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sábado, 10 de septiembre de 2011
Las Instituciones
Por Rafael Melo
Una persona en su existencia diaria tiene una vida pública y una privada. La segunda se desarrolla alrededor de la familia, los amigos, los compañeros y vecinos más cercanos y cada quien es tratado por quien es, por cuanto las relaciones interpersonales tiene gran importancia y en estos ámbitos pequeños se generan reglas de convivencia.
En grupos sociales más grandes; ciudades, países, las reglas de convivencia interpersonales no funcionan y es necesario tener un sistema de reglas sociales. El conjunto de reglas sociales que gobiernan estas relaciones se llaman instituciones. Y al ámbito de las relaciones sociales se llama vida pública. En una sociedad compleja la vida pública es el grueso de la convivencia cotidiana, la actividad económica, la organización política, la participación religiosa y/o cualquier iniciativa social institucionalizada.
En la vida pública las personas se relacionan a través de instituciones que norman dicha relación. Por ejemplo, en el sistema de transito, se espera que al llegar a un semáforo nos detengamos si la luz está roja. El semáforo es una institución, el color de la luz nos señala una norma de conducta. Respetándola, nos relacionamos con los otros conductores en la misma intersección. No necesitamos conocernos todos para cruzar las intersecciones.
La intención principal de un sistema de semáforos no se encuentra en evitar colisiones de vehículos o atropellos de personas, sino en aumentar la velocidad promedio de circulación automotor en la ciudad. Si no hay semáforos, los carros pasarán los cruces cuando puedan, pero más despacio, para evitar chocar o atropellar a alguien. Pueden aparecer reglas espontaneas como el 1x1 caraqueño o la ley del más arriesgado como ocurre en Maracaibo o en Oriente. Lo que no ocurre es que cualquiera de estos métodos sea más rápido, en la circulación general, que con el uso del semáforo.
Un sistema de semáforos implica una doble fe en los ciudadanos,
• La confianza de que tiene sentido parase cuando la luz esta en rojo.
• Confianza que los otros actuaran de la misma manera.
Cuando el sistema funciona de esta manera la productividad de la sociedad aumenta y se incrementa la calidad de vida.
Las instituciones proveen dos elementos muy importantes para el funcionamiento fluido de las grandes sociedades:
1. Economía en el conocimiento necesario para la toma de decisiones. Basta con saber las reglas; no es preciso conocer a las personas.
2. Predictibilidad sobre el comportamiento de los demás. Conociendo las reglas y que los otros también se rigen por ellas, podemos saber cómo actuaran en cada situación.
En una sociedad grande sin reglas, la incertidumbre acerca de la actuación de los otros resulta paralizante.
En nuestro País como no tenemos confianza en el funcionamiento de las instituciones, en el ejemplo del semáforo frenamos y observamos el cruce antes de pasar cuando el color es verde, lo que causa una disminución o frenado en el flujo del tráfico, la sociedad en general es poco eficiente y productiva. Adicionalmente tenemos una baja calidad de vida.
Tenemos como sociedad la tarea de construir instituciones, esto implica que nosotros mismos en nuestros hogares debemos trasmitir el respeto por ellas con el ejemplo y la palabra.
Ideas tomadas del libro: La Cultura Pública en Venezuela de Raúl Gonzalez Fabres, S.J., Publicaciones UCAB, 2005
Para tener fe y confianza en las instituciones publicas en Venezuela se debe despolitizar y crear leyes que garanticen la independencia de estas de toda ideología política, grupo político , factores de poder, y por ende gobierno de turno. Ademas de aplicar la selección del personal de acuerdo a su nivel de experiencia y concurso de credenciales para garantizar un desempeño con ética del personal y evitar que estas sean instituciones clientelares y burocraticas de gobierno de turno, Aplicar y respetar los tabuladores salariales que dictan los gremios y colegios profesionales.
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