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viernes, 8 de octubre de 2010
La Asociación de Profesores USB al país
El siguiente comunicado fue publicado en el diario Últimas Noticias el sábado 02 de octubre. Su contenido se inscribe en el contexto de las resoluciones de la asamblea de profesores celebrada el día 14 de septiembre.
DE LOS PROFESORES DE LA UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
A TODOS LOS VENEZOLANOS:
Nunca en la historia de las universidades venezolanas, éstas habían sido sometidas a una política de maltrato y descuido por parte del gobierno nacional, como la que sufren actualmente. El presupuesto de las universidades ha permanecido constante en bolívares desde hace ya casi cuatro años. Con una inflación estimada en aproximadamente un 30% interanual, la capacidad financiera de las universidades se ha reducido a menos de la mitad de lo que era a finales de 2007. Este estrangulamiento presupuestario y financiero, como veremos, ha tenido nefastas consecuencias en el reciente desempeño de las instituciones.
En la medida en que la asignación en bolívares a las universidades se ha mantenido constante en el tiempo y los costos se han incrementado vertiginosamente, su disponibilidad financiera se ha venido reduciendo y limitando a escasamente cubrir las providencias estudiantiles y los sueldos del personal, pero a los niveles de hace tres años. Los laboratorios ya no cuentan con lo necesario para llevar adelante las prácticas establecidas para el desarrollo de habilidades técnicas requeridas en el desempeño profesional. Las compras de libros y subscripciones a revistas científicas, técnicas y humanísticas en las bibliotecas han sido suspendidas, con lo que estudiantes ya no tienen acceso a la información necesaria para mantenerse al día en sus propias disciplinas. Se ha paralizado la compra y dotación de equipos de computación para salas, laboratorios y oficinas, y el acceso a internet se torna cada día más precario. La infraestructura universitaria, pues, se encuentra en franco deterioro.
El miserable nivel de los sueldos profesorales ha provocado una masiva fuga de talentos hacia otros destinos, mayormente fuera de Venezuela. Las universidades han perdido su competitividad en el reclutamiento de nuevos profesores, al no poderles ofrecer beneficios socioeconómicos cónsonos con su formación académica. Programas que representaban atractivos, como el de HCM, han sufrido el colapso financiero provocado por la parálisis presupuestaria y hoy en día se encuentran en riesgo de desaparecer. El resultado de todo lo anterior ha sido una reducción en el nivel académico instituciones que en el pasado descollaron por la excelente formación de sus profesores y el desempeño de sus egresados.
El Ministerio para las Universidades ha incurrido últimamente en atrasos de hasta un mes en la entrega de los fondos correspondientes a sueldos y salarios, en varias oportunidades, con el consecuente retardo en el pago de los mismos. Estos incumplimientos son inéditos, al menos en la historia de la Universidad Simón Bolívar.
La política universitaria del actual gobierno nacional ha sido la de la masificación universitaria mediante la creación de nuevas universidades, al tiempo que se abandonaba a las instituciones creadas previamente al año 1998. El resultado ha sido el agudo deterioro general del sector universitario. Además de crear nuevas universidades, el Ejecutivo debió haber forjado alianzas con las existentes con el fin de atender aumentos en la demanda y ayudar, con experticia y conocimiento, en la creación de instituciones para atender la impostergable necesidad de mejorar el deplorable estado de la educación media y formar técnicos para atender las necesidades de la la industria nacional. Pero esto no se hizo. Igualmente ha ignorado la experiencia y recomendaciones de las organizaciones gremiales profesionales, tales como el Colegio de Ingenieros y el Colegio Médico de Venezuela.
El gobierno ha venido, de facto, desconociendo e irrespetando las convenciones colectivas que regulan, desde hace unos 30 años, sus relaciones con los gremios del sector universitario. Pero esta política no se circunscribe exclusivamente a las universidades. Lo mismo ha ocurrido con los sindicatos de las empresas de Guayana, con el sector de la salud, con los trabajadores petroleros, con los del magisterio, con los del Metro de Caracas, entre otros. Habría que preguntarse el propósito de esta política de maltrato generalizado a los trabajadores del Estado venezolano.
Las universidades venezolanas necesitan el apoyo de los venezolanos. El desarrollo del país está estrechamente vinculado al desempeño de sus universidades. Las universidades se encuentran en grave situación de emergencia. Las universidades representan la luz y conciencia de nuestra sociedad y son cantera del talento que necesita Venezuela para su desarrollo. Hacemos un llamado a los diferentes sectores del país a unirse en defensa de la Universidad venezolana.
ASOCIACIÓN DE PROFESORES DE LAUNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
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