano alejado de una vida de relación de amistad con Dios. Por naturaleza, el ser humano necesita tener una vida de comunión con Dios. Fuimos hechos a su imagen y semejanza, en Él está la satisfacción de nuestras almas. Aun sin saberlo, todo nuestro ser anhela el saberse protegido y amado por alguien o algo que trascienda nuestro conocimiento.

Nunca antes la humanidad se había encontrado presa de tanta idolatría como en el siglo XXI. Aunque el mundo es cada vez menos religioso; aunque las edificaciones de iglesias que un día fueron el producto de la inspiración del hombre dándole a Dios un lugar en la sociedad; aunque en muchos lugares del mundo han quedado reducidas solo a museos, el hombre de hoy ha levantado más ídolos en su vida que nunca antes. Por una parte, se ha enaltecido a sí mismo como el ídolo más importante. Vivimos en una sociedad que exalta el egocentrismo, que se ha hecho cada vez más permisiva de los apetitos desenfrenados del yo; una sociedad que exalta el culto a la personalidad y erige como ídolos a artistas, cantantes, deportistas y políticos, entre otros.

Por otra parte, no se trata solo de la idolatría religiosa, no se trata solo de otorgarle el lugar que le corresponde a Dios a otra deidad. O del culto a la personalidad, en el que elevamos a la condición divina a otro ser humano como nosotros. Se trata de aquello en lo que ponemos todo nuestro esfuerzo, aquello que perseguimos con vehemencia irracional. Algunos van detrás del dinero, el ídolo más emblemático de nuestra sociedad. Piensan que las riquezas lo puede todo. El dinero se constituye en el instrumento de medición para determinar quiénes se escogen como amigos. Se desprecia al que carece de él, mientras se exalta al que lo posee. Se entrega la vida, los principios y valores para adquirirlo. Lamentablemente, a todos los que idolatran al dinero les llega el doloroso momento de entender que no todo en la vida tiene un precio que el dinero pueda pagar, que hay cosas que ni con todo el dinero del mundo podríamos comprar.

La idolatría aleja al ser humano del verdadero Dios a quien le debe toda su adoración. Cuando adoramos a Dios podemos comprender en una perspectiva verdaderamente humana el lugar que a cada uno le corresponde. Podemos discernir entre la bondad y el mal; entre lo verdadero y el engaño; entre lo que trasciende y lo transitorio. Cuando adoramos a Dios aprendemos a amar al ser humano en su justa medida, lo convertimos en nuestro amigo; lo reconocemos como un igual. Aprendemos a disfrutar de todas las cosas de la vida como un regalo de Dios y, entendemos que solo a Él debemos entregar nuestro corazón.

"Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento". Mateo 22:37.
 
Rosalía Moros de Borregales
rosymoros@gmail.com 

sábado, 29 de noviembre de 2014

La niñera voladora, @mingo_1


Por José Domingo Blanco, 28/11/2014

“Se busca niñera, con pasaporte (no importa que esté vencido, eso lo resolvemos rapidito), para trabajar con alto funcionario del gobierno. Indispensable estar inscrita en el PSUV, usar franelita roja, tener una estampita del Comandante Eterno en el monedero y comulgar con los ideales de la Revolución. La candidata deberá estar dispuesta a salir del país cuando la familia del funcionario así lo requiera, y tratar de ocultar la cara de felicidad en las fotos que se tomará en la Torre Eiffel, los Alpes suizos, parajes argentinos, mexicanos o brasileños (eso luce demasiado capitalista). Ofrecemos viajes placenteros y gratuitos alrededor del mundo en los aviones del Estado, sin controles de aduana, ni colas en inmigración, ni revisiones de equipaje por parte de las autoridades aeroportuarias o Guardia Nacional Bolivariana. Garantizamos dólares a granel, sin los límites que impone Cadivi a los pendejos. No es necesario que tenga porte de armas. No comparecerá ante la Comisión Presidencial Anti Corrupción, ni será interpelada en la Asamblea Nacional. Abstenerse si no cumple con los requisitos”.

