Nadie más al Mausoleo de Bolívar

Por Mario Villegas, 24/06/2012
Columa de “Puño y Letra”

Pronto, luego de dos años de retraso y más de 560 millones de bolívares invertidos, los huesos del Libertador Simón Bolívar podrán descansar en el nuevo mausoleo cuya construcción y acondicionamiento interior y de las áreas circundantes está siendo terminada en Caracas por disposición del presidente Hugo Chávez Frías.

Hace meses que no transito por esa zona de San José, por lo cual no conozco el nuevo monumento sino por fotografías. Pero a decir verdad, y sin entrar a juzgar la decisión de construirla ni su elevado costo, la moderna e imponente estructura contribuye a enriquecer la panorámica arquitectónica de la ciudad.

Según la retórica oficialista, de lo que se trata con esta obra es de darle jerarquía y honrar como bien se merece la memoria del Padre de la Patria y Libertador de varias naciones, cuya osamenta reposa en el viejo Panteón Nacional sin las condiciones adecuadas y con buenas y malas compañías. Las vocerías chavistas alegan que ahí conviven los restos de Bolívar con los de algunos héroes y los de otros que no lo son. De allí que siempre pongan énfasis al señalar que en el nuevo mausoleo Bolívar estará solo solito.

Como, según estipula la Constitución, toda persona es inocente hasta prueba en contrario, hemos de presumir la buena fe de los funcionarios que, desde el Presidente para abajo, han insistido en que en ese mausoleo no será depositado ningún otro cuerpo sino el del Libertador.

Por consiguiente, es de suponer que la jerarquía chavista, otra vez del presidente Chávez para abajo, así como también el liderazgo de la oposición, no tendrían ningún reparo en acoger la siguiente idea: que la Asamblea Nacional dicte una ley mediante la cual quede absolutamente prohibido sepultar en ese monumento, bien sea ahora o en el futuro, a ningún otro personaje distinto a Simón Bolívar.

Con semejante ley, los venezolanos tendríamos la garantía de que ningún otro mortal, de los de ahora o de los que vengan, por muchos méritos que tenga o presuma tener, sea enterrado allí y elevado a la misma o a superior jerarquía del Libertador, bien sea por propia decisión o por la de los consabidos adulantes u oportunistas que nunca faltan.

Para blindarla frente a coyunturales mayorías partidarias, una ley de esta naturaleza debería tener rango orgánico, de modo que no pudiese ser modificada o derogada sino por las dos terceras partes de los diputados a la Asamblea o por referendo popular abrogatorio.

¿Habrá algún parlamentario, sea de la oposición o del gobierno, que se anime a presentarla?

BREVES

-Antes que Chávez, ya otro “búfalo” había sido candidato presidencial. Se trata de Leopoldo Díaz Bruzual, conocido popularmente como “El Búfalo”, presidente del Banco Central de Venezuela en el gobierno de Luis Herrera Campíns y uno de los artífices del llamado viernes negro. Díaz Bruzual se postuló en 1988 con la tarjeta de la Nueva Alternativa, dirigida por Guillermo García Ponce y otras figuras de izquierda, y salió con las tablas en la cabeza. Obtuvo 2 mil 484 votos en todo el país, o sea 0,03 por ciento.

- Rafael Uzcátegui, secretario general del PPT por decisión del Tribunal Supremo, desestimó la invitación que le hizo el presidente Chávez para que llegue a acuerdos con Luis Tellería, jefe del llamado PPT-Maneiro. Uzcátegui insiste en que no hay arreglo posible con Tellería, de quien afirma “es un verdadero delincuente, detrás de quien está ese otro malhechor llamado Didalco Bolívar”.

- Jennifer McCoy y Francisco Diez, ambos del Centro Carter, presentaron su libro “Mediación Internacional en Venezuela”, en el que relatan sus experiencias durante la llamada Mesa de Negociación y Acuerdos, en la que tomaron parte, junto a representantes de la Organización de Estados Americanos y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, como facilitadores del diálogo entre personeros del chavismo y de la oposición tras los sucesos de abril de 2002. Tanto los autores como los panelistas (Mireya Lozada, Luis Lander y Arnaldo Esté) señalaron la negación del adversario como una manifestación de la extrema polarización y de los conflictos. Pregunto: ¿Habrá mayor negación del adversario que considerarlo “la nada” como ha hecho Chávez con Capriles?

Publicado en la edición impresa del Diario 2001
Domingo 24 de Junio

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