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sábado, 8 de diciembre de 2018

Varios países consideran romper relaciones con Venezuela, advierte canciller chileno, por @DelgadoAntonioM



Ministro de Relaciones Exteriores chileno Roberto Ampuero

ANTONIO MARIA DELGADO 07 de diciembre de 2018

El régimen de Nicolás Maduro, que por meses ha estado perdiendo terreno en el campo diplomático, se verá obligado a soportar aún mayores presiones internacionales a partir de enero, mes en que el gobernante pretende asumir un cuestionado nuevo período presidencial.

Y es que la juramentación del 10 de enero comienza a emerger como un hito en la aguda crisis venezolana, en momentos en que gran parte de América Latina se prepara para desconocer un segundo período presidencial de Maduro.

“Tengo la impresión de que va a aumentar la presión de países con claras demandas de tipo democráticas. (…) Tengo la impresión, también de que en Europa va a seguir aumentando esta percepción y esto debe ir acompañado de otras medidas”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores chileno Roberto Ampuero en una entrevista con el Nuevo Herald.

“Hay países que están pensando romper las relaciones con Venezuela”, mientras que otros están pensando suspender visas “de los familiares de la cúspide para que no se desplacen alegremente por el mundo mientras los venezolanos sufren una de las peores tragedias” registradas en la región, agregó el diplomático.


Al final, los países con vocación democrática comenzarán a reaccionar ante la necesidad de adecuar “las estrategias de condena y de presión sobre el régimen de Venezuela, según las circunstancias que se vayan dando” dijo Ampuero.

Pero el proceso de incrementar la presión sobre el régimen debe al mismo tiempo ser respetuoso de la diversidad de medidas que serán tomadas.

“No hay una receta única. Cada país debe saber cómo expresa su crítica frente al régimen de Venezuela y los efectos sobre la región”, añadió.

Muchos de los países latinoamericanos que conforman el denominado Grupo de Lima han llegado a la conclusión de que en Venezuela rige una dictadura que no respeta los derechos humanos.

Pero el 10 de enero comienza a ser visto como la gota que desbordó el vaso, luego de que gran parte de la comunidad internacional cuestionara los irregulares comicios en los que el chavista Consejo Nacional Electoral declaró a Maduro como ganador para un nuevo período presidencial de seis años.

Múltiples razones llevaron a la comunidad internacional a concluir que ese proceso fue una farsa, incrementando el repudio hacia el régimen.

El malestar mundial sobre los eventos en Venezuela fue evidente a lo largo del 2018, manifestándose en las sanciones aplicadas este año por Europa, Estados Unidos y la Canadá contra integrantes del régimen por el sostenido desmantelamiento del sistema democrático, escandalosas prácticas de corrupción, y las cada vez más frecuentes violaciones a los derechos humanos.

La crisis venezolana también comienza a convertirse en una crisis regional en la medida que millones de habitantes del país petrolero comienzan a trasladarse a los países vecinos para escapar la violencia y las condiciones de hambruna que enfrentan.

“Esta es la migración más grande que ha tenido en América Latina; esto es una cosa gravísima”, dijo el canciller.

A Chile ya han llegado 200,000 venezolanos, mientras que Perú tiene 600,000, Ecuador otros 400,000 y Colombia está en vías de llegar a los dos millones de ellos.

Aún cuando el repudio internacional al régimen ha sido un proceso que ha estado presente a lo largo de este año, la nueva juramentación de Maduro está cobrando un alto grado de simbolismo, consideró el ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Diego Arria.

“La fecha del 10 de enero está despertando a muchos grupos, no solo en Venezuela, sino sobre todo a fuera, llevando a muchos a preguntarse: ¿bueno, qué hacemos ahora?”, comentó el diplomático venezolano, quien también fue Presidente del Consejo de Seguridad de la ONU.

Para muchos, Maduro ya encabeza un gobierno ilegítimo desde hace ya bastante tiempo, pero el número de detractores aumentará aún más a partir de enero, dado al cuestionamiento sobre el resultado de la elección, explicó.

El planteamiento deja abierta la pregunta sobre qué es lo que va a hacer la oposición ante la vacante que dejaría un generalizado desconocimiento internacional al régimen de Maduro.

“¿Va la Asamblea Nacional [controlada por la oposición] a nombrar a un gobierno de transición para ocupar esa vacante?”, preguntó Arria.

“Esto debería llevar a la conformación de un gobierno de salvación nacional en el exilio, porque alguien tiene que llenar ese vacío”, enfatizó.


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