Si Chávez estuviera vivo: ¿cómo habría reaccionado ante el incidente de la niñera de Jaua? ¡La niñera! No Elías Jaua, sino de su empleada doméstica que, sin portar credenciales gubernamentales, con el sólo aval de tener un vínculo laboral con el ministro, viaja gratis en los aviones de PDVSA y termina privada de libertad por llevar un arma a Brasil. Quisiera pensar que Chávez, sin titubear, y en plena cadena, lo habría removido del cargo. Porque Jaua -el ex encapuchado de las protestas que se prendían en la UCV antes de la hegemonía chavista- le llevó la contraria y todos recordamos cómo se ponía Hugo cuando no cumplían sus órdenes. El difunto presidente fue contundente –de la boca para afuera- al principio, contra ese comportamiento de la Cuarta. Vociferó que lucharía contra ese flagelo y prometió que acabaría con las colitas en los aviones de PDVSA. Pero, por los vientos que soplaron, como que ocurrió todo lo contrario. No sólo siguieron los viajes en los aviones del Estado, el abuso de poder está por doquier, sin tregua ni pausa. ¿De cuántos viajes más nos enteraremos? ¿Cuántas horas de vuelos, cuántas millas acumuladas en PDVSA Airlines, suman los funcionarios del gobierno? ¿Cuáles son los destinos predilectos de estos pseudo revolucionarios que disfrutan, sin límites ni controles, las mieles del poder? ¿Hasta cuándo nos verán cara de imbéciles? Este grotesco asunto de las colitas revolucionarias no es más que el ejemplo perfecto de la doble moral y el doble discurso que han manejado los parásitos de la teta petrolera en los últimos tres lustros.

Y el comentario lo hago a propósito de los estupendos trabajos publicados por los colegas Maru Morales y Hernán Lugo Galicia, quienes se han dado a la ardua tarea de escarbar en el tema y meter el dedo en la llaga de un nuevo caso de descarada corrupción revolucionaria. En estos años de Socialismo del Siglo XXI hemos visto una serie hechos, extremadamente bochornosos, protagonizados por la estirpe chavista, que no han pasado de ser algo más que un potecito de humo que no se investiga, que no se sanciona, que no acarrea mayores consecuencias para los implicados. ¿Para qué sirve la Contraloría en un país como Venezuela? Quizá no haga mucha falta porque, desde hace tres años, no tenemos Contralor ¿Para qué crear una Comisión Anticorrupción? Supongo que sólo para condenar a nuevos chivitos expiatorios de poca importancia. El tema de la niñera de Jaua es otra bofetada al ciudadano de a pie; sólo que esta vez parece haber generado mucho malestar en la gente del PSUV y el polo patriótico, quienes han manifestado su “arrechera” ante el viajecito en cuestión y la pasividad con la que se lo han tomado en Miraflores.

Para que no queden dudas de que este desgobierno se burla descaradamente de todos nosotros, la madrugada de este jueves, vimos por VTV a Arreaza y a la almiranta-ministra Meléndez, en algo así como una especie de operación comando, anunciándole al país que gracias al Cuerpo Nacional contra la Corrupción, encabezado por Nicolás, los aeropuertos venezolanos amanecieron tomados por la operación “Cielo Soberano”, un show mediático en el que mostraron la inspección “científica” de las aeronaves comerciales, para luchar contra la corrupción y el narcotráfico. Las inspecciones, según Arreaza, se estaban llevando a cabo, simultáneamente, en los principales aeropuertos del país para evitar que los aviones comerciales se utilicen para cometer hechos irregulares. Y me pregunto, ¿esta Operación Cielo Soberano llegará hasta PDVSA Airlines y el SATA (Servicio Coordinado de Transporte Aéreo del Ejecutivo)? Porque, según los trabajos que hemos leído de Morales y Lugo Galicia, el vuelo de la niñera de Jaua lo autorizó un funcionario del SATA. ¿Y quién es ese funcionario? ¡Nada más y nada menos que Arreaza! ¿Eso no es corrupción?

