Por Arturo Molina, 03/09/2016
La marcha convocada por la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD) para el primero de septiembre, y donde se sumaron los
diversos factores de oposición (para protestar contra el abuso de poder, el
hambre, inseguridad y miseria impuesta desde el oficialismo al noble pueblo
venezolano), contó con presencia importante de los ciudadanos, quienes en tono
de paz y respeto exigieron la fijación de fecha para la recolección del 20% de
las firmas para que se celebre el Referéndum Revocatorio en 2016, y cambiar
pacifica y constitucionalmente el actual gobierno.
La arremetida comunicacional desarrollada por el
régimen para evitar la presencia ciudadana en el evento no les funcionó.
Tampoco les dieron resultados los anuncios esgrimidos
en torno a que se estaría fraguando Golpe de Estado y violencia durante el
desarrollo de la protesta.
Las amenazas de despidos y el cierre de vías públicas para
el libre tránsito con estrategias propias de regímenes dictatoriales, fueron superados
por las personas que con decisión se trasladaron hasta la Capital de la
República.
La mayoría de la sociedad venezolana envió su mensaje,
pero, mucho me temo no va a ser oído por la dirigencia política del oficialismo.
La dirigencia política de oposición requiere de
amplitud, de incorporar a diversos factores de la sociedad que no
necesariamente están en partidos políticos, entendiendo que estos son
fundamentales para el sistema de libertades.
Escuchar alternativas para enfrentar la dictadura con
organización y dialogo social es pertinente; la exigencia de cambio de gobierno
por la mayoría de venezolanos ameritan ser atendidas.
La contundencia en el reclamo no puede dejarse de
lado. Evitar la violencia no significa olvidar el por qué se protesta. Una cosa
es violencia y otra complicidad.
La protesta social, pacifica, debe continuar. Las
rectoras del CNE no pueden seguir dilatando la fecha de la recolección del 20%
de las firmas exigidas en la Constitución (lo demás es inconstitucional), y en
consecuencia fijar la fecha del revocatorio ya.
La salida de las rectoras del CNE tampoco puede
seguirse demorando. Hay que rescatar la institucionalidad del país en todos sus
órdenes. Venezuela está inmersa en un chispero.
La violencia pretendida por el oficialismo no se les
dio: se quedaron vestidos y alborotados.
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