Por Julio Borges
Nuestros países vecinos tienen
una gran oportunidad para pronunciarse frente a la grave crisis que afronta
Venezuela. Sobran las razones para activar la Carta Democrática Interamericana:
25 de 30 millones de venezolanos no obtienen el dinero suficiente para vivir,
16 millones se encuentran en la pobreza extrema, 10 millones logran comer menos
de tres veces al día, 3 millones están comiendo de la basura y 1,2 millones
están sufriendo de desnutrición (ENCOVI 2016). El voto está secuestrado en el
país desde el año pasado, cuando inconstitucionalmente se suspendió la
celebración del referendo revocatorio presidencial. Maduro intenta suspender
desesperadamente cualquier elección porque sabe que hasta en Miraflores
perdería. Son las elecciones el mecanismo más claro para que los venezolanos se
expresen.
Cada país en la región siente
en carne viva la emigración de jóvenes venezolanos desesperados buscando las
oportunidades que le niegan en su país de origen. Muchos huyen de una muerte
que sienten cada vez más cercana, sea por hambre, crisis humanitaria por falta
de medicamentos o por la inseguridad, que cada día enluta a decenas de familias
venezolanas.
Afortunadamente, cada día más
países se dan cuenta que en Venezuela no hay democracia. Como comunidad
internacional están en el deber y la obligación de dar un paso al frente para
decir basta a un gobierno que empobrece y oprime. Es mucho lo que puede lograr
una comunidad unida contra cualquier tiranía. La Carta democrática es Ley y
tiene rango constitucional. El propio Maduro la ha solicitado antes, hoy los
venezolanos exigen sea aplicada y la Asamblea Nacional acompaña esa petición.
Como parte del abuso de
poder, este sábado 18 y domingo 19 de marzo los venezolanos podrán en las
plazas Bolívar del país validar ante el Consejo Electoral a nuestro partido:
Primero Justicia. Toda una generación que siempre ha estado al lado de la gente
y que busca construir un país más justo con oportunidades para todos. Debemos
sobreponernos a los obstáculos y resistir el abuso que se impone hoy desde el
poder a través del consejo nacional electoral, que no busca más que otra excusa
para evitar las elecciones que el país exige y necesita. Los justicieros como
siempre en la calle seguiremos trabajando para que Venezuela supere la crisis,
imponiéndose la democracia y el progreso, para que David se termine imponiendo
a Goliat.
14-03-17
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