“PDVSA Airlines anuncia la salida de su vuelo Nº 3897, con destino a las mejores ciudades del mundo…Le damos la más cordial bienvenida a nuestros distinguidos pasajeros. No es necesario que guarden sus armas en los maletines, ni tampoco se requiere que pongan sus asientos en posición vertical. Si les provoca, solo si les provoca, pueden abrochar sus cinturones de seguridad. Aquí las leyes aeronáuticas las imponen ustedes…Estamos para servirles, incondicionalmente. Por favor, siéntanse como lo que son: ¡los hijos de esta Revolución! Una vez más, bienvenidos a bordo: ¿desean champaña y caviar antes de despegar?”…¡no juegue!



Renuncia al PSUV, @aporrea


Por Jesús Eduardo Moronta Martínez, 25/11/2014

Ciudadano:
Nicolás Maduro.
Presidente del PSUV.

Tengo a bien en dirigirme a Usted para presentar mi renuncia a la militancia en el PSUV. Razones de desvío del proceso revolucionario hacia la derecha, el irrespeto a las decisiones de la base y la chucuta democracia interna del partido, así como la excesiva militarización del gobierno civil, la incapacidad para resolver los problemas estructurales del pueblo y de la patria, la corrupción, la burocracia, el amiguismo y el sectarismo, además de el aislamiento y coacción en contra de quienes ejercemos la libertad de pensamiento para la creación revolucionaria, la persecución a revolucionarios por no someterse a los dictados de sectores fascistas que hacen vida dentro del gobierno me han llevado a renunciar a un partido que además está alimentado de prácticas políticas y culturales adeco-copeyanas, que en quince años no se han podido superar por falta de voluntad política por parte de los altos mandos burócratas tanto del partido como del gobierno.

En consecuencia, le agradezco sean eliminados de la nómina de este partido mis nombres y apellidos.

* Jesús Eduardo Moronta Rodríguez,    C.I. Nº 4.277.858*

Nota: Me pareció extraño que mi nombre apareciera en la lista de votantes del día 23 de noviembre, cuando he dejado de militar activamente en el PSUV desde hace varios años. Deduzco que muchos venezolanos y venezolanas están en la misma condición y ustedes emplean los números para fines mediáticos, pero al final se sabrá la verdad verdadera de cuántos son los militantes exactos de este partido que se parece más a los socialdemócratas que a un partido revolucionario.



Venezuela 2014, Protestas y Derechos Humanos, @PorHumanidad. Informe Febrero - Mayo



"Dedicado a todas las victimas de la represión,
a sus familiares y amigos"

Para leer y descargas el informe, pulse el siguiente enlace:

Las divisiones de la oposición venezolana: la batalla (verbal) por la Plaza Altamira, por Luis Gómez Calcaño

Luis Gómez Calcaño 24 noviembre, 2014

Los hechos son aparentemente simples: el domingo 23 de noviembre, un  pequeño grupo de manifestantes enmascarados cerró la avenida Francisco de Miranda frente a la Plaza Altamira de Caracas, espacio público donde se venía celebrando desde hacía una semana el Festival de la Lectura de Chacao. Frente a la inmediata aparición de la Guardia Nacional, el alcalde de Chacao y los organizadores de la feria decidieron desalojar al público para protegerlo.

La justificación aparente de la manifestación y del cierre fue protestar contra la prolongada prisión de estudiantes y otras personas detenidas por su participación en las protestas del primer trimestre de este año. Y si seguimos con lo aparente, no tiene nada de particular que un grupo de personas quiera protestar con una reivindicación muy justa como es la liberación de detenidos por ejercer su derecho a la protesta. Pero como no todo es apariencia, es necesario ir más allá de ella.

Para algunos grupos de opinión y acción política, hacer un festival de lectura en la Plaza Altamira es una transgresión simbólica de varios tabúes: en primer lugar, la plaza ha sido desde hace mucho tiempo el epicentro de las protestas más radicales de oposición, así como el escenario donde cayeron algunas de las primeras víctimas de las protestas a manos de las bandas armadas del gobierno; ese espacio ha adquirido para algunos un carácter de monumento conmemorativo, y por lo tanto de espacio sagrado que no debe ser profanado por actividades menos dignas que la protesta y el sacrificio de la propia vida. En segundo lugar, la plaza fue también el escenario donde se dieron algunos de los mayores y más durables enfrentamientos de las protestas de este año; y finalmente, fue precisamente a causa de esas protestas que el festival, que debió celebrarse en abril, tuvo que ser suspendido.

