Agencias 16 de enero de 2023
La
inflación, llamada por muchos el “impuesto de los pobres” por su repercusión en
los sectores sociales más deprimidos, golpeó con fuerza a las economías de
varios países latinoamericanos el año pasado y amenaza con ser nuevamente en
este 2023 un dolor de cabeza para los Gobiernos que, incluso, puede agravar el
problema de la migración irregular a Estados Unidos.
Analistas
coinciden en que uno de los casos más complejos es el de Argentina, que con una
inflación del 94,8 % casi duplicó la de 2021, cuando alcanzó 50,90 %, una cifra
inédita desde la salida de la última hiperinflación que sufrió ese país hace
tres décadas.
El tema del alto costo de la vida también preocupa a Colombia, que registró una inflación de 13,12 % (la más alta en 23 años), a Chile (12,8 %, la más alta desde 1992), Perú (8,56 %, la más alta en 26 años), México (7,82 %, la más alta en 22 años) y Costa Rica (7,88 %, la más alta en una década), además del caso crónico de Venezuela que, sin embargo, cerró 2022 con una cifra de 305,7 % frente a la astronómica de 686,4 % de 2021.
El
costo de vida aumentó el 9,2 % en Guatemala, 8,29 % en Uruguay, 8,1 % en Paraguay,
7,83 % en República Dominicana, 5,79 % en Brasil, 3,74 % en Ecuador y 3,12 % en
Bolivia. Del resto de países aún se desconoce el dato definitivo del cierre de
2022.
Para
el exministro de Hacienda colombiano Juan Carlos Echeverry, el aumento de la inflación
en Latinoamérica obedece a una conjunción de factores como los efectos del
mayor gasto público y la emisión de dinero durante la pandemia, el incremento
de la demanda, los problemas en la cadena de suministro y hasta el fenómeno de
La Niña, que altera el clima en los países con litoral en el océano Pacífico.
TODO
SALIÓ MAL
“Todo
lo que podía salir mal salió mal en lo que tiene que ver con la inflación:
choques internacionales, más gasto público, más emisión de dinero. Todo el
mundo pensaba que la inflación estaba bajo control, no sólo en Estados Unidos y
en Europa, sino también en América Latina, y se sorprendió cuando se dio cuenta
de que incluso llegó a dos dígitos”, dijo Echeverry a EFE.
El
panorama se torna más preocupante si a eso se suma el informe anual Balance
Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe, de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que hace un mes proyectó que
el crecimiento regional de este año será una tercera parte de la tasa esperada
para 2022.
“En un
contexto de incertidumbres externas y restricciones internas, los países de
América Latina y el Caribe crecerán un 3,7 % en 2022, un poco más de la mitad
de la tasa del 6,7 % registrada en 2021. Se estima que en 2023 se profundice la
desaceleración del crecimiento económico y se alcance una tasa del 1,3 %”,
señala este análisis.
Según
el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, las
respuestas de política monetaria adoptadas a nivel mundial en 2022 en medio de
la inflación global incrementaron la volatilidad financiera y afectaron los
flujos de capital hacia economías emergentes, entre las que se encuentran las de
los países de la región.
Aunque
la inflación no es la principal causa de la migración hacia Estados Unidos, lo
ocurrido en 2022 puede incidir de alguna forma en un aumento del flujo hacia el
país del norte por las dificultades que afrontan los sectores más
desfavorecidos.
“Las
familias pobres de América Latina han pasado momentos muy difíciles. La
inflación, sobre todo la de alimentos, ha aumentado de manera dramática un 20
por ciento, incluso un 30 por ciento en algunos casos, y eso afecta más a los
más pobres, porque proporcionalmente gastan más de sus ingresos en alimentos”,
según Echeverry.
“Definitivamente
esto tiene que ver con las fuerzas de migración, aunque no es el mayor
determinante. Los venezolanos, centroamericanos y cubanos huyen de países cuyos
Gobiernos manejan muy mal sus economías y buscan un destino mejor, de manera
que la inflación es sólo uno de los factores, probablemente no el más fuerte,
pero sí uno de los más acuciosos”, agregó.
ARGENTINA,
UN CASO DISTINTO
De
acuerdo con el exministro de Hacienda colombiano, 2023 será “un año difícil”
para varias economías latinoamericanas, especialmente las de Argentina y Chile,
por la posibilidad de que la inflación siga en aumento y que a ese escenario se
sume una recesión.
“El
caso de Argentina necesita una atención distinta a los demás países, porque
tiene una situación macroeconómica tradicionalmente muy mal manejada, no tiene
una solución fácil y el Gobierno se alimenta de recursos de emisión
constantemente. Así es imposible controlar el tipo de cambio y la inflación”,
comentó.
Además,
ahondó el experto, “en Argentina simplemente hay un mal diseño de la política
económica, mala calidad de las autoridades, mal manejo del Banco Central y
descontrol de la inflación y el tipo de cambio”.
Por su
parte, Chile, Perú, Colombia, México y Brasil han enfrentado la situación de
forma ortodoxa, con el aumento de las tasas de interés, y ahora se enfrentan a
la disyuntiva de recortar o aumentar el gasto público.
“Los
Gobiernos están en el dilema de qué hacer, si controlar el gasto público o no”,
explica Echeverry a EFE. Hay una nueva ola de gobernantes de izquierda en la
región que se enfrentan a una dicotomía en materia fiscal: si suben las tasas
de interés para controlar la inflación, pueden inducir una disminución de la
actividad económica, incluso una recesión. Pero al mismo tiempo, sus Gobiernos
tratan de proteger a las familias más pobres gastando recursos y, por lo tanto,
generando más déficit fiscal”, señaló el exministro de Hacienda.
Por
eso, “2023 va a ser un año difícil para América Latina. Es posible -agregó- que
se evite entrar en recesión en Europa y en Estados Unidos, pero parece más
difícil evitar esa recesión en Chile o Argentina. Colombia probablemente
evitará la recesión con un crecimiento del 2 % o el 3 %; Perú, México y Brasil
probablemente van a estar más positivos, pero Chile y Argentina van a sufrir
más”, concluyó Echeverry.
Tabla
comparativa de la inflación en 2021 y 2022:
PAÍS 2021 2022
Argentina 50,90 % 94,8 %
Bolivia 0,90 % 3,12 %
Brasil 10,06 % 5,79 %
Colombia 5,62 % 13,12 %
Costa Rica 3,30 % 7,88 %
Cuba 77,3 % No disponible
Chile 7,20 % 12,8 %
Ecuador 1,94 % 3,74 %
El Salvador 6,11 % No disponible
Guatemala 3,07 % 9,2 %
Honduras 5,32 % No disponible
México 7,36 % 7,82 %
Nicaragua 7,21 % No disponible
Panamá 1,6 % No disponible
Paraguay 6,8 % 8,1 %
Perú 6,43 % 8,56 %
R. Dominicana 8,5 % 7,83 %
Uruguay 7,96 % 8,29 %
Venezuela 686,4 % 305,7 %
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