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domingo, 10 de enero de 2010
Vetelca, la historia de la primera maquila bolivariana
El 10 de mayo de 2009 el presidente Hugo Chávez, desde el sector El Tigre del estado Barinas, hace la presentación en televisión del equipo celular realizado en Venezuela bajo tutela del gobierno bolivariano, denominado por él mismo, semanas antes, como “El Vergatario”. En otro de sus característicos esfuerzos de propaganda, el primer mandatario aprovechaba un feriado tradicional venezolano, el “día de la madre”, para introducir un producto que simbolizaba el paso de vencedores por el cual marchaba su proyecto político.
Aquel 10 de mayo Chávez afirmaba: “Ese teléfono no sólo será el más vendido en Venezuela sino en el mundo” , anunciando la pronta exportación, tras abastecer el mercado interno, a los países del área andina, del Mercosur –en donde están, entre otros, Brasil y Argentina- y el Caribe. Ante tan ambiciosos objetivos, para quienes hemos leído sobre las características del capitalismo contemporáneo, la pregunta se conjugaba por si sola: ¿de qué manera ser el primero en ventas en una rama tan competida como la de productos de telecomunicaciones? “Mediante el modelo de fabricación basado en maquilas”, responden los prejuiciosos anarquistas. Sin embargo, según todos los análisis sobre la producción en tiempos globalizados, la manera de aparecer en el ranking de los exitosos en ventas es disminuir, al máximo posible, el costo de la mano de obra. Y como bien lo saben compañías como GAP, Nike o Adidas, una experta en modos de producción “ahorrativos”, en dinero y en derechos laborales, es China.
Es precisamente China la socia del estado bolivariano en la empresa mixta Venezolana de Telecomunicaciones (Vetelca), establecida en la Zona Franca de Paraguaná, estado Falcón, desde el mes de enero de 2009. Según la información oficial, al comienzo del proyecto, “en sus instalaciones laboran un total de 140 trabajadores, de los cuales el 80% son mujeres habitantes de la zona, quienes fueron seleccionadas de los distintos consejos comunales de la localidad para trabajar en la planta”. El primer reto era entregar 10.000 unidades a Movilnet para ser ofertadas el día de la madre, tal como lo había prometido el presidente Chávez. No obstante, al poco tiempo los propios trabajadores de la fábrica denuncian, a través de medios de comunicación del propio gobierno bolivariano, que algunos prejuicios pueden estar bien fundamentados
La versión de los trabajadores
Levy Revilla Toyo, uno de los 56 trabajadores y trabajadoras despedidas de la empresa mixta, realizó un detallado recuento de los inicios de Vetelca. Según su denuncia la captación del personal comenzó en octubre de 2008, por parte del Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio, a lo cual acudieron 250 personas “provenientes de las misiones, las universidades y los consejos comunales de diversas zonas del Estado Falcón”, de las cuales perseveran 60. Un segundo proceso de entrenamiento culmina con la selección de 100 personas, en marzo del 2009, y con la elección, desde arriba, de la junta directiva de la compañía, la cual es presidida por Carlos Audrines Flores. El 1 de Mayo, día del trabajador, comenzaron el proceso de ensamblaje de los vergatarios: “era necesario laborar hasta altas horas de la noche, esta jornada no contó con logística previa, lo que generó desmayos en varios camaradas por falta de alimentación y dificultades en cuanto al transporte”. Sin embargo fueron recompensados con un bono de productividad y la satisfacción de haber honrado la palabra del presidente, teniendo los equipos listos en diez días. Posteriormente, se improvisa el ingreso de nuevo personal generando “hacinamiento por el espacio de la planta y el comedor, violentando así el derecho y la participación directa de los consejos comunales, las misiones”. Según lo establecido en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT), promovida por el propio gobierno bolivariano, proceden a elegir los delegados de prevención a pesar de la negativa y las diferentes trabas impuestas por la junta directiva de la empresa. El 7 de julio Vetelca despide a 8 personas, entre ellos, los tres delegados de prevención electos en asamblea de trabajadores. Los afectados acuden a las instancias competentes, las cuales visitan Vetelca para corroborar las denuncias y reciben una particular información: “los trabajadores son estudiantes, el pago no es pago si no una ayuda de manutención, y que ellos no cuentan con una estructura organizativa”. Posteriormente, la directiva le pide a la Guardia Nacional que resguarde la fábrica de los trabajadores, mientras su burocracia acusa a los despedidos, no hay sorpresas en los señalamientos, de contrarevolucionarios. Más adelante despiden a 56 personas, a las que obligan a firmar documentos de renuncia para poder recibir su cheque de salario. En pocos días, la cifra se remonta a 86.
