Páginas
▼
martes, 13 de octubre de 2009
Racionamiento y Ferraris
Por: Fernando Egaña
En Venezuela hay racionamiento de electricidad, de agua, de gas, de gasolina fronteriza, de alimentos, de información y de libertad. Y Giordani pensando en Ferraris... La súper bonanza petrolera de años recientes es lo que ha salvado al país de entrar definitivamente en una situación de catástrofe humanitaria, a la que nos conduce a paso redoblado la llamada "revolución bolivarista". Y no satisfechos con semejante ejecutoría, tanto el señor Chávez como sus principales colaboradores continúan proclamando las maravillas imaginarias del régimen que encabezan.
Alegan, por ejemplo, que las cosas van por excelente camino porque el Informe de Desarrollo Humano del PNUD, del año 2009, coloca a Venezuela en la posición 58 del escalafón internacional, algunos puestos por arriba de la ubicación de hace poco tiempo. Lo que no dicen, es que el Informe de Desarrollo Humano del PNUD, del año 1998, ubicó a Venezuela en la posición 46 --6 peldaños por encima de ahora, y con un valor de índice de Desarrollo Humano (IDH) de 0,86, superior al de 0,84 del IDH-2009.
En consecuencia, lo que sí deberían explicar es cómo diablos se las ingeniaron para recibir y despachar mil veces la cantidad de mil millones de dólares en una década, sin que ello no solamente no supusiera un mejoramiento radical de la calidad de vida de la nación venezolana, sino inclusive un desmejoramiento sustancial en diversos órdenes del quehacer social, familiar y personal.
El caso del salario mínimo mensual, por ejemplo, es revelador. En la actualidad es de Bs. 959 y el Gobierno le dice al PNUD que este equivale a 446 dólares, porque lo calcula con base a la tasa oficial. Pero como los precios y la capacidad de compra salarial están alineados a la tasa paralela o innombrable, el valor correspondiente del salario mínimo es de 175 dólares. Algo menos de su monto para comienzos de 1999. ¿Hay derecho a ello luego del vendaval de petrodólares? Igual ocurre con muchos otros indicadores sociales y económicos. Los calculan a la tasa de cambio oficial y las estadísticas se favorecen. Pasa con el tamaño de la economía o PIB, con el ingreso por habitante, con la relación deuda externa-PIB y, en fin, con cualquier guarismo o renglón. Sin embargo, la situación es muy distinta y en no pocos aspectos trágica, cuando se analiza la realidad sin motivación propagandística.
¿Y cuáles son los trazos gruesos de esa realidad? Una regresión anti-democrática, una fuerte caída de nuestra capacidad productiva, comenzando por el petróleo; un aumento sideral del endeudamiento público, una canibalización de la infraestructura, una extrema dependencia económico-alimentaria de las importaciones, una explosión de la violencia criminal, una profundización de la crisis educativa, sanitaria y habitacional, entre otros efectos de la satrapía bolivarista.
El racionamiento creciente en lo interno, y la pérdida de soberanía en lo externo son sus resultados connaturales. Mientras tanto, el ministro Giordani se aplaude a sí mismo y sigue soñando en sus Ferraris....
Publicado por:
Opinión y Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico