Carlos Romero Mendoza 19 de enero de 2013
Vía Twitter se anuncia un
parlamentarismo de calle en el municipio Chacao, que aparentemente impulsa la
diputada a la Asamblea Nacional Dinorah Figueras; independientemente si ella es
o no representante de los ciudadanos electores de Chacao, resulta interesante
la iniciativa de tomar el término de “Parlamentarismo de Calle” y
demostrar que esa “marca” no es de uso exclusivo del oficialismo, como
tampoco lo es el derecho a informar y debatir con los ciudadanos.
Imaginemos que cada diputado toma la
osadía legítima de convocar a un Parlamentarismo de Calle en su natural
circunscripción electoral, para debatir, dialogar, informar, reflexionar y
escuchar a sus propios electores en relación al valor del 23 de enero de 1958
en nuestra historia, y en ese espacio informar sobre la agenda legislativa
2013, oír de los ciudadanos sus opiniones sobre la realidad actual y sus
propuestas en materia legislativa.
Agreguemos a este ejercicio de
imaginación, que ese Parlamentarismo de Calle se hace simultáneamente el mismo día
23 de enero en 24 ciudades del país y que luego se lleve la opinión de los
ciudadanos de todas las regiones del país, a través de la representación
parlamentaria al propio foro político de la Asamblea Nacional.
¿Es difícil algo así por parte de los
diputados de oposición?, la inversión económica es inexistente prácticamente
porque el diputado reside en su circunscripción electoral y además hablamos de
reunir a vecinos de esa circunscripción electoral. ¿Es que acaso el 23 de
enero de 1958 sólo tiene valor para los caraqueños?.
El encuentro permanente entre el
parlamentario y el ciudadano, es decir, entre el elegido y el elector, debería
ser algo normal, pero no es así; aún cuando hoy ese contacto permanente se
puede lograr más efectivamente gracias a las distintas herramientas
tecnológicas que existen, y que por cierto, nunca podrán obviar la necesidad de
un contacto regular más directo y personal.
La Constitución establece expresamente
que el diputado es responsable sólo ante sus electores, por tal motivo, este
principio es suficiente para justificar que haya permanente contacto entre
diputados y sus electores. La Asamblea Nacional tiene constitucionalmente entre
otras obligaciones, el velar por la autonomía y los intereses de los Estados,
así como también, de organizar y promover la participación ciudadana, a tal
fin, el rol del diputado encuentra otra justificación para mantenerse en
contacto con el soberano, es decir de aquellos ciudadanos que residen en el
pedacito de territorio que él o ella representan.
Reunirse en el marco del 23 de enero,
reflexionar sobre el valor de la Democracia e informar sobre la actividad
parlamentaria, es un ejercicio claro, directo y concreto de cómo opera y se
complementa la democracia directa y la democracia representativa, y de qué
forma ambas se complementan en la formación ciudadana que es necesaria para
alimentar el espíritu de la democracia y darle mayor valor al significado de la
descentralización y de las institucionalidad democrática. Además,
en la actualidad es una forma de promover que el ciudadano comprenda mejor la
compleja realidad política del país.
Una propuesta como el Parlamentarismo
de Calle en cada estado y promovida por diputados de la oposición como planteo
en este escrito, puede y debería ser desarrollada en el marco de la UNIDAD, y
contribuiría a construir un espíritu real de UNIDAD. Giovanni Sartori, en
varios de sus escritos afirma que las democracias carecen de viabilidad
si sus ciudadanos no las comprenden, en este sentido, el
Parlamentarismo de Calle, o la reunión regular entre los ciudadanos y sus
representantes electos para el parlamento es una de las distintas modalidades
que existen para comprender en la práctica el significado de la Democracia.
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