Mariano Martínez 06 de mayo de 2024
Aunque
falta un mes para el inicio formal de la campaña presidencial, los
multitudinarios actos de la líder opositora obligaron a los miembros del
régimen a salir de sus oficinas para recorrer el país
El 4
de junio comienza oficialmente la campaña para la elección
presidencial del 28 de julio en Venezuela, pero en la precampaña,
tanto el chavismo como la oposición ya comenzaron a trazar sus estrategias para
hacerse del voto.
Desde el mismo momento en el que Edmundo González Urrutia fue ungido como candidato unitario de la oposición, el antichavismo comenzó con la titánica labor de dar a conocer a su abanderado, debido a su discreto perfil en la política venezolana. Una tarea que ya se encuentra adelantada, pero no ganada, gracias al recorrido de María Corina Machado con la foto de su embajador en la mano.
“¡Tenemos
candidato: Edmundo González Urrutia!”, expresó el jueves ante el aplauso de
la multitud que la recibió en el estado Zulia, en el occidente del
país.
“¡Estamos
listos!”, añadió. Confirmando así que el asunto de la postulación de González
Urrutia ya está cerrado y que ya cuentan con lo necesario para medirse
en las urnas.
Durante
toda la semana Machado se dedicó a realizar actividades de calle con
la foto de la boleta electoral en la que aparece su embajador.
Las
masivas convocatorias de la opositora hicieron levantar de sus sillas a los
dirigentes del chavismo, quienes salieron a recorrer las calles, aunque con una
participación notoriamente inferior en cada acto.
Así,
se vio al dictador Nicolás Maduro en la localidad de Guatire (al
centro-norte costero del país), un antiguo bastión del chavismo del
estado Miranda.
Las
imágenes de la recepción del jefe del régimen venezolano en la
zona fueron ampliamente difundidas por el aparato de propaganda, incluido Venezolana
de Televisión (VTV), el canal de televisión tomado por el
oficialismo y que es financiado por todos los venezolanos, que destacó la
llegada del dictador bajo el título “Se desbordó Guatire”.
En los
videos oficiales, donde las protagonistas son las tomas cerradas de la
concentración, se ve a Maduro saludando a los asistentes desde el capó de su
vehículo blindado.
A
pesar de las promesas de una gran movilización y la cobertura
mediática del régimen que sugería una acogida masiva, las imágenes y los
informes de testigos presenciales contaron una historia diferente.
En un
video capturado por un aficionado desde la azotea de un edificio entregado por
la propia dictadura, se aprecia a un minúsculo grupo de seguidores
aguardando la llegada del “hijo de Chávez”.
El
pequeño grupo de personas se congregó en las inmediaciones del lugar donde se
desarrollaría el encuentro, mostrando pancartas de apoyo y coreando consignas a
favor del chavismo.
“Así
me recibió el pueblo victorioso y noble de Guatire, con optimismo y amor,
demostrando que la Revolución Bolivariana tiene hombres y mujeres conscientes,
que luchan para defender la Patria bonita y de Paz. Vamos rumbo a la gran
victoria. ¡La esperanza está en la calle!”, expresó el dictador caribeño en su
cuenta en la red social X.
La
reducida asistencia contrasta con las imágenes de multitudes que solían
acompañar las visitas de Maduro al interior de Venezuela en el
pasado, reflejando el cambio en el clima político y social del país.
En
otra muestra de cómo la oposición está marcando la pauta del chavismo, la
semana pasada, la visita de la líder opositora a la localidad de Turén (estado
Portuguesa) coincidió con la presencia del número dos del chavismo, Diosdado
Cabello.
El
vicepresidente del PSUV no se abstuvo de criticar la
candidatura de González Urrutia, alegando que fue una “elección
manipulada por el gobierno estadounidense” con intenciones de apoderarse de las
riquezas venezolanas.
La
campaña del temor
Simultáneamente, el
chavismo emprendió su campaña para infundir temor en el electorado a
través de una escalada de persecución contra la disidencia y amedrentar el voto
opositor.
Tras
el multitudinario acto de la semana pasada en Portuguesa, región en
la que el chavismo también contó en el pasado con un importante apoyo, el
régimen de Maduro arrestó a tres activistas políticos que participaron de la
concentración opositora.
Los
detenidos fueron identificados como Ámbar Márquez, Víctor
Castillo, y Óscar Castañeda.
Estas
detenciones arbitrarias desencadenaron una amplia condena por parte de las
organizaciones políticas opositoras, que catalogaron estas acciones como abusos
graves contra los derechos civiles y exigieron la liberación inmediata
de los afectados.
Esto
sin contar a los distintos miembros del comando de campaña de María
Corina Machado a quienes se les dictó orden de detención durante las
primeras semanas de este año, mientras la oposición cerraba su candidatura para
los comicios del 28 de julio.
De
acuerdo con un informe redactado por el Instituto CASLA para la Corte Penal
Internacional (CPI) que se presentó esta semana, la persecución en Venezuela
“se ha vuelto más cruel e incisiva y lo que trata es de desmantelar cualquier
coordinación que haya dentro de la sociedad civil”, de “atemorizar a todo aquel
que quiera apoyar por ejemplo al partido Vente Venezuela al que declararon un
grupo terrorista”, lo que les permite “ir a por todos sus miembros”.
La
abogada Tamara Sujú, directora ejecutiva del Instituto CASLA, aseguró que las
fuerzas del régimen han llegado a detener a personas que han prestado los
equipos de sonido o el hotel a Machado para pronunciar sus
discursos.
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