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miércoles, 8 de febrero de 2012
El año que puede cambiar a Venezuela
ROBERTO GIUSTI | EL UNIVERSAL
domingo 22 de enero de 2012
Siete formas de asegurar el respeto a la voluntad de las mayorías
Un derecho aún vigente en Venezuela es el de elegir a nuestros gobernantes. En medio de la demolición institucional que hemos sufrido a lo largo de los últimos años el voto, como herramienta básica del sistema democrático, ha logrado sobrevivir conservando su atributo fundamental de expresar la opinión de las mayorías.
No obstante, en la situación atípica que vive el país la participación pasiva, el compromiso tibio, la indiferencia o, peor aún, la abstención, actúan como elementos desintegradores de ese derecho, ya de por sí vulnerado por las circunstancias políticas y diversos tipos de factores distorsionantes.
De allí la urgencia de vencer todas las rémoras y comprender la necesidad de fortalecer ese derecho y sacarlo de la minusvalía en que se encuentra, mediante la convicción de que, a pesar de todas las limitaciones los ciudadanos, organizados y a través de la participación activa, podemos hacer valer el mandato popular.
Pero eso, en nuestro caso particular, implica vencer obstáculos de magnitudes superiores a los habituales porque lo que está planteado no es una competencia, más o menos amistosa y convencional, entre opciones diferentes pero complementarias, sino una lucha tenaz, representada por dos concepciones antagónicas sobre la forma de vivir y organizarnos como sociedad.
Así, desde la perspectiva de la oposición, en la campaña no esta planteado un simple cambio de gobierno, sino una transformación radical del sistema político imperante , mientras que, desde las fuerzas dominantes el objetivo estriba en consolidar el avance de un proceso político que esperan convertir en irreversible a partir del 7 de octubre.
Esa situación obliga a los electores a asumir su papel con una intensidad y un sentido de la responsabilidad inéditos que implican la participación masiva, organizada y consciente de lo que está en juego. Pero también de quienes, teniendo derecho al voto, no se muestran dispuestos a ejercerlo, como sería el caso de los numerosos jóvenes aún remisos a inscribirse en el Registro Electoral.
La exigencia igualmente trasciende los elementos políticos tradicionales, a los partidos, a su dirigencia y a su militancia porque el esfuerzo debe ser general y masivo, aun cuando ellos continúen asumiendo la carga fundamental de las tareas organizativas, estratégicas y movilizadoras que garanticen la expresión libre, transparente y legítima de la voluntad popular el próximo 7 de octubre.
rgiusti@eluniversal.com
Tomado de: http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/120122/el-ano-que-puede-cambiar-a-venezuela
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