La celebración del festival significaba así un cierre simbólico de aquel ciclo de protestas y el reconocimiento explícito de un “regreso a la normalidad” que parece moralmente inaceptable a un cierto número de ciudadanos. No es que el festival sea la causa de este regreso a la normalidad, sino todo lo contrario, es una consecuencia del mismo, pero su celebración significa, para quienes no terminan de aceptar que ese ciclo de protestas se agotó, ahondar la herida que produjeron las expectativas frustradas.

Retomar el festival significaba también un triunfo o al menos una ratificación de la política del alcalde Ramón Muchacho durante las protestas de este año, reticente a identificarse con sus fines y métodos y crítico de las desviaciones que muchas veces las afectaron. Para algunos de quienes apoyaron las protestas, la actitud del alcalde rayaba en la “traición” en la medida en que no puso los recursos de la alcaldía ni su respaldo personal al servicio de la estrategia impulsada por los grupos más radicales, sino más bien trató de disuadir a los manifestantes para que, al menos, cambiaran sus métodos.

En un primer momento, no se trataba de un debate sobre las estrategias políticas de la oposición, ya que la realización o no de un programa cultural sólo tiene una relación muy lejana con los problemas reales de acumulación de fuerzas, organización, articulación entre partidos y organizaciones civiles, estrategias electorales y no electorales para avanzar, etc.

Se trataba, para los manifestantes y quienes los apoyaban, de la sensación de que era “inmoral” o “indigno” desarrollar una actividad “normal” de la alcaldía siendo que todavía permanecen presos o enjuiciados más de un centenar de quienes protestaron recientemente. El problema de esta actitud es que el festival no es la única actividad “normal” que se hace hoy en día en Venezuela, a pesar del descontento o la indignación que muchos podamos sentir por la forma en que se maneja el país. Incluso aquellos a quienes más disgusta el festival no sólo han continuado trabajando y haciendo otras cosas necesarias para la supervivencia, como hacer colas en los mercados, sino también actividades optativas como leer, ir al cine, hacer alguna actividad creativa, visitar a sus amigos, viajar u otras semejantes. Por lo tanto, ¿cómo hacer para seleccionar, entre tantas actividades culturales, como la apertura de una exposición, la presentación de un festival de cine o el montaje de una obra de teatro, cuáles son morales y dignas y cuáles no? Si me siento en un banco de la plaza a conversar, ¿Estoy siendo inconsecuente con los presos políticos que no pueden hacerlo? ¿No debería estar protestando incesantemente hasta que los liberen? Responder a estas preguntas nos pone frente a la evaluación de nuestra propia conducta: si criticamos al alcalde y a quienes van al festival porque han olvidado a los presos y se distraen con actividades culturales, ¿Estamos nosotros mismos al abrigo de esa crítica?

Pero el hecho de que la indignación de algunos se haya centrado sobre el festival obedece a que alrededor de él han cristalizado, como sobre un “significante flotante” al estilo de Laclau, un conjunto de tensiones y conflictos que atraviesan a la población opositora venezolana y a sus expresiones organizadas.

Si se considera que no es digno tolerar ni un minuto más la situación de violencia, escasez, inflación y opresión que se vive (por más que todavía haya un sector importante de la población que parece dispuesta a tolerarla o ignorarla), cada día que pase sin que “la gente” salga a la calle a protestar o a derribar al gobierno es un golpe a esa dignidad que se quiere defender, incluyendo la propia. Se produce entonces una especie de disonancia cognitiva, en la cual nuestro sentimiento de la propia dignidad tropieza con la realidad de la impotencia del esfuerzo individual y grupal para “salir de esto” con la urgencia que la moral y esa misma dignidad exigen. Y esta tensión, que se produce como una lucha interna en la persona opositora, también se produce en y entre las organizaciones que pretenden expresar a este sector de la población. Los meses de febrero y marzo de 2014 exacerbaron la contradicción entre quienes impulsaron y creyeron en una resolución rápida de la tensión y aquellos que, considerándose más realistas, insistieron en transitar los caminos grises y poco gloriosos de lo institucional y electoral. La contradicción se resolvió, en los hechos políticos, en favor de estos últimos, no porque esos caminos hayan sido especialmente fecundos, sino porque la protesta se fue agotando sin lograr los grandes objetivos de corto plazo que se planteó.

