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lunes, 25 de julio de 2011
Caracas 444
Por Gerardo Blyde, 22/07/2011
Expropiando estacionamientos no se dotará jamás a Caracas de los servicios que necesita
Nuestra Caracas arriba a sus 444 años. Desde su fundación como un pequeño caserío en nuestro estrecho valle de clima envidiable hasta lo que hoy existe ha pasado por diversos planes, deseos y propósitos, la mayoría de ellos inconclusos y algunos de ellos apilados en algún baúl de los recuerdos
En 1577, el entonces gobernador de la ciudad, Juan de Pimentel, produjo el primer plano de la ciudad, ordenada de forma ortogonal (por cuadrículas) cuyo punto central lo constituía la Plaza Mayor (hoy Plaza Bolívar). Por décadas, la ciudad creció muy lentamente y el valle de Caracas se mantuvo verde en todas sus montañas y con extensos sembradíos en sus zonas bajas y más planas. El registro poblacional de la ciudad indica que para 1935 Caracas sólo contaba con una población de apenas 136 mil habitantes. Fue sólo a partir de 1937 que comenzó un éxodo a la ciudad que nos ha llevado en apenas 74 años tener hoy una población 5.500.000 habitantes, según el INE, y más de 1 millón de residentes en las zonas de influencia cercanas a la ciudad (Altos Mirandinos, Valles del Tuy, Guarenas y Guatire).
Eleazar López Contreras fue quizás el primer Presidente que pensó en la necesidad de darle a la ciudad un plan modernizador. Para ello, contrató a un grupo de arquitectos franceses y les pidió incluyeran un proyecto de ensanchamiento de las vías, un eje para establecer las edificaciones gubernamentales fundamentales y el establecimiento de plazas y espacios públicos para el ciudadano. Lo llamaron pomposamente el Plan Monumental para Caracas (Plan Rotival). El gobierno sólo terminó aprobándolo parcialmente y ejecutándolo en una muy pequeña parte. El auge económico hizo que en los años 40 las migraciones hacia la capital desde la provincia aumentaran. Mucha población campesina se trasladó a Caracas en procura de mejores condiciones de vida. Muy pronto, a estas migraciones internas se sumó migraciones europeas, sobre todo de españoles, portugueses e italianos, quienes huían de la pobreza extrema que la guerra había dejado en el viejo continente. La ciudad creció de manera exponencial poblacionalmente y sin la planificación necesaria para cubrir todos los servicios que sus viejos y nuevos habitantes requerían. En 1951, Germán Suárez Flamerich vuelve a contratar a los franceses (Rotival) que a finales de los años 30 había producido un Plan Vial para la ciudad, denominado Plan Regulador que desarrolló luego Marcos Pérez Jiménez y que incluyó el sistema de autopistas, distribuidores, ensanchamientos viales y elevados. En esa década, dentro de la política desarrollista del régimen, se construyeron modernos hospitales para la ciudad y obras tan importantes como el Centro Simón Bolívar, Los Próceres, el Teleférico, el Hotel Humboldt, la Ciudad Universitaria y decenas de avenidas y urbanizaciones. La ciudad siguió creciendo con más migraciones internas y europeas y mezclándose para producir una increíble diversidad cultural.
Luego vivieron los inmigrantes de Chile, Argentina y Uruguay, quienes escapaban de cruentas dictaduras que perseguían a quienes pedían libertad. Caracas los albergó. También, desde Colombia se produjeron oleadas de migraciones buscando mejorar sus pésimas condiciones de vida. La ciudad acabó desbordada entre su propio crecimiento natural y el incontrolado efecto de la sobrepoblación en un valle tan estrecho y de topografía tan compleja. Hoy los servicios públicos están colapsados. La vialidad no soporta la cantidad de vehículos que sobre ella transitan. El transporte público es deficiente. Los proyectos viales de envergadura para circular alrededor de la ciudad, como una gran autopista por el sur que cerrara el círculo con la Boyacá, nunca se ejecutaron. La conexión de la autopista Regional del Centro con la autopista de Oriente fuera del valle de Caracas -para evitar que todo tenga que pasar por la ciudad- sigue en veremos. Los planes integrales para mejoramiento y equipamiento urbano que permitan realizar inversiones cuantiosas en las zonas populares ubicadas mayoritariamente en las montañas no se ejecutan.
Expropiando estacionamientos no se dotará jamás a Caracas de los servicios que necesita. Sólo el Gobierno Nacional tiene el músculo para invertir en costosos servicios viales, cloacas, aguas blancas y alumbrado público. Por mucho que lo digan, no cabe otra Caracas dentro de Caracas. Quizás es hora de retomar aquella idea de dejar a este valle como capital histórica y, como lo hizo Brasil, desconcentrar los poderes públicos en una nueva capital federal para que la migración a la ciudad se detenga.
gblyde@gmail.com / @GerardoBlyde
Fuente: El Universal, p. 3-6
Publicado por:
http://www.alcaldiadebaruta.gob.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=3631:gerardo-blyde-caracas-444&catid=69:noticias-baruta&Itemid=109
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