Secuestro express, una realidad cotidiana

Editorial del Equipo Productor

Son las 3:30 AM de un viernes cualquiera en Caracas, los chamos, que ya no son ni tan chamos pues su promedio de edades fluctúa entre los 21 y los 26 años, con sus novias se encuentran en un centro nocturno del C.C. San Ignacio.

Una pareja de ellos decide que es hora de retirarse y abandonan el local, van hasta su vehículo, que es una camioneta Fortuner de la Toyota, valorada en 300,000 BsF, y salen del Centro Comercial, la novia de Cheo vive en Caurimare, velozmente se dirigen hacia allá, sin percatarse que son seguidos de cerca por otro vehículo, que resulta ser otra camioneta Fortuner Toyota nueva.

Llegan a la calle donde vive la novia de Cheo, que tiene caseta, valla y vigilancia privada, como son conocidos los vigilantes dejan pasar la camioneta, la que los sigue se detiene en la caseta y les dice a los vigilantes que van con el amigo de la anterior camioneta, 4 hombres a bordo, bien vestidos, los vigilantes los dejan pasar.

Al detenerse Cheo enfrente del edificio donde vive su novia, son abordados por tres hombres armados, cara descubierta, obligan a la novia a retirarse, a Cheo lo introducen en su propia camioneta en el asiento trasero y bajo amenaza de muerte lo obligan a acostarse en el asiento trasero, el secuestro está consumado, comienza el drama.

Son las 4:10 AM, primera llamada telefónica desde al celular de Cheo a su hermano que estaba saliendo del local nocturno en el San Ignacio junto con el resto de los amigos y sus novias, Carlos observa la situación, ve que Diego el hermano de Cheo comienza a llorar, y le dice secuestraron a mi hermano, Carlos le arrebata el teléfono y comienzan las negociaciones, los insultos y las amenazas de muerte para Cheo, el precio inicial del rescate 50,000 BsF, “te llamo en media hora, sino consigues el dinero le pego un tiro en la cara a Cheo”.

Entre los amigos está Andrés que tiene la experiencia de dos secuestros express en su familia en el transcurso de los dos últimos años, todos se dirigen a la casa de Cheo en La Florida, comienza la búsqueda del dinero, el padre de Andrés dispone de 15,000 BsF guardados en su casa, listos empacados en billetes de baja denominación, entre los demás amigos y familiares reúnen en el transcurso de 1 hora 30 minutos de 10,000 BsF adicionales.
Son las 4:45 AM siguiente llamada de los secuestradores, Andrés se hace cargo de las negociaciones, advierte a la familia que no deben acceder a las peticiones inmediatamente, pues de resultar demasiado fácil pedirán más dinero y probablemente le den muerte al secuestrado, Andrés ofrece 8,000 BsF que es lo que dispone, los secuestradores advierten que si no consiguen el resto matarán a Cheo.

Adriana novia de otro de los amigos, llama a su padre por teléfono y le pide dinero para salvar la vida de Cheo, este le contesta que recién acaba de entregar 5,000 BsF que tenía guardados en su casa para otro secuestro del hijo de otro amigo, no dispone de más dinero en efectivo. Aparecen 7,500 BsF adicionales, el negociador dispone de 32,500 BsF. Siguiente llamada 5:30 AM, Andrés ofrece 12,000 BsF para salvar la vida de Cheo, los secuestradores no aceptan y le dan un plazo de 1 hora para el resto del dinero.

La tensión en aumento, Cheo es un joven de 24 años, que está por graduarse de Administrador en una Universidad caraqueña, padre y madre aterrorizados, nunca habían pasado por una experiencia tan dramática. Suena el teléfono por cuarta vez 6:15 AM (Sabado), Andrés ofrece 20,000 BsF y le advierte a los secuestradores que ya habían agotado todas las posibilidades, que para ese día era muy difícil conseguir dinero adicional, después de una amarga conversación, los panas secuestradores acceden a devolver a Cheo por ese monto, le dan indicaciones de donde y como hacer la entrega del dinero.

Son las 6:45 AM, sin certeza que Cheo será liberado con vida, el dinero es entregado en el sitio predestinado, varias bolsas plásticas de mercado con el dinero adentro, colocada en la calle al lado de un contenedor de basura.

Ultima llamada 7:05, el secuestrador se despide y les indica que acaban de liberar a Cheo. El secuestrado es liberado a una cuadra de la Clínica Atias en Los Rosales, por mera casualidad cercano al lugar de la liberación vive un familiar de Cheo, corriendo llega a la casa y llama por teléfono a su casa. Esta vez los secuestradores cumplieron, tres horas después el drama finaliza.

Este caso de la vida real, pues uno de los chamos que estaban en el local del C.C. San Ignacio era mi hijo, no ingreso a las estadísticas criminales, no se le dio aviso a la Policía, no hubo denuncia posterior, queda para el consumo de los que supimos del hecho. ¿Cuántos casos ocurrirán en Caracas en una semana?, nadie lo sabe, pero si nos enteramos a cada rato que secuestraron al “hermano de fulanita”, a la “novia de Perencejo” al “hijo de la comadre”, y tuvieron que pagar una fuerte suma de dinero.

Los secuestros express no solo ocurren en las zonas de clase media, ocurren a diario en los barrios y urbanizaciones humildes, la única diferencia es que los montos negociados en esos casos son menores, pero el hampa y las bandas criminales organizadas están ganando terreno.

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