Reuters 08 de febrero de 2019
El usurpador,
Nicolás Maduro, dijo el viernes que la llegada a la frontera con Colombia de
cargamentos con ayuda humanitaria de Estados Unidos para los venezolanos es un
“show”, y pidió que se reparta en la nación vecina.
Maduro
ha negado que en su país haya una crisis humanitaria, pese al éxodo de millones
de sus compatriotas en los últimos años, la escasez de alimentos y medicinas,
la recesión y la hiperinflación. Y dice que su gobierno no aceptará “limosnas”,
y menos de la Casa Blanca, a la que acusa de querer derrocarlo tras haber
asfixiado la economía con sanciones.
La
ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela se convirtió en un centro
de acopio de ayuda humanitaria enviada por Estados Unidos, quien ha reconocido
junto a otros países de Europa y Latinoamérica como presidente interino al
opositor Juan Guaidó, jefe del Congreso.
“Venezuela
no va a permitir el show de la ayuda humanitaria falsa porque no somos mendigos
de nadie, así se sencillo. Tenemos la capacidad de trabajo, de producción, para
atender a 6 millones de hogares”, dijo Maduro a periodistas en el palacio
presidencial.
“Toda
esa ayuda humanitaria agárrenla y se la dan al pueblo de Cúcuta que tiene
bastante necesidad”, agregó.
Los
primeros camiones con ayuda para el país petrolero llegaron el jueves a un
centro de distribución de 150 metros cuadrados en la ciudad fronteriza
colombiana.
Allí
se armaban bolsas de arroz, harina, azúcar y productos sanitarios en sacos para
distribuir, mientras del otro lado de la frontera militares venezolanos y
algunos contenedores bloqueaban el paso de camiones en uno de los puentes
limítrofes.
“Esto
aquí se trata de una campaña humanitaria, es una campaña con base moral y ética
que está formada para aliviar dolor y hambre, que está dirigida a los más necesitados,
es legal, está autorizada por el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó,
y es urgente”, dijo el embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker,
al visitar el centro de acopio.
Guaidó
advirtió a los militares que pueden cometer “un crimen de lesa humanidad” si
impiden la entrada de la ayuda, que calculó puede salvar la vida de unas
250.000 personas.
“Si se
atreven a seguir obstaculizando los caminos iremos a abrir el canal
humanitario”, dijo durante un acto universitario, sin dar mayores detalles.
El
director de la gubernamental Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres
colombiana, Eduardo José González, aseguró que la ayuda no será entregada en
Colombia sino en Venezuela en una operación humanitaria que coordinará Guaidó.
Mientras
la ayuda de Washington esperaba en la frontera de Venezuela y Colombia, una
embarcación de la Armada de Venezuela llegó el viernes a Cuba con vehículos y
materiales de construcción para ayudar a reparar algunos barrios de La Habana
que fueron azotados por un tornado a fines de enero.
“POSIBLE CATÁSTROFE”
Maduro,
que vive su peor crisis de gobernabilidad, se mostró desafiante ante las
sanciones impuestas por Washington sobre la estatal Petróleos de Venezuela
(PDVSA), y aseguró que “siempre tendrá mercados” para el crudo que venía
comercializando en Estados Unidos.
Sin
embargo, dijo que un eventual bloqueo de los barcos que trasladan el petróleo
venezolano tendría consecuencias “catastróficas” sociales y económicas para el
país que recibe el 90 por ciento de sus ingresos de la venta del crudo.
Alrededor
de una docena de tanqueros con más de 7 millones de barriles de petróleo y
productos refinados venezolanos permanecen anclados desde hace días en la costa
estadounidense del Golfo de México, a la espera de saber cómo proceder bajo las
recientes sanciones contra el gobierno de Maduro.
La
Casa Blanca se ha mostrado dispuesta a apoyar al equipo de Guaidó para que
reciba los ingresos por la venta de petróleo con la creación de un fondo
bancario en su país y la designación de directivas paralelas en PDVSA y su
filial en Estados Unidos, el complejo refinador Citgo.
Maduro
advirtió que las personas que acepten esos nombramientos “ilegales” enfrentarán
a la justicia local y reiteró que evalúan más acciones legales para responder a
las medidas de Washington.
Una
agrupación de países europeos y latinoamericanos acordó esta semana enviar una
misión a Venezuela para buscar garantías y conseguir se celebren elecciones
presidenciales lo más pronto posible.
Maduro
se mostró dispuesto a recibirlos pero antes acusó a la Unión Europea de asumir
una posición parcial en la crisis que vive su nación.
“Ojalá
el grupo de contacto de la Unión Europea sirva para escuchar a Venezuela (...)
Ustedes están sordos ante la verdad”, dijo.
A
pesar de su menguante popularidad, Maduro mantiene el control de la cúpula
militar y cuenta con el apoyo diplomático de Rusia, China y otros países.
Pero
Estados Unidos estableció comunicaciones directas con miembros del ejército
venezolano a fin de que abandonen a Maduro y prepara nuevas sanciones para
aumentar la presión sobre el gobernante socialista, según un alto funcionario
de la Casa Blanca.
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