Que otros se ocupen!!!

Angustia, preocupación, desesperanza, descontento, eso es lo que sentimos muchos ciudadanos que vemos enfrente un panorama nefasto, una sombría realidad, pero que también observamos por primera vez una pequeña luz al final del túnel.

Esos sentimientos desconcertantes y contrapuestos los tenemos porque vemos que nuestros vecinos, amigos y familiares no terminan de dar el paso necesario, el paso imprescindible, de convertirse en activistas de la causa democrática, por una parte vemos que efectivamente y de manera muy lenta, cada día más gente se une al voluntariado que tanto necesitamos para lograr un nivel de participación y organización ciudadana, de manera de colocarle un muro de contención al régimen rojo, pero por la otra vemos que el tiempo es implacable, se acercan tiempos difíciles, tiempos oscuros de trascendental importancia para la República.

Estamos convencidos que la conexión, inexistente hasta hace poco tiempo, entre lo que le pasa al país y lo que nos sucede a cada uno de nosotros en lo personal, se está logrando, pero desde allí hasta lograr que muchos de nosotros den el paso al frente y empiecen a participar de manera organizada, está muy lejos de lograrse.

Todos estamos preocupados, todos tenemos que ganarnos la vida en nuestros trabajos, en nuestras empresas, todos necesariamente necesitamos ocuparnos de los asuntos familiares, de los hijos, de los abuelos, de los nietos, de los hermanos, de las cuentas por pagar, según el caso, pero debemos de entender que el trabajo social, el trabajo político, el voluntariado militante tiene que convertirse en parte cotidiana de nuestras actividades.

Una persona amiga que colabora con nosotros en muchas actividades, nos decía hace algunos meses que la clase media es la clase cómoda, que la gente simplemente no está todavía dispuesta a involucrarse en los asuntos políticos, en los problemas comunitarios, en conversar, hablar y convencer a su vecino que es necesaria su incorporación, si no logramos un cambio de actitud en lo inmediato poco podemos lograr los poquitos que ya dimos el salto adelante.

La oportunidad, la pequeña luz al final del túnel, la tenemos enfrente, la vía constitucional, democrática y no violenta de cambiar las cosas, está allí, pero no estamos seguros que la sabremos aprovechar.

El reto en lo inmediato son las elecciones a la Asamblea Nacional el próximo 26 de Septiembre, pero no termina ese día, por lo contrario, comienza ese día, pues tenemos que defender nuestros votos y a nuestros candidatos que serán acosados, humillados y dejados de lado. La historia reciente nos lo demuestra en el caso de la Alcaldía Mayor, cuando ni Antonio Ledezma asumió su rol con verdadera firmeza y ni siquiera pudo tomar posesión del Palacio de Gobierno, ese que estaba invadido enfrente a la Plaza Bolívar de Caracas, ni nosotros tampoco le brindamos el apoyo necesario y contundente para que asumiera el rol que todos esperábamos, la razón es que pretendimos que fueran otros los que se ocuparan.

Que otros se ocupen, es una realidad que vivimos cotidianamente, esperamos mucho de la oposición democrática, pero no nos ocupamos de hacer posible que se logren las cosas, los pequeños y tímidos avances que hemos logrado, siempre encuentra una pared hasta ahora insalvable, la desinformación, la poca participación, la desconfianza, la desunión, la inconformidad, el descontento y por supuesto permitimos o pretendemos que otros se ocupen.

En este momento no es permisible que otros se ocupen, la mayoría ciudadana solo se preocupa. Si después de 11 años de desastre gubernamental no nos empezamos a ocupar, tendremos gobierno rojo para rato, tal vez hasta el 2021.

Editorial del Equipo Productor