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miércoles, 22 de junio de 2011
Una dama que desafío el régimen
Por Verónica Colmenares Silva, 19/06/2011
Algunos no conocen con exactitud, geográficamente hablando, dónde queda Myanmar. Para los habitantes de ese lugar resulta un enigma conocer el espacio geográfico donde habita la palabra Libertad. Myanmar, también conocida como Birmania, es un país ubicado en el sudeste asiático, con una población aproximada a los 54.000.000 habitantes y un régimen de dictadura militar.
En este lugar, el 19 de Junio de 1945 nació Aung San Suu Kyi, hija de Aung San, uno de los héroes nacionales quien firmo el tratado de independencia en 1947 justo antes de ser asesinado. Suu Kyi heredaría de su padre el sueño de Libertad.
Tras diplomarse en Oxford, trabajar en las Naciones Unidas y ser profesora en la India, Suu Kyi decide volver a Birmania en 1988, donde participó en el “Segundo Combate en pro de la Independencia Nacional”, inspirado en la “No Violencia” instaurada por Mahatma Gandhi.
Suu Kyi, movía las masas, alzaba la voz y estaba dispuesta a lograr un cambio en ese régimen represor que desde 1974 tenía un programa socialista establecido que no pretendía cambiar.
En 1989 la nueva heroína de Myanmar fue sometida a arresto domiciliario en Rangún.
Para 1990 asumió la dirección de “La Liga Nacional para la Democracia”, los resultados tras las votaciones fueron aplastantes, pero eso no cambió la situación. Los resultados fueron ignorados por el gobierno y el Gral Saw Maung se dispuso a gobernar haciendo caso omiso a la decisión del pueblo.
La palabra rendirse no estaba en el diccionario de Suu Kyi, optó por permanecer al lado de su pueblo dando testimonio de su fe en “la idea del bien y de lo justo”, siguiendo ejemplos de Gandhi y la religión budista.
Su actitud y entrega la hizo merecedora del Premio Thorolf Rafto de Defensa de los Derechos Humanos, el Premio Sájarov de Libertad de Pensamiento, y el Premio Simón Bolívar, igualmente la Amnistía Internacional la reconoció como prisionera.
El 14 de Octubre de 1991 su lucha desinteresada fue recompensada con un Premio Nobel de la Paz, gracias al cual dio a conocer internacionalmente el combate de su pueblo, y rechazo públicamente el exilio que le proponía el Gobierno a cambio de su silencio. “No es el poder lo que corrompe, sino el miedo. El miedo a perder el poder”
Su nombre y obrar había cruzado las fronteras, y es por esto que en 1995, los Estados Unidos ejerce presión sobre el Gobierno para que liberen a Suu Kyi.
Lo hacen pero “de lo bueno, poco”, en 1996 vuelve la represión, esta vez las visitas no eran permitidas. Sin embargo, logro enviar a las Naciones Unidas mensajes grabados que denunciaban el empeoramiento de la situación en su país. Los derechos humanos eran ultrajados una y otra vez.
El Gobierno jugó con el ataque psicológico. Su esposo Michael Aris murió de cáncer de próstata en marzo de 1999 sin poder ver a su mujer, esperando una visa que nunca fue concedida por el Gobierno Birmano. Igualmente, su hijo menor, Kim Htein Lin, solo pudo compartir con Suu Kyi unos breves minutos en abril de 1999, ya que el Gobierno se negaba a conceder permiso para visitas.
En 2007, la situación se hizo incontrolable, Suu Kyi fue trasladada a una cárcel, y tras una tensa calma los Monjes Budistas se lanzaron a las calles para manifestar su inconformismo contra el régimen militar. Fueron diez días de protesta. La orden del gobierno fue clara y la represión tuvo lugar, se disparó de manera indiscriminada contra la protesta causando la muerte de un número indeterminado de personas. Las declaraciones internacionales en contra de la violencia eran constantes, el Gobierno accedió a liberar presos políticos por miedo a perder relaciones económicas.
El 25 de Enero de 2010 se filtró un rumor: la pronta liberación de Suu Kyi.
La exigencia de justicia fue constante por parte de presidentes como Barack Obama, Nicholas Sarkozy, y políticos como Hillary Clinton.
Finalmente el 13 de Noviembre de 2010 Suu Kyi fue liberada. La recibieron en la puerta de su domicilio unas 3.000 personas.
Suu Kyi pasó 15 de los últimos 21 años encarcelada o privada de libertad. Quince años en la cárcel por defender un derecho que tenemos desde el momento en que nacemos.
Aung San Suu Kyi luchó y sigue hoy en día, a sus 66 años de edad, luchando por lo que considera correcto, tratando que la Libertad no sea más un Terreno de Acceso Prohibido en su país. Esto es lo que el mundo necesita.
“No hay nada que pueda compararse con el valor de la gente normal, cuyos nombres son desconocidos y cuyos sacrificios pasan inadvertidos”
Suu Kyi.
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http://www.guayoyoenletras.net/?p=12576
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