Por Fernando Mires
El 20 de mayo será decidido si
en Venezuela continuará la dictadura militar y para-militar de Maduro por un
tiempo indefinido o será abierta una brecha hacia una dificultosa y
probablemente larga transición hacia la democracia. La candidatura de Falcón
representa la segunda alternativa. Esa es también la alternativa que
debería haber representado la oposición unida si es que no hubiera decidido
corregir sus primeros errores con mayores errores.
Las vías erráticas que
llevaron a la MUD a discutir en la República Dominicana sobre el tema electoral
sin llevar a un candidato unitario, a no usar las propuestas rechazadas por la
dictadura como plataforma para una candidatura unitaria y el haber llamado a la
abstención sin levantar otra alternativa, han conducido a esa alianza política
que una vez fue la MUD, a transitar por las oscuridades más densas de la noche
antipolítica.
¿Puede haber mayor
contrasentido que una asociación electoral, creada para fines electorales -la
MUD fue siempre solo eso y nada más que eso- llamando a la abstención? Sin
participación electoral la MUD no es la MUD. El llamado Frente Amplio (la MUD
más organizaciones civiles adictas a la MUD) solo podía tener cierta lógica en
el marco de un proceso electoral como ha sucedido con todos los frentes amplios
de nuestro tiempo (desde los frentes populares de los años treinta hasta
ahora). Un frente amplio sin elecciones es como un pez sin agua. Los
frentes amplios son electorales o no son. No obstante, la MUD convirtió al
frente amplio venezolano en un frente abstencionista, el primero en la historia
nacido para no hacer nada.
Errores tras errores que
llevaron a que el espacio político abandonado por la MUD fuera invadido por las
tendencias más extremistas de la oposición. La ayer llamada por la
MUD “oposición a la oposición” representada por la antipolítica pseudo
insurreccional de la señora Machado, dejó de ser así la “oposición a la
oposición” y se transformó en la fuerza directriz de la MUD. Por lo mismo, la
abstención se convirtió -desde el día cuando emergió la candidatura de Falcón-
en una tercera candidatura.
Tesis: La abstención no solo
es la abstención. La abstención ha llegado a ser la candidatura de la MUD en
contra de la candidatura de Falcón. Cuando llegue el momento de los recuentos y
sean contadas las abstenciones (los “niníes”, los abstencionistas clásicos y
los de la MUD) la MUD podrá cantar victoria. Habrá derrotado a Falcón.
Más, no a Maduro.
Ya están agotados los débiles
argumentos esgrimidos por la MUD para legitimar su gran aberración
anti-electoral: ¿Qué no están dadas las condiciones con ese CNE? Las
condiciones son las mismas del 15-D. ¿Votar sin elegir? Pero para elegir tienes
que votar. ¿Qué en dictadura no se vota? Precisamente al revés: un demócrata
vota siempre en contra de una dictadura pues solo en democracia nos podemos dar
el lujo de no votar. ¿Qué estas no son elecciones? Las cosas no dejan de ser lo
que son por el hecho de que le cambies el nombre ¿Qué votando la dictadura será
legitimada? A una dictadura solo la legitima la abstención pues con abstención
no hay fraude ¿Qué Falcón traicionó a la MUD? La ruta de Falcón es exactamente
la misma que abandonó la MUD ¿Qué los resultados están cantados? Pero si hay
una gran abstención no solo estarán cantados sino, además, recitados y
orquestados ¿Qué hay que recurrir a otras formas de lucha? Uno se pregunta
cuales. ¿Huelga general?: la MUD no controla sindicatos obreros.
¿Insurrección?: la MUD perdió después del 2017 su poder convocador de masas.
¿Comunidad internacional?: son gobiernos que se reúnen una vez al mes para
hacer una declaración y luego volver a casa. En fin, desde el “yo no soy
abstencionista pero no voto”, hasta llegar a la guinda de la torta: “el
dictador va a caer solo”, la MUD no ha logrado justificar, ni siquiera ante sí
misma, su capitulación electoral.
Precisamente la inconsistencia
de la no-opción asumida por la MUD explica la andanada de agresiones o “guerra
sucia” desatada en contra de Falcón por dirigentes políticos que hace un par de
meses decían exactamente lo contrario. Evidentemente, en cada una de esas
agresiones, yace el inocultable peso de una culpa no asumida. No es primera vez
que ocurre algo parecido.
Fue el psicoanalista italiano
Luigi Zoja –uno de los que más ha dedicado su obra a analizar el fenómeno de
las patologías colectivas- quien llevó las deducciones de Freud con respecto a
los sentimientos de culpa personales al plano de las relaciones sociales (ver
por ejemplo su libro “Paranoia: locura que hace historia”, Madrid, FCE, 2014)
De acuerdo a Zoja, todo ser (individual o colectivo) que arrastra una culpa,
intentará borrarla mediante una exculpación. El proceso de des-culpabilización
puede ser llevado a cabo a través de dos procedimientos. El primero es la
reflexión analítica. El segundo, desviando la culpa hacia un objeto externo.
Ese objeto puede ser un pueblo, un grupo o simplemente una persona. Se trata
del “chivo expiatorio” cuya función es hacer cargar a unos con las culpas de
los otros (para decirlo con las palabras del antropólogo René Girard)
Sobre la base de esta breve
reflexión podemos explicarnos la furia descargada por algunos personeros de la
MUD en contra de la persona de Falcón. Ella se debe al hecho de que Falcón ha
retomado el hilo político abandonado por la MUD. Solo por este hecho, más allá
de lo que diga Falcón -lo que importa es lo que representa- su candidatura es
el testimonio de una política renegada por la MUD, es decir, de su
culpabilidad. Pues si llegara a triunfar Falcón, no solo Maduro, también
el abstencionismo predicado por la MUD serían los grandes derrotados.
Una eventual victoria de
Falcón sería una derrota de Maduro pero también lo sería de la MUD. Pero a
la vez, si Falcón es derrotado por un margen no muy elevado, todo el mundo
sabrá que esa derrota habría podido ser evitada por la MUD si es que no
hubiera caído en la trampa tendida por sus propios errores y culpas. Por
consiguiente, la presencia de Falcón representa, por el solo hecho de existir,
una amenaza existencial para la no-política de la MUD. Esa es la razón por la
cual cada voto por Falcón tendrá un valor tridimensional: Primero: en contra de
una dictadura. Segundo: en contra del abstencionismo. Tercero: a favor de una
presidencia en condiciones de iniciar el proceso de transición hacia la
democracia.
Nadie por el momento puede
predecir nada pero es evidente que enfrentar a dos enemigos a la vez hará muy
difícil (aunque no imposible) un triunfo electoral de Falcón. Sin embargo, más
allá de los resultados, la candidatura de Falcón ya ha cumplido una tarea
histórica: la de mantener la continuidad de la lucha lectoral y democrática en
contra de Maduro. De este modo, aún perdiendo Falcón, seguirán vigentes las
bases de esa política. Reasumiendo a esa política, y no la del abstruso
abstencionismo predicado hoy por la MUD, la oposición estará en condiciones de
retomar su camino. El mismo que nunca debió haber abandonado
En cualqiuer caso, la última
palabra no ha sido dicha todavía.
11-05-18
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico