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sábado, 19 de marzo de 2011
¡Ya no es el fusil al hombro, ni los cogollos!
Por Carlota Salazar
En el marco de una nueva forma de hacer política desde la honestidad, transparencia y el compromiso con una ciudadanía maltratada, hasta ahora, por propios y extraños. Es necesario buscar formulas de lucha entre: en lo que nos queda del Estado de Derecho Social contenido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y lo que nos deja la imposición de un modelo autoritario – comunista que pretende el control de la sociedad, mediante el mal llamado Poder Comunal. Se trata de utilizar estas hendijitas para el enfrentamiento político, que sin confrontación bélica nos conduzca a conformar una mayoría democrática. Veamos de qué va esto.
Los cambios sociales en un país no se producen aislados. El efecto de la globalización hace que la gente reciba insumos de otras partes, que alimenta otras necesidades. Así a comienzos de los ochenta nace la expectativa ciudadana en participar en los asuntos públicos, en todo el mundo. En Venezuela comienza toda una corriente que obliga al gobierno de Lusinchi a instalar la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE) y con ella una serie propuestas: descentralizar las estructuras administrativas, hacerlas más transparentes e incluir a la ciudadanía en la gestión pública. Pero, la ausencia de voluntad política para implementarlas, nos condujo por el camino del Caracazo (1989), del Golpe de Estado (1992) y al triunfo de Chávez en el (1.998).
La Constitución del 99 recoge esta sentida necesidad ciudadana y diseña todo un sistema político para que la ciudadanía participe efectivamente. Sin embargo, a partir del 2005 cuando el Presidente decide cambiar de régimen político y transita el Socialismo del Siglo XXI, da inicio a una tortuosa lucha en defensa de los derechos constitucionales y de las libertades públicas. ¿Por qué? Porque se trata de la imposición de un orden social distinto al constitucional, al cual la sociedad le dijo NO por vía de referendo.
Dos visiones de país: uno democrático y plural y otro comunista autoritario, pero ¿cómo lo enfrentamos? Los tiempos de guerrillas pasaron y la ciudadanía quiere paz. Lo enfrentamos con gente, señores. Necesitamos instrumentar los mecanismos legales para que la ciudadanía se exprese. En consecuencia debemos implementar con mucha fuerza las iniciativas legislativas y los referéndum consultivos.
Quiere decir, que presentar al país una Ley de Participación Ciudadana que desarrolle los principios constitucionales es fundamental. En paralelo en cada localidad solicitar referendo consultivos sobre los temas como: quiere Usted organizarse sólo mediante consejos comunales direccionado por el Poder Popular o quiere diversidad de sectores plurales y democráticos. Para quienes digan que el Poder Popular tenemos que soportarlo porque esta en una ley, le debemos explicar que el gobierno logra ese espejismo legislativo, gracias al control de los poderes públicos.
Tenemos que utilizar estos instrumentos como herramienta de lucha política.
carlotas@gmail.com
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