Sin embargo, las interpretaciones sobre este fracaso han profundizado las divergencias entre esos grupos, ya que ambos se culpan mutuamente de los resultados: para quienes impulsaron “la calle” el fracaso se debe a la “traición” de la dirigencia de la MUD, que aceptó dialogar con el gobierno cuando este estaba “contra la pared”, mientras que para los partidos mayores de esa organización la protesta representó un retroceso porque ni siquiera logró la incorporación mayoritaria de la población opositora y contribuyó involuntariamente con la estrategia oficialista de satanización de este sector.

Esta división de perspectivas, aunque hasta ahora no ha resultado en una división formal de la MUD ni en un abandono de la estrategia institucional, encontró en el anuncio de la realización del festival un nuevo terreno de batalla. Algunos grupos no sólo criticaron ese anuncio, sino que se adelantaron a ocupar parte del territorio de la plaza con recordatorios simbólicos de su carácter sagrado: colocaron fotografías de los estudiantes presos, cruces y lápidas evocadoras de las víctimas de la violencia política, así como carteles alusivos a ellos, en zonas de la plaza que serían recorridas por los visitantes del festival, como para recordarles que el lugar donde ellos venían a una actividad de esparcimiento era en realidad un santuario para las víctimas del gobierno opresor, y que su presencia con esa intención frívola era una especie de profanación, en la medida en que despojaba a la plaza de su carácter heroico y propicio al martirio.

Durante la primera semana pareció que esta discreta presencia de la protesta, totalmente respetada por los organizadores, iba a ser la única expresión del cisma opositor, mientras que las actividades conexas a la venta de libros, como foros y presentaciones de autores, casi invariablemente identificados con la oposición, se desarrollaron con toda normalidad.

La protesta del domingo 23 rompió la “ilusión de armonía” entre las dos posiciones, no tanto por los hechos mismos ocurridos en y alrededor de la plaza, sino por el intenso debate que se produjo de inmediato en los medios sociales. Algunos autores e intelectuales conocidos (ni hace falta decirlo, todos de oposición) hicieron saber su molestia contra quienes protestaban, considerando que su gesto era una agresión contra la cultura que poco perjudicaba al gobierno; otros defendieron la acción, considerando que había sido necesaria para despertar la conciencia adormecida de la gente y recordarles la existencia de los presos políticos. Pero en los textos de ambos bandos el debate desbordó rápidamente desde la situación inicial hasta el enfrentamiento entre estrategias que ha signado a la oposición venezolana en los últimos meses.

Un acontecimiento que en cualquier otra sociedad habría sido rutinario y normal, la competencia por la atención del público entre una feria de libros y una pequeña manifestación de protesta, se transformó en la tensa y polarizada Caracas de hoy en un síntoma del malestar de la sociedad y, especialmente, el de la oposición. Twitter (y en menor medida Facebook) se convirtieron en campos de batalla entre partidarios de la feria y de la manifestación, en los cuales lo que se discutía realmente no eran los hechos, sino las estrategias y tácticas de la oposición.

Lamentablemente, quizás por el carácter de los medios en los que se desarrolló, propicio para el ataque anónimo y la palabra irreflexiva, el debate no alcanzó (con pocas excepciones), un mínimo nivel de profundidad ni de intento de comprender las posiciones del antagonista. En lugar de reflexionar sobre las posibles razones legítimas que podría tener uno u otro grupo para defender sus opciones, rápidamente se formaron las trincheras inamovibles que hemos visto en otros debates opositores recientes: el insulto sustituyó a los argumentos y la sordera al diálogo, para gran regocijo de los oficialistas que miraban desde la otra orilla.

