Por Francisco Daboin Lupi
Boletín 90, AIPOP, 20/05/2012
De un tiempo hacia acá, vemos con
alarma diferentes noticias, ya sea por vía de prensa escrita, televisión,
radio o por los métodos de redes en sus diferentes matices, donde se habla,
se declara, se dice, se acusa, a muchos funcionarios, ex funcionarios,
militares, policías, y gente de toda índole, de estar involucrados en delitos
como el narco- trafico, el lavado de dinero, venta de armas, colaboración con
guerrillas de pueblos hermanos y vecinos.
Las acusaciones se han vuelto el pan
de cada día, que afecta no solamente al involucrado sino a su familia. Pero
lo que más asombra es que ninguno de los que presuntamente han delinquido,
reacciona, se defiende, demanda, o por lo menos le da una pedrada, como en la
época de nuestros años mozos, nos defendíamos, de quien era muy superior en
peso, años y fortaleza. Pareciera que en estos tiempos era normal, que nos
gustara ver en letra de imprenta, como decían nuestros padres, la publicación
de nuestros nombres y sintiéramos un placer digo a lo mejor morboso por esta
clase de noticias.
Lo normal seria, que quien tenga una
información de cualquier tipo, y como es costumbre en un país de leyes, esa
información se le entregue a la Fiscalía o a los Organismos competentes para
su investigación y su posterior acusación y castigo por ante los Tribunales
de la República. No sé si se ha evaluado el daño que se le hace al país, la
situación de descredito y la fama que últimamente tenemos los venezolanos en
los diferentes países del mundo, que no solamente nos cortan el flujo de
turistas visitantes sino que quienes viajan son sometidos en los aeropuertos,
a requisas infamantes que violan los elementales Derechos Humanos.
Sería interesante que los Organismos
de la Justicia, penalizaran, no sé si cabe la palabra a quien sin pruebas,
declara, escribe, vilipendia a ciudadanos que no han cometido delito alguno.
Por el contrario que el peso de la Ley caiga sin contemplación a quien haya
infringido y cometido delito.
Diría que ya basta de tanta basura,
lo que nos ha llevado a sentir el morbo de escudriñar en cualquier
información sin ninguna base de sustentación, que al primer loco que sale se
le ocurre no solamente publicar y decir posteriormente que es cierta y no sé
cuantas cosas más.
El Gobierno tiene en sus manos la
obligación y las leyes para que esto se cumpla y que salgan a decir ahora que
es violar la libertad de prensa. Pienso que los periodistas y quienes
escriben deben estar documentados y con pruebas, que le den piso a sus
informaciones. Una cosa es la información y otra es la noticia, deben
diferenciar y aplicar sentido común en lo uno y lo otro. Debemos y tenemos
que velar por la tranquilidad del país, que quienes se forman no resulten
pieza fácil para consultas con el psicólogo.
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