Por Jolguer Rodríguez Costa
—¿Logrará la FANB concretar su
plan de impedir la libre información?
—Se dieron carta blanca para militarizar
el país tras quedar políticamente intoxicados; de mal pronóstico.
—¿Un arma para enfrentar esta
amenaza?
—Electrónica y los artículos
333, 337 y 350 de la Constitución.
—Un mundo sin Internet…
—Una pesadilla, como
volver a vivir sin luz ni nevera.
—Venezuela sin Internet…
—No se atreverán a incluirnos
en la docena de países cavernícolas.
—¿Encadenarán Twitter?
—Habría que hacerlo con todas
las redes.
—¿Es la red imprescindible?
—No, se puede usar solo el
email y estar bien comunicados.
—¿La red más inútil?
—No tengo idea, son
agrupaciones volátiles que pasan de moda.
—¿El doble filo de las redes
sociales?
—Lo señaló Eco, muchas
pistoladas, bastantes noticias falsas, manipulaciones.
—¿De los medios oficialistas?
—Sin credibilidad, como las
agencias de noticias de gobiernos.
—¿Y de lo que queda de
independientes?
—El país tiene medios
electrónicos y blogueros de calidad.
—¿La incomunicación de la
comunicación en Venezuela?
—La hegemonía del régimen es
numéricamente un fait accompli, solo intoxica, no informa; en la acera de
enfrente hay exceso de autocensura.
—¿Qué sería del régimen sin su
hegemonía?
—A la fulana “hegemonía” hay
que tomarla en serio; la mensajería del régimen no tiene rating, pero ha
cerrado o puesto en autocensura a casi todos los demás emisores; o la voz del
amo o apagar.
—¿La incomunicación de la
oposición?
—Existe, es grave, en parte
por incompetencia propia, en parte porque el régimen casi la dejó sin medios.
—¿Del régimen?
—Telesur, La
hojilla, Con el mazo dando, ninguno llega a 1% de sintonía. Puro onanismo.
—¿Y del diálogo?
—La MUD no supo asumir su rol
de vencedor del 6-D. El régimen no renunciará nunca a destruir más adelante a
sus interlocutores de hoy.
—¿Son convincentes Rodríguez
Zapatero y Samper como interlocutores?
—No, están parcializados.
Dejarán un pésimo recuerdo en Venezuela.
—¿Es ya esto una dictadura?
—Sí, absolutamente. Llena a
plenitud las cinco condiciones básicas: absolutismo, irrespeto a
Constitución, personalismo, totalitarismo, intento de eternizarse en el
poder. Toda opinión contraria es un cavilo.
—¿Defiende el lector a sus
medios?
—Lamentablemente no, nadie los
ha organizado para hacerlo, el país no ha creado ombudsman.
—¿Es la “bolivariana” una
“revolución” netamente semántica?
—No, sus escribanos mistifican
el lenguaje, y el régimen ha inventado la ridiculez universal de un
“Viceministerio de la suprema felicidad social”; pero es un régimen que antes
de manosear el lenguaje hambrea el país, mata enfermos al prohibir la traída de
ayuda humanitaria, se hace la vista gorda ante 30.000 homicidios al año, ha
generado la peor inflación del mundo, ha dejado robar 300 millardos de dólares
y hecho del país un montón de ruinas. ¡Qué semántica!
—¿El sector más autocensurado?
—En buenos cálculos del IPYS,
es la radio: 333 emisoras entre “comunitarias” y en autocensura contra 17 en la
disidencia. El menos autocensurado: la prensa.
—¿La ganancia de cerrar CNN?
—El régimen, una raya más en
su imagen mundial de “depredador de la libertad de información” (Le
Monde del 17-11-2016); el país, otro empujón hacia un mundo del silencio
para que resuene más la voz del amo.
—¿Cómo lavar la imagen de esta
dictadura?
—Para eso ya no hay
detergente.
—¿Y de la MUD?
—Concentrando en ella, y en la
Asamblea, la aristocracia intelectual y política del
país.
—¿El tiempo real de
comunicación de una cadena?
—En sus 5.060 días de reinado,
Chávez ordenó 2.234 cadenas y perifoneó durante 243.404 minutos lloviendo sobre
mojado, ahuyentando más que ganando adeptos; perdió casi un semestre de su vida
hablando pistoladas y escupiendo odio.
—¿Cómo terminará el grueso de
los medios comunitarios y alternativos?
—Muchas de sus emisoras se
pudieran ir apagando en la medida en que el régimen, en bancarrota, cese de
costearles gastos.
—¿Por qué algunos
intelectuales eran críticos durante la democracia y ahora se aferran a un
régimen fascista?
—Uno ignora cuántos lo
hicieron de buena fe, cuántos para mantener una familia y cuántos para medrar.
—¿Intervendrán las
investigaciones de la comunicación?
—Bajaremos a las catacumbas
a trabajar y tiraremos a la red los resultados.
—¿Prevé un Granma?
—Del paso que va la última
fuga hacia adelante, no descarto que lo estén ponderando.
—¿Y una TV única?
—Se van acercando: IPYS ha
contado 60 oficialistas, 32 en autocensura y solo una regional disidente.
—¿Cuánta tinta fresca le queda
a la prensa?
—Es el último baluarte de la
libertad de expresión. 49 títulos sufren la falta de papel, 31 son
oficialistas, 24 equilibrados pero 26 valientemente disidentes. Ayudarlos a
sobrevivir es un imperativo categórico.
—Ante el caos nacional, ¿por
qué no emigra a su Italia natal?
—¡Vaya pregunta! Amo Italia,
Francia, España, etcétera, pero este es mi país desde febrero de 1948.
—A sus 88 años, ¿qué le falta
aprender?
—Una enormidad. Me he
propuesto llegar a 127, pero me queda corto… Leonardo pintó en el dintel de la
morada donde murió, en Amboise: “Ancora imparo”.
—Como buen chef, ¿qué cocina
el régimen?
—Menjurjes fusión, todos
incomibles.
—¿Se alejará el país de la
“aldea global” de McLuhan?
—Lo están alejando a la
fuerza.
—¿Qué pasaría en Venezuela si
los medios terminasen siendo militarizados?
—Opino que alentaría en la
población un tsunami antimilitarista capaz de pedir un día que adoptemos la
receta costarricense, la eliminación de las Fuerzas Amadas.
12-03-17
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