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viernes, 22 de marzo de 2013

Dos propuestas de país


Escrito por Pompeyo Márquez Jueves, 21 de Marzo de 2013

Maduro trata de arroparse con la imagen de Chávez para presentarse como candidato, una de las manipulaciones más descaradas que se hayan realizado a lo largo en la historia país. Es una mala imitación de Chávez.
No tiene ninguna personalidad. Es la encarnación de las mentiras que produjera a lo largo de estos cien días que tiene al frente del gobierno. No se atrevía a tomar ninguna decisión, aparentaba que era Chávez quien las dictaba y era mentira. Esto tiene que quedar al descubierto en el curso de esta corta campaña electoral, acomodada a imagen y semejanza del ejecutivismo por parte de un Poder Electoral sumiso.

Capriles, armado de coraje cívico, ha salido al frente de esta nueva imposición para decirle claramente a los venezolanos que el futuro del país está en el cambio, en la democracia, en un Estado de Derecho donde se respete la Constitución que enfáticamente señala que Venezuela es y será para siempre democrática y que ese programa mal llamado "patriota", ofrece más expropiación, más cerco a la empresa privada, más ineficacia y corrupción en la empresa pública, más atropellos y derroche de riquezas con las expropiaciones que al margen de la legislación respectiva se adelantan.
Este es el centro de la crisis política venezolana.

Mientras no haya un Poder Judicial independiente, mientras no haya separación de poderes y elecciones libres, mientras no se le ponga fin a un Estado que se convierte en partido a favor de una candidatura oficial, la crisis continuará. Por eso hay que levantar la mirada más allá del 24 de abril.

La crisis económica, no se superará con paños calientes, se impone un gran viraje que permita la combinación de las inversiones estatales, privadas nacionales y extranjeras, una economía mixta, como consagra nuestra Constitución. Es el camino que han recorrido los países de América Latina que han progresado: Brasil Chile, Perú, Colombia, México, Costa Rica, entre otros.

Son dos proyectos de país: uno autoritario, con un Estado convertido en partido en las épocas electorales a favor del candidato oficial, con amenazas de violencia, con descalificaciones, sometido a la injerencia totalitaria cubana, y otro país democrático, plural, alternativo como lo estipula nuestra Constitución.

La confrontación no será fácil, será intensa, pasa por el acto electoral del 14/4 y continuará hasta lograr que la sociedad venezolana, lo repetiremos hasta el cansancio, funcione democráticamente.

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