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viernes, 8 de enero de 2010
Requisitos morales para ser candidato de la unidad democrática
Decálogo del 2010
Por Daniel Lara
Inevitable hablar de candidaturas, candidatos y demás especies. Es verdad, hay temas mucho más importantes y urgentes. Pero en esto de las metas del inicio de año creo que hay espacio para todo y para todos. Por eso, mi primer decálogo del año arranca con el tema de las elecciones a la AN-2010
El que tiene metas para el inicio del año debería escribirlas. A ver si así, a la hora de hacer balance, consigue evaluar si alcanzó o no la meta.
Ojo: estos no son requisitos políticos (que también los hay y son necesarios). Este es un decálogo moral que, como ciudadano, aspiro que un candidato que me quiera representar, tenga a bien cumplir.
1.-Ser digno representante de su región.
¿Te conozco? ¿Me conoces?: Quien desee ser candidato debe tener siempre presente que será representante de un conglomerado político, pero también de una región y su gente: no es aceptable querer ser candidato por Bolívar si no se ha hecho vida política en ese estado, ni se conoce su problemática cotidiana. El candidato será representante de su electorado, y si el electorado no se siente identificado con él, mal estaremos.
2.-Dar a conocer el origen de sus ingresos.
¿De qué vive usted, candidato?: La poca trasparencia del actual gobierno es una realidad que ya nadie niega. Si queremos de verdad ser alternativa, lo mínimo que debemos tener es candidaturas trasparentes no solo en cuanto a su forma de elección, sino también en cuanto a su modus vivendi: ¿Cómo se gana la vida? ¿Trabaja en algo? ¿Cuánto gana? ¿Tiene intereses económicos que generen conflicto con la actividad política? ¿Quiénes lo financian? Si un aspirante a candidato no puede responder sin titubeos alguna de esas preguntas, algo huele mal. Y yo, sinceramente, no quiero apoyar candidatos hediondos.
3.-Ser dirigente de verdad, no solo en el papel.
¿A quién representa usted, candidato?: La historia política venezolana registra una larga lista de personajes que alcanzaban posiciones por imposición de cogollos, por simpatía de ciertos sectores económicos o por cierta exposición mediática. Así, el escenario político venezolano se llenó de "sindicalistas" que nunca habían trabajado, de "líderes estudiantiles" que pasaban añales en la universidad y no se graduaban, de "dirigentes gremiales" que tenían décadas ejerciendo posiciones en sus organizaciones sin someterse a elecciones, etc. Eso significó la putrefacción del sistema político del que aún no hemos salido. Por eso, quien diga ser "dirigente estudiantil" y crea tener perfil para ser diputado, que muestre en primer lugar su récord de calificaciones y demuestre ser un estudiante regular. Y quien diga ser "líder sindical o gremial", que nos explique de qué se trata el trabajo que hace. Y que sus compañeros avalen su gestión.
4.-Si saltó la talanquera, que se explique primero.
¿Dónde estabas tú? Todo aquel que quiera ser candidato a la AN por la unidad opositora, debe tener su expediente libre de manchas rojas. Esto no quiere decir que si militó en el chavismo está descartado de plano. No se trata de eso. Se trata de que logremos tener un mecanismo "anti máscara" que permita determinar si ese chavista que "saltó la talanquera" lo hizo porque conocía que no iría en las planchas del PSUV y por eso se cambia la camiseta. Si llevamos a un candidato de ese tipo a la AN, pueden estar seguros de que ese ciudadano se volteará a la hora de la chiquita. Por eso, el que fue chavista y haya estado inmerso, en su pasado rojo, en irregularidades administrativas, abuso de poder, atropellos al ciudadano, fraude electoral o barbaridades parecidas, por más apoyo que tenga de los medios de comunicación y de ciertos "neo-cogollos" está moralmente inhabilitado para representar a un ciudadano opositor. Así que no está de más preguntarle a un candidato ¿Dónde estabas tú cuando aplicaban la Lista Tascón? ¿Y cuando Chávez se mandó a hacer una constitución a su medida? ¿Y cuando el aparato del Estado se puso a toda marcha a favor del gobierno en el revocatorio? ¿Y cuando ascendieron los Arné, los Diosdados, los Barruecos?
5.- Debe tener un proyecto serio.
