Carlos Romero Mendoza 16 de julio de 2014
@carome31
Los venezolanos tuvimos un primer Plan
de Ordenación del Territorio en el año 1998[1], bajo el
gobierno de Rafael Caldera, que fué aprobado a través de un Decreto
identificado con el número 2.945, de fecha 14 de octubre de 1998. El
contenido del Plan buscó reafirmar el compromiso del Estado en materia de
conservación del ambiente y de reordenamiento territorial como sustento o base
del desarrollo económico y social de la nación, tal y como expresamente lo hace
saber uno de los considerandos del mismo Plan.
Igualmente, en esos considerandos se
reconoció que nuestro proceso de ocupación del territorio había generado
deseconomías, tanto de aglomeración como de dispersión, en algunos de sus
espacios específicos y además, advertía que en muchos espacios, no coincidían
espacialmente la población y los recursos.
Para el Plan, el mejoramiento de la
localización de la población y sus actividades, permitiría una distribución de
oportunidades, que facilitaría el proceso para superar las desigualdades en los
niveles de vida de la población, aspirando así favorecer el cumplimiento de la
equidad social, los procesos de descentralización y el aprovechamiento o
desarrollo de ventajas comparativas y competitivas.
En este sentido, el artículo 1 del
Decreto de 1998, planteó que el objetivo del Plan era orientar la
localización de la población, de las actividades económicas y la
infraestructura física, armonizando criterios de crecimiento económico,
desarrollo social, seguridad y defensa y conservación del ambiente, basado en
el conocimiento de las potencialidades y restricciones específicas de cada
ámbito geográfico.
Resulta interesante revisar los
objetivos específicos que se establecieron en el Plan Nacional de Ordenación
del Territorio en 1998, para tratar de encontrar en su contenido algunos rasgos
o elementos de un modelo de ordenación territorial que inspiró hace menos de 20
años y que no logró sembrar las bases para orientar el desarrollo integral de
Venezuela.
Los objetivos específicos fueron los
siguientes:
- La transformación integral de la
sociedad para hacerla más competitiva y favorecer su
inserción en el contexto internacional.
- Contribuir
a una mejor relación tecnología - ambiente de
manear que en cada caso, sea compatible con la necesidad de conservar el
capital natural que les permite existir.
- Consolidar
la integridad territorial, la soberanía nacional y la seguridad
alimentaria; así como, la educación para el
reforzamiento de la identidad nacional de sus habitantes.
- Apoyar
las estrategias territoriales y urbanísticas orientadas a que el sistema
de centros urbanos funcione como instrumento de eficiencia
económica, equidad social, fortalecimiento político- administrativo y
ordenación territorial.
- Racionalizar
la expansión de la frontera de ocupación basándose en el
aprovechamiento sostenible de recursos existentes.
- Apoyar
los procesos de descentralización y desconcentración.
- Contribuir
a la incorporación de las comunidades indígenas al
desarrollo nacional,
- Promover acciones
dirigidas a proteger la población, la economía y el ambiente ante
la ocurrencia de emergencias o desastres provocados por
agentes naturales, técnicos o