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domingo, 24 de julio de 2011
¿Somos tan poquitos?
Por Ivan R. Mendez, 24/07/2011
La conquista de espacios mediante elecciones y su posterior desarrollo a través de una gestión eficaz es la línea que separa a los políticos demócratas de los títeres impuestos por el Presidente. Así ha sido desde 1999. Cada uno de los candidatos postulados por Chávez y electos a capricho por él o mediante elecciones, han desplegado una escuálida gestión con presupuestos que, en algunos casos, duplican al obtenido por sus predecesores o por quienes los han reemplazado.
Así, cada municipio, gobernación o asamblea ha hospedado a los funcionarios más costosos de la historia contemporánea del país. El despilfarro se ha cocinado siguiendo recetas de impericia, improvisación y corrupción. La ausencia de función contralora ha propiciado que estos corruptos pasen de uno a otro cargo dejando una estela de casos que, a futuro, deberían ser juzgados. En nuestro país, un político que estafa al organismo recolector de impuestos con la compra de una flotilla de vehículos, es luego postulado y electo gobernador. O una ingeniera que inicia la debacle de la empresa telefónica es, a puro capricho, impuesta por encima (a nivel presupuestario) del alcalde mayor y luego la vemos despilfarrando miles de millones de bolívares en un apresurado ornato bicentenario, entre otros desatinos. Bajo el chavismo la corrupción y la incapacidad se han elevado a política de Estado y han sido refrendadas con aplausos desde los poderes que deberían contenerla: judicial y legislativo, así, con Minúsculas.
Desde la oposición demócrata, se han desplegado destacadas gestiones regionales como la de Rosales, Capriles, Pérez, López y Ocariz. Ellos han demostrado que, a pesar del saqueo de sus presupuestos y la sistemática guerra mediática oficialista, sí es posible impulsar el desarrollo de los ciudadanos que habitan en la geografía de su esfuerzo. Otros opositores han implementado administraciones "grises" y, apenas dos o tres casos, han sido tan corruptos e ineficaces como los chavistas. ¿El balance? Muy positivo.
Respondiendo a la interrogante que encabeza este artículo, puede aseverarse que no son pocos los demócratas que han demostrado, con sus gestiones, que podrían llevar al país por la ruta del desarrollo que han desplegado en sus municipios y estados. Ese camino se extravió en Venezuela luego de la "rebelión de los náufragos" (muchos de sus cabecillas ahora son chavistas, pero otros están activos en la oposición) que defenestró al presidente Carlos Andrés Pérez y su plan de encauzar al país por la ruta del desarrollo.
No son pocos los opositores que pueden plantarse ante Hugo Chávez y derrotarlo, si la contienda es limpia. Se necesita gestión reconocida con voto directo, coraje, carisma, estabilidad emocional, madurez política para reconocer una posible derrota (incluso en Primarias) y una potente maquinaria que lo impulse, pues la Mesa de la Unidad por sí sola no lo es. Debemos evitar, eso sí, los encantamientos por discursos de víctima, que esconden débiles gestiones y grandes agallas, y no estamos hablando del Presidente, que es un afinado alquimista transmutando en oro esas y otras carestías.
No somos pocos para enfrentar esta debacle chavista, pero el tiempo, cronometrado por el Consejo Nacional Electoral, no siempre marca a nuestro favor, así que es clave acertar en la selección del Vinotinto Político que desplace a los rojos y restaure la policromía de la acción y el pensamiento en el país.
Twitter: @ivanxcaracas
Publicado por:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/8930-isomos-tan-poquitos
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