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jueves, 26 de noviembre de 2009
Cogollos y más cogollos: ¿hasta cuándo cogollos?
Por Carlota Salazar Calderón
¡Oigan! Antes los de AD y COPEI y ahora ¡los revolucionarios! ¡Que… señores!
El concepto criollo de “cogollos” es lo la que la doctrina ha conceptualizado como “elites” para referirse a un grupo minoritario que mantiene ascendencia sobre otros mayoritarios. Cuando nos referimos a los “cogollos políticos” lo hacemos como “elite política” término acuñado por Robert Michels (1879-1936) Sociólogo Alemán especializado en el comportamiento de “elites intelectuales”, para él: siempre, gobierne quien gobierne, gobernará una minoría.
Desarrollado ampliamente el concepto por Gaetano Mosca (1858-1941) Político y Senador Vitalicio Italiano, en el sentido de que esa minoría organizada que detenta el poder, lo hace a través de lo que él llamaba la “formulación política”, consistente en el conjunto de ideologías creencias y mitos que la “clase política” produce, con lo cual justifica su dominio sobre el resto de la sociedad.
Nuestros “cogollos” o “elites políticas” pervirtieron la democracia, por lo cual, llega Hugo Chávez al poder con la bandera de eliminarlos; pero, en lugar de hacer lo propio, ha creado un “cogollo”, “sólo uno”, “una elite política”: ¡la revolucionaria!
Esta nueva “elite política revolucionaria”, utiliza la ideología del “Socialismo del Siglo XXI”, a los efectos de lograr el control hegemónico de la sociedad; creada por Heinz Dieterich Steffan, difundida en el V Foro Social Mundial en el 2005, se funda en visión de Carlos Marx sobre la dinámica social y lucha de clases, sustentada en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y las organizaciones de base. Parafraseando a Mosca, la ideología se utiliza para engañar a la ciudadanía, haciéndoles creer que “ellos tienen el poder” “son el soberano”.
¿Cómo se evidencia el engaño?: 1) existe un control absoluto de los poderes públicos por parte del gobierno central ¿responderán esos poderes públicos en determinado momento al “soberano” o al “presidente”?; 2) control de la economía por parte del Estado (capitalismo de estado) con lo cual el que quiere trabajar, debe estar bajo el yugo de la “elite política” (se aprovechan de la necesidad del otro); 3) se induce a la organización ciudadana, ¿para trabajar por la comunidad? o ¿para trabajar por el partido PSUV? ¿Asisten los funcionarios públicos y los consejeros de los consejos comunales a las marchas y actos proselitistas, obligados, so pena de expulsión?
¿Se puede hablar de un verdadero “poder popular” cuando éste esta siendo inducido por un lineamiento partidista a cambio de prebendas, privilegios y beneficios? - mientras que, a la ciudadanía se le dan migajas, la elite revolucionaria, se enriquece –
Esta “elite política” que si bien es cierto incluyó a un sector importante de la población que había estado excluida socialmente, no es menos cierto que excluye a quienes no están con su proyecto político.
La complejidad de estos tiempos indica atacar los problemas con otras herramientas, que no puede ser la de tener el control de la población, a través de una ideología. El tratamiento debe ser sistémico: sociedad civil, empresa privada, globalización, medios de comunicación, sindicatos, partidos políticos, individualidades, grupos religiosos; al quedar algún elemento por fuera se producen: “desgobiernos”, como el que actualmente padecemos.
carlotasc@cantv.net
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