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viernes, 10 de septiembre de 2010
Mosca con descuidarse
Por Alfredo Yánez Mondragón
Con cuanta facilidad sucumbimos al inmediatismo. Que ligeros somos al encontrar héroes y temas intrascendentes, que nos alejan del fondo de nuestros dramas. Impresiona la velocidad con la que se nos diluyen los acontecimientos, los eventos que ciertamente marcan, o pueden marcar, el destino del país, de nuestra vida.
Ni siquiera avistamos la posibilidad de sumar, como si se tratara de una torre que aumenta su tamaño. No; simplemente desechamos una ola y nos montamos en la siguiente; si la surfeamos, bien; si nos pasa por encima, bien también. No nos detenemos a estudiar el curso, la velocidad, la trascendencia.
Así, de repente se nos hace issue de campaña la tarjetita inexistente o la proclama de un carro con combustible gratuito; sin detenernos a pensar que todas las estaciones que habían sido modificadas para surtir gas, fueron desmanteladas. Así, Baduel se catapulta por cinco minutos, o la solidaridad con la jueza cobra tal fuerza, que parece tener -al menos en las redes sociales- más importancia que la correlación de fuerzas que se obtenga; independientemente de cual opción obtenga más votos globales el venidero 26 de septiembre.
Alguien me comentaba hoy que con la fragilidad de memoria de los venezolanos, proclives a olvidar incluso el pecado mortal de los 170 millones de kilos de comida "no conforme" por vencida; como se iba a pretender encausar con fuerza una candidatura tras las rejas; que no aparece en los sondeos, en los estudios, en la realidad viva de la gente. Suena cruel, suena despiadado, pero los venezolanos; aun cuando nos apuntemos a hacer clic en el botón de follow de una cuenta twitter; no tenemos ese impulso real y decidido que Franklin Brito o María Afiuni, a título individual, han demostrado.
Nosotros somos solidarios de la comodidad; y con cualquier chasquido cambiamos la mirada y el foco. Dos cadenas, una caravana y una encuesta, con algún dejo de manipulación, nos tumba el entusiasmo; nos conmina a la duda, nos hace flaquear, nos distancia de esos dos personajes que nombré líneas arriba; que no se detuvieron en artículos fatuos, y asumieron su decisión con coraje y voluntad.
Afiuni; de quien he escrito mucho en estos días; asumió que la MUD no la va apoyar, pasó la página y siguió su lucha, la propia, la individual, la que la enaltece y la que le ganará más afecto, y mayores logros. Hoy demostró que no necesita de caminos expeditos, ni de trampolines. Así como decidió la libertad condicional de un procesado; así mismo tuvo la fuerza, la convicción, la humildad, la valentía, para negarse a más injusticia. Hoy, en un solo acto se deslastró de mucho del peso que la atormentaba; independientemente de que le falte mucho por andar.
Nosotros, en cambio, retomamos el camino de los lamentos, del insulto pendenciero, de la descalificación, de la alegría por los rumores, y del desconcierto por la falta de confirmación. Se nos fue otro día para la ratificación de nuestros principios, de nuestros objetivos. Volvimos a perder un día entre esperanzas y noticias atadas con las lianas de una ilusión que desatiende lo central, lo real, lo verdaderamente importante.
En medio de los altibajos del día, del aferrarse a un hecho accesorio, descuidamos la conversación sensata para asegurar el voto de algún indeciso que sigue creyendo que José Manuel Olivares, en Vargas -por ejemplo-, es causante de la debacle de ese estado, porque hoy, en fórmula unitaria, lo respaldan AD y Copei.
Hoy perdimos, por esa manía de creer que todo se resolverá con una curul; una, y solo una, la oportunidad de aclararle a muchos que en el tarjetón para el Parlamento Latinoamericano se deben realizar dos votos nacionales.
Ojalá que en los próximos dieciocho días, retomemos el espíritu con el que iniciamos este proceso de rescate. La fuerza ciudadana impulsó, fue la causante de esa materialización de una plataforma unitaria que hoy aspira al apoyo final y decidido, sin distracciones, sin pañuelos en la nariz.
Nos han dicho que la propuesta es demolición y liquidación. En nosotros, y no en la dirigencia está la responsabilidad. Hoy, más que nunca cabe aquel refrán popular: "Guerra avisada no mata soldado…"; Dios quiera que ninguna distracción por ventajismo, por tarjetitas de consumo, por ferias de un turismo sin infraestructura, o por solidaridad mal entendida, nos haga descuidar.
En twitter: @incisos
Publicado por:
http://blogs.eluniversal.com/2010/09/09/incis_blog_mosca-con-descuidars_09A4448811.shtml
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