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martes, 22 de diciembre de 2009
Tenemos derecho a no estar de acuerdo. Entrevista a Maraco
Por Beatriz González
«Tenemos derecho a ser propietarios, a ser productivos, a decidir, a elegir, a vivir en paz y sobre todo tenemos derecho a no estar de acuerdo.» Con esa frase me recibió José D’Acre, alias Maraco, quien dejó de ser un ciudadano más para ser un luchador por convicción, la cual lo hace apoyar al Movimiento Estudiantil en todo momento, sin cuestionar las actividades, sin peros. Maraco sólo sonreía y decía: «Díganme hora y lugar y allí estaré».
Cuando le pregunté a Maraco por qué cree en el Movimiento Estudiantil, su respuesta fue directa, propia de una persona tan dicharachera: «¡Cómo no voy a creer en ustedes, en el futuro! Estaría loco si no lo hiciera. Así que esté donde esté, preso o en libertad, el Movimiento Estudiantil será para mí señal de un país posible».
El 23 de enero del presente año, en una manifestación promovida por el Movimiento Estudiantil en contra de la enmienda constitucional, fue detenido injustamente bajo el cargo de «delito de intimidación pública» y fue encarcelado en La Planta, lugar que durante nueve meses fue su cárcel y su teatro de operaciones. Porque, preso y todo, Maraco no dejaba de pensar ni un segundo en aportar su granito para la democracia, en construir la Venezuela que merecemos.
Fueron nueve meses de incertidumbres y de negativas expresas del Poder Judicial, que jugaba con el delicado estado de salud de Maraco, con su hipertensión, sus problemas circulatorios. Esta pesadilla culminó con la sentencia que le otorga la libertad condicional.
Al hablar del derecho a elegir en Venezuela, me contestó que este derecho es vulnerado día a día, pero no sólo es culpa del Ejecutivo nacional y sus medidas abusivas, sino que es una concepción cultural del venezolano que cree de manera firme que todo debe ser regulado por el Estado.
Me dijo que también eran culpables los partidos y cogollos «que a lo largo de los años han garantizado sus intereses con base en las restricciones impuestas siempre al derecho de los ciudadanos».
A su vez, al preguntarle del fetichismo legal de la Asamblea monocolor, me dijo que «este Gobierno pasa la mitad de su tiempo creando leyes, y la otra mitad ayudando a sus amigos a no cumplirlas».
Para finalizar, Maraco quiso dejarme en claro que su estadía en la cárcel no había amilanado sus ganas de luchar por la libertad, por la democracia y por un país mejor: «¿Habrá algún ser humano que no se sienta obligado y forzado a luchar por la libertad, la mejor condición humana?».
Publicado por:
Planta Baja UCAB
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