Unidad contra tramoyas del totalitarismo

Por Veneconomia

La Venezuela democrática tiene mucho que celebrar. El 26 de septiembre la mayoría electoral obtenida por los candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) al Parlamento le puso un primer freno al avance del castrocomunismo que promulga Hugo Chávez.

¡Pero, cuidado! Este cambio en la correlación de fuerzas políticas en el Legislativo es apenas uno de los muchos obstáculos que aún deberán sortear los factores democráticos, antes de que se comiencen a ver las luces de la restauración de la institucionalidad democrática, de la recuperación del aparato productivo y de la reactivación de la economía.

Desde las esferas del poder de Miraflores ya han enviado señales que indican por donde irán los últimos tiros en la fase de agonía de la actual bancada roja parlamentaria.

Según, las voces guerreristas de Iris Varela y Aristóbulo Istúriz, siguiendo la línea de su Comandante en Jefe, los rojos parlamentarios aprovecharán al máximo los tres meses que les quedan, para legislar a toda carrera las leyes orgánicas socialistas que vienen cocinando.

También amenazaron con designar nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia que estarían en funciones por 12 años, aprovechando la solicitud de jubilación anticipada que hiciera un número importante de magistrados (una trácala que vienen preparando desde hace unos meses).

E, igual de grave, también anunciaron que podrían aprobarle a Chávez una nueva Ley Habilitante, para que legisle en paralelo, a fin de convertir en un cascarrón vacío la nueva Asamblea Nacional.

Ante este nuevo intento de humillar a la institucionalidad democrática, los parlamentarios de la MUD tienen el reto de elaborar con rapidez una estrategia de acción para varios frentes.

El primero en el blindaje de la unidad. Ésta fue la razón principal de los positivos resultados del 26S y será clave para el futuro de la democracia. Ahora tendrían que incorporar otros grupos minoritarios independientes que comparten su compromiso con la democracia, entre otros, al Partido Patria Para Todos.

Otro reto igual de importante es establecer un mensaje con propuestas alternativas a las leyes comunistas que Chávez tiene bajo su manga. Ese mensaje tendría que ser atractivo e inclusivo, de manera que influya en todos los sectores del país, para sumar a la misma causa a opositores, chavistas y "neutrales".

La MUD tendría que fijar reglas de juego claras para controlar la incipiente epidemia de "presidencialitis". En ellas debería prevalecer la transparencia y la participación de la población.

Igual de importante es el diseño y la rápida puesta en práctica de una estrategia comunicacional que mueva a la opinión pública. Queda demostrado que cuando la opinión pública enfrenta con determinación los avances comunistas de Hugo Chávez, éste retrocede.

La oposición tiene un gran desafío ante sí y su reto principal es impedir una nueva catástrofe legislativa que arrase con lo que sobrevive de democrática.

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