ALFREDO MICHELENA 06 de agosto de 2016
Después
de la derrota en la OEA, la tragicomedia del Mercosur, el periplo de sermones
en Europa y la política de aislamiento en la región, está claro que el panorama
mundial es desfavorable al Régimen. Pero, como si no fuera con ellos siguen
horadando el hueco donde al final caerán. Les piden que suelten a los presos
políticos y lo que hacen es meter nuevos presos para soltarlos, pero con
medidas sustitutivas. Les piden diálogo, dicen que sí, que incorporarán al
Vaticano y luego ni el Papa sabe de eso. Se les pide no retrasar el
revocatorio, confirman que se recogieron el 1% de las firmas requeridas, pero
cantan fraude y piden eliminar la MUD como partido político. Después de siete
meses sin resolver el caso de los diputados de Amazonas, la AN decide
reincorporarlos. Entonces el TSJ lo anula, el CNE así lo confirma y la
Procuraduría advierte que la AN se “encuentra ilegal e ilegítimamente
constituida” y que esto “acarrea responsabilidad penal y civil”. ¿Es esto parte de un “Bluffing game” o de
verdad quieren agudizar la crisis?
Lo de
los narcosobrinos desnuda la participación del Régimen en narcotráfico y
corrupción, en contubernio con las FARC. Y se complica con el asesinato de
testigos. Además, se confirma la narcoruta de Honduras -¿Por eso el empeño con
Zelaya?
Para
mayores, una corte federal de Nueva York acusa al general Néstor Reverol, quien
fuera responsable de la agencia antinarcóticos y a su exsubdirector de estar
envueltos en el tráfico de drogas. Es el mismo general que sonaba para Ministro
de la Defensa y Padrino López lo paró en seco.
En
medio de todo, la crisis humanitaria se acrecienta: 6 de cada 10 venezolanos no
comen sus tres comidas, las escuálidas bolsas de las CLAP no llegan a casi
nadie, las colas siguen, la falta de medicinas aprieta, y el régimen impávido.
Estamos
al borde del precipicio y quieren dar un paso adelante. La salida negociada se
hace cada vez más elusiva y las condiciones de la MUD no se cumplen. Han
perdido el favor de los ciudadanos y de la comunidad internacional. Solo tienen
la débil institucionalidad que crearon -el TSJ, el CNE, el Poder “Moral”- y por
supuesto las armas legales e ilegales.
En
democracia, las diferencias se dirimen por los votos y en dictadura es el poder
de la coacción y de fuego el que manda. Nadie los quiere, pero están dispuestos
a profundizar la crisis y promover un enfrentamiento para mantenerse en el
poder, cuando deberían pensar en sobrevivir políticamente. Es la hora de pedir
a nuestros líderes pulso firme, pero también claridad y a nuestra gente
paciencia aunque cuando el hambre y la mengua aprieta….
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