¿A qué va usted a la AN?: Pregunta básica. ¿Cuál es su plan? ¿Por qué un ciudadano debe votar por usted? ¿Por qué usted y no otro? Respuestas no válidas "por el pueblo", "por mi partido", "por la libertad" "por la democracia". No. Eso déjelo para los micrófonos. Explique en palabras llanas y sin guabinear, por qué quiere ser candidato y cual es su meta, su plan, su proyecto en caso de ganar. Si no tiene nada que explicar, recoja sus bártulos y vaya a ver los toros desde la barrera.
6.-Con pasado limpio.
¿Su pasado es pesado?: Si un aspirante a candidato tuvo responsabilidades políticas y salió quemao, que se quede en casa. Aquí se incluyen: ex gobernadores de mala gestión, ex alcaldes con memoria y cuenta desaprobada, ex diputados con récord de inasistencias a las sesiones, "generales de división" de partidos (esos cuyos partidos en que militan, partido que sale dividido) y en general todo aquel que tenga manchas en su pasado político. Podrán ser simpáticos, buena gente, trabajadores e inclusive gozar de cierto liderazgo. Pero esta pelea se libra en el campo de la moral y los ciudadanos no estamos dispuestos a perder.
7.-Buscar candidaturas sin apelar a padrinos.¿A quién mataste para llegar aquí?: Después del trauma que significó la escogencia de candidatos a las elecciones regionales del 2008, deberíamos dejar claro una cosa de aquí en adelante: Que nadie puede ser candidato pasando por el cadáver de ningún otro ciudadano. Esto es, decirle no a las imposiciones de la dirigencia nacional de un partido: si decimos que Chávez es enemigo de la descentralización, no podemos pasar por encima de los liderazgos regionales con el mismo ánimo centralista del gobierno actual. Quien crea tener razones válidas para ser candidato, debe respetar las razones de lo demás y hacerse a un lado cuando sea evidente que otro ciudadano tiene más apoyos en su región. En resumen: prohibido buscar padrinos partidistas/ mediáticos/ económicos para dirimir candidaturas.
8.- Estar dispuesto a apoyar la Unidad si es candidato y si no lo es, también.
¿Está dispuesto a dar lo mismo que aspira recibir?: Usted quiere que la gente lo aúpe, le haga campaña, se una alrededor de su candidatura, que los partidos a los que usted no pertenece le cedan su tarjeta, le cuiden los votos en las mesas y defiendan su triunfo. Muy bien. Si usted quiere eso, tiene que estar dispuesto a hacer lo mismo por otra persona así no sea usted el candidato. Esto quiere decir que no pude usted pretender que la Unidad solo se logra si es alrededor de usted, pero si es alrededor de otro "no juego más". No señor. O estás dispuesto a la unidad o no lo estas. Resumen: apoyarás la Unidad contigo o sin ti.
9.-Tener conocimientos para ejercer como diputado.
¿Que aportará usted a la sociedad desde un curul?: Es decir ¿sabe usted de algo? ¿O es un simple hablador de paja más? Porque necesitamos diputados que sepan la importancia de las leyes, del debate, de la democracia. Que puedan participar en una interpelación a un ministro de Economía conociendo el tema y con planteamientos propios. Que puedan opinar con conocimiento de causa sobre Política Exterior, Seguridad y Defensa, Seguridad Ciudadana, Derechos Humanos. Después de 11 años de habladores de paja, no necesitamos más.
10.- Tener oficio más allá de la política.
¿Tiene usted un Plan B en caso de no ser candidato?: Por ejemplo, usted es profesor universitario y si no es candidato o diputado, seguirá en las aulas. O es usted periodista y, de no tener un curul, seguirá en su periodismo. O es abogado y su "plan B" es ejercer su carrera. Tener un plan B que la gente conozca, le da valor a su candidatura, porque así los ciudadanos sabemos que usted no es un vago, un vividor que anda no en busca de un curul por una causa colectiva sino de una chamba que lo saque de abajo.
Necesitamos candidatos que se parezcan al ciudadano: que sepan lo que es vivir de un quince y último, que padezcan como uno el pésimo sistema de transporte de nuestras ciudades, que les preocupe la educación de sus hijos, que entiendan que las minorías sexuales también tienen derechos y quieren ejercerlos. Gente clara, gente normal. Gente como uno.
Publicado por:
La vida desde aquí
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