Si creyéramos lo expresado por muchos participantes en el debate, la oposición venezolana estaría compuesta de dos bandos igualmente detestables: por un lado, un pequeño grupo de irresponsables que insiste en desarrollar acciones aisladas y divisionistas, sin efecto alguno sobre la población todavía chavista que se quiere conquistar; y por el otro, unas cúpulas partidistas empeñadas en desmovilizar a la población para mantener su contubernio con el gobierno, que les depara ventajas materiales y políticas.

Sin embargo, ese espejo deformante que son las redes sociales nos puede estar haciendo sobreestimar lo que no fue más que un incidente muy local y limitado, si lo ponemos en la perspectiva de los inmensos problemas del país y de las tareas que enfrenta una oposición cada día más acorralada en lo económico, mediático y político por un gobierno que, paradójicamente, sufre también de una disminución aguda de su capacidad para manejar la complejidad de la crisis.

En el fondo, se trata de un dilema entre dos formas de concebir el compromiso ético por la defensa de los fines comunes de la oposición, dilema que suele presentarse en muchos movimientos opositores a regímenes autoritarios: para algunos, lo que consideran como una opresión intolerable exige una respuesta inmediata, heroica, sacrificial e indiferente a las consideraciones del realismo político, al que consideran sospechoso de cobardía o traición; mientras que para otros, la racionalidad de la estrategia debe evitar la contaminación de la acción política por la emoción, y por lo tanto tratan de controlar o evitar al máximo cualquier acción espontánea que se desvíe del plan a largo plazo. En ambas posturas existe el riesgo de confundir el método con el fin, la táctica con la estrategia; sin emociones que enciendan el impulso a la acción, la mejor estrategia puede dar paso a la complacencia y el acomodo con el adversario. Pero sin una estrategia que logre canalizarlo, ese impulso termina por agotarse ante las sucesivas derrotas. El breve y casi insignificante incidente de la Plaza Altamira quizás ha sido una oportunidad, hasta ahora no aprovechada, de dialogar dentro de la oposición para tratar de encontrar, conjuntamente, el equilibrio entre ambos extremos.

Tomado de: https://gomezcalcano.wordpress.com/2014/11/24/las-divisiones-de-la-oposicion-venezolana-la-batalla-verbal-por-la-plaza-altamira/

LAS CUMBRES BORRASCOSAS DE AMÉRICA LATINA, por @FernandoMiresOl

Fernando Mires 23 de noviembre de 2014

El portal argentino  Diario Publicable tuvo a bien enviarme un cuestionario sobre el tema relativo a la próxima Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar el 8 y el 9 de Diciembre en la ciudad mexicana de Veracruz.
A continuación las preguntas y mis respuestas


¿Sigue siendo España el puente entre la región y Europa? ¿Cómo se comportó esta variable durante los últimos años?

La verdad, no sé si alguna vez lo fue.  Esa era la misión  tácita aunque no explícita que le encomendó la UE a España. Pero para que fuera posible se necesitaba de un interés de ambas partes. Yo creo que España lo tiene todavía. La mayoría de los países latinoamericanos, no.

Por una parte España todavía es percibida en América Latina como un símbolo colonizador. Hay sectores que están incluso interesados en que así aparezca. ¿Por qué? Por ninguna razón práctica. Se trata solo de cuidar símbolos afines a las clientelas ideológicas de diversos gobiernos. Esos sectores creen o necesitan creer que las venas de América Latina continúan abiertas.

Evo Morales, para poner un ejemplo, piensa que vive en el periodo de la Conquista. Intenta vender la imagen de que está luchando por una segunda independencia, no solo en contra de Europa sino también en contra  de EE UU. Lo irrisorio es que Bolivia no tiene ningún problema concreto con Europa ni con los EE UU. Pero la idea de la des-colonización sirve mucho a determinados gobiernos. Y para eso necesitan de un colonizador. O por lo menos del símbolo de un ex-colonizador.

¿En que se ha avanzado? ¿En que se ha retrocedido?

