Por Luisa Pernalete
No han comenzada las
olimpiadas, pero ya Venezuela tiene un medallista repetidor:Jean
Pierre Wyssenbach s.j, campeón y entrenador de más campeones. Wyssen, como
le decimos todos los miembros del club de fans del cual soy casi que presidenta
vitalicia, nació en España, pero yo creo que nació aquí por todo lo que quiere
a este país. Pasó 27 años en La Vega, desde 1980 hasta el 2007, se recorrió
esas callecitas, subió y bajó centenares de escaleras, inventó montones de
juegos didácticos para que niños y niñas de las escuelas de ese sector popular
de Caracas aprendieran y les gustaran las matemáticas, la lengua y las ciencias
sociales. ¿Quién en La Vega no ha jugado alguna vez Operaciones Humanas? Les
cuento que hasta en la escuela de Fe y Alegría de San José de Kayamá, en plena
selva, al sur de Estado Bolívar, por la Sierra de Maigualida, se ha jugado
Operaciones Humanas.
Wyssen creo las Olimpíadas
de Matemáticas y Lengua desde hace décadas en La vega y luego, cuando se mudó a
Maturín, las extendió a oriente, el Delta, algunas comunidades de San Félix,
por mencionar los lugares que recuerdo – no tengo la memoria fotográfica de
Wyssen así que no me pidan más -. Las Olimpíadas dirigidas por Wyssen, no
son simplemente acciones para competir niñas contra niños ni escuela contra
escuela, ¡para nada!, esas Olimpiadas de J.P. sirven para promover
la superación personal, se compite con uno mismo, ¡Pura siembra de Resiliencia!
Hay que estudiar con profundidad su manera de animar a chamos y no tan chamos
para que le agarren gusto al conocimiento.
Las especialidades en las
que Wyssen ha ganado “medalla de oro” son muchas: Campeón en metros de escalera
– ¿Cómo trabajar en La vega y no subir y bajar escaleras?-; Campeón en natación
en medio de la tempestad – ¡animar a adolescentes a que le gusten los
números compitiendo con tabletas y Facebook! -; Campeón en una difícil espacialidad
como es la Perseverancia y paciencia infinitas – ¡Se las ha ganado todas! Y lo
mejor, ha enseñado a muchos maestros y jóvenes a ganarlas también, pues el
Liceo de Vacaciones está lleno de “maestros adolescentes”, chamos de
bachillerato que enseñan a otros apenas un par de años más jóvenes aún. Lo
difícil es conocer a Wyssen y no entrar inmediatamente en su Club de Fans.
Wyssen también es teólogo,
escribe de tal manera sobre temas complicados que hasta yo le entiendo. Además
es el “tuitero” mayor, pues no tiene tuitter, pero tiene miles de
seguidores: escribe cada semana la reflexión inicial en la Hojita
Dominical, o sea: “tuitero mayor”, todas buenísimas.
Hace poco la UCAB- Caracas
le otorgó un Doctorado Honoris Causa. Más aplausos para Wyssen. Doctores como
él nos hacen falta.
En esta Venezuela
difícil, conocer gente como Wyssen, es como una oleada de clama en medio de la
tempestad, un abrazo en medio de la desolación, un café en medio de la escasez.
Hay que saber que existen. ¡Gracias Wyssen! Y hasta las próxima premiación.
03-08-16
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