La versión de los burócratas
El 29 de julio de 2009 el Ministro de Ciencia y Tecnología, Jesse Chacón, visitó la fábrica de Vetelca para intentar despejar el clima de incertidumbre entre sus trabajadores. La nota de prensa oficial afirma: “El ministro recorrió la fábrica y se reunió con los trabajadores para anunciarles que, a más tardar en 15 días, podrían estar firmando su contrato laboral”, agregando una perla: “Hasta los momentos, los empleados acuden a sus puestos de trabajo en calidad de operadores mediante la figura de voluntarios, percibiendo un bono mensual de productividad de BsF 1.300”. Según el funcionario “se trata de un modelo de producción socialista con trabajadores «integrales» que se rotan a diario por cada puesto, pues conocen cada uno de los pasos del ensamblaje y el funcionamiento completo de la planta. Además, participan de la planificación de la producción, lo cual apuntó se diferencia claramente del modelo capitalista”
Sigamos apegados literalmente a los reportajes de medios estatales. Carlos Audrines, presidente de Vetelca, al referirse al caso de los despedidos declaró: “fue una desincorporación de personas del proceso de formación, por ciertos incumplimientos de normas”. Sigamos la cita de la noticia de ABN: “Al respecto, acotó que no se puede hablar de despidos de personas que no son parte de una nómina de trabajadores, ya que actualmente el recurso humano de Vtelca está en período de formación y, como parte de ese proceso, la empresa ha estado en constante evaluación y ha tomado decisiones en función del comportamiento y actuación de estas personas” . En otra declaración, esta vez al diario Ultimas Noticias, Audrines se supera a si mismo: “Esas cincuenta y seis personas tuvieron la intención de crear un sindicato por protagonismo o asegurar un puesto de trabajo, con una actitud agresiva y de instigación”. La nota agrega que “Audrines explicó que Vetelca no está registrada como compañía, por eso no hay contrato; «apenas dentro de dos semanas, aproximadamente, nos darán el presupuesto que conformará nuestro capital inicial» explicó. Luego de la prueba y una vez esté constituida la empresa, se procederá a consolidar un departamento de seguridad, «porque en una empresa socialista no cabría la palabra sindicato, porque eso rompería con el esquema de que todos somos iguales y en una sistema socialista no debe haber un sindicato», agregó Audrines. Sobre las acusaciones de que el personal tenía que hacer funciones de mantenimiento, el presidente de la empresa respondió que «por no contar con recursos, los participantes de manera voluntaria realizaban la limpieza». Sin embargo, esta situación cambió desde el lanzamiento de El Vergatario, porque se coordinó con las madres del barrio para que ellas realizaran estas actividades”. El 25 de agosto Vetelca anunció, en una propaganda de prensa, los nombres y cédulas de identidad de los 190 trabajadores y trabajadoras de la “primera nomina” de la compañía.
La conclusión de los anarquistas
Vamos por partes. Lo que el ministro Chacón denomina “modelo de producción socialista integral”, es un eufemismo de lo que en todo el mundo se llama “polivalencia laboral”, una de las características de la flexibilización laboral del capitalismo informacional. La polivalencia establece que los trabajadores deben tener la capacidad de funcionar en diferentes cargos, rotando de funciones según las necesidades del proceso productivo, lo cual contrasta con la especialización laboral propia del proceso fordista de producción. Además, no es cierto que los trabajadores conozcan el “funcionamiento completo de la planta” y que “participan de la planificación de la producción”. Por un lado los trabajadores y trabajadoras de Vetelca son simples ensambladores de un producto final cuyas partes son fabricadas en China, por lo que sólo participan, y de manera limitada, en el ensamblaje y empaquetado de los vergatarios. Vetelca, a pesar de las épicas descripciones que hagan de ella los altos funcionarios bolivarianos, es una vulgar empresa de outsourcing que trabaja para la compañía de telefonía celular del Estado venezolano. El propio Audrines lo confirmó en una entrevista: “Vtelca está en la total capacidad de satisfacer la demanda de productos para Movilnet” Es Movilnet la que decide la cantidad de teléfonos a ensamblar, su fecha de entrega y su cadena de comercialización, tres elementos en los cuales no tienen ninguna injerencia los trabajadores, o en palabras del ministro, voluntarios asalariados de Vetelca. Si al primer mandatario se le ocurre lanzar una promoción de vergatarios para celebrar el nacimiento de Simón Bolívar, un alza en la producción, los empleados tendrán que repetir la jornada de sobretrabajo descrita por Levy Revilla. Este elemento coincide con la propia flexibilización de horarios de trabajo típica de la presente etapa capitalista.
Por su parte, las afirmaciones del economista Audrines también refuerzan la idea de que el proceso bolivariano es más globalización economicista que socialismo. Este funcionario entiende que un período de formación es cumplir con un pedido de 10.000 unidades, tras lo cual aún se continúa en entrenamiento. Por otra parte, es causal de despido organizar un sindicato e intentar asegurar su estabilidad laboral, motivación de cualquier trabajador en el mundo entero. Por último, su confesión de que en Vetelca no se permitirá la organización de sindicatos, “por ser contrarios al socialismo”, no tiene necesidad de comentarios.
El presidente Chávez, Jesse Chacón, Carlos Audrines y las Tortugas Ninja podrán decir, cientos de veces, que el vergatario es un teléfono socialista fabricado en una empresa socialista por voluntarios socialistas. En este caso aunque digan la mentira mil veces los hechos revelan otra realidad: Vetelca es la primera maquila instalada en el país, inspirada en el mismo modelo Chino que hace zapatos Nike, Pelotas de futbol Adidas y chemises GAP para el capitalismo salvaje de hoy.
Publicado en El Libertario nro. 57
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