Lo único avanzado fue la idea. La Cumbre carece de competencias económicas y políticas. Es un lugar de encuentro más bien simbólico y cultural. España y Europa en general están interesados en que América Latina reconozca al fin el lugar que le corresponde en el Occidente Político. Pero la mayoría de sus gobiernos son reacios a hacerlo.

Por una parte, eso significaría un reconocimiento pleno de los valores democráticos. Pero hay gobiernos en América Latina que padecen definitivamente de lastras autocráticas y personalistas. La democracia sigue siendo para ellos una cosa formal. Algunos gobernantes se sienten más cómodos  en compañía de sátrapas orientales. La foto donde apareció el difunto Chávez regalando la espada de Bolívar a Gadaffi es muy significativa. Pasará a la historia.

¿Cuáles son las principales problemáticas de Iberoamérica? ¿Y los desafíos?

Los problemas no están en la relación entre países sino que al interior de los países  latinoamericanos. El notorio proceso de democratización iniciado después de la Guerra Fría ha quedado por el momento situado a medio camino. Si a esto agregamos que, mientras en la España de hoy existe un gobierno de tendencias políticas conservadoras y en América Latina predomina la izquierda política, las dificultades de comunicación aumentan. En una frase: por ahora no hay empatía política entre América Latina con España y muy poca entre América Latina con el resto de Europa.

En un plazo mediano puede que las tendencias se inviertan: habrá más gobiernos de centro en América Latina y probablemente uno de izquierda en España. Si esto mejorará las relaciones, no estoy muy seguro. Pero en las condiciones actuales la Cumbre menos que un lugar de encuentro es uno de desencuentro.

América Latina continúa siendo el último reducto del “socialismo real” en sus dos versiones, bolchevique y socialdemócrata. Y bien , una parte de esa izquierda, la bolchevique, es fiel a sus orígenes asiáticos. Como es largo explicar este punto en una entrevista, remito al lector al siguiente link, donde intento abordar el tema de una manera más intensa

Durante las últimas reuniones, la presencia de mandatarios fue baja ¿A qué le atribuye esto?

No es un boicot, pero sí, un notorio desinterés. Y si vemos el tema desde el punto de vista económico, muchos países latinoamericanos están orientados hacia los mercados asiáticos. Las relaciones con Europa corren más por vías unilaterales. Si las reuniones de la Cumbre fueran con China, no faltaría ningún gobernante a la cita.

¿Qué impacto tiene el cambio de las reuniones de anual a bienal?

Y como van las cosas, serán a trienal. Pero eso no es tan negativo. Los gobernantes latinoamericanos viajan mucho, quizás demasiado. Se lo pasan de cumbre en cumbre. Eso se justificaría si América Latina tuviera una posición clara frente a los principales problemas que asolan el mundo actual. Pero como es sabido, la práctica de la política internacional latinoamericana se caracteriza, aunque parezca paradoja, por su radical apoliticismo. Sus delegados solo van a las reuniones a abrazarse entre sí.

¿Cuánto futuro tiene la OEI y la SEGIB? ¿Cuánto afecta la creación de UNASUR y CELAC?

Tendrán tanto futuro como las reuniones de la Cumbre. Yo creo que se mantendrán en su forma precaria y en espera de que asomen tiempos mejores. Sobre todo en España, país que en el futuro próximo estará demasiado ocupado consigo mismo. Con la corrupción política que la desgarra, con el aparecimiento de la demagogia populista organizada y con el independentismo catalán, no están dadas las cosas como para estar aconsejando o asesorando a nadie.

La UNASUR es una OEA chica y la CELAC es una OEA sin los EE UU. Pero como igual EE UU no tiene hoy un interés acentuado en América Latina, alguna vez habrá que preguntarse hasta que punto es rentable tener tres OEAS.

Hay demasiadas organizaciones internacionales en América Latina. Yo diría, mientras más aumenta la insignificancia política internacional de los países latinoamericanos, mayor es el número de instituciones creadas. El “organizacionismo” es la enfermedad infantil del latinoamericanismo

¿Se esperan cambios en el grupo con la llegada del Rey Felipe VI?

No. El Rey Juan Carlos nunca fue un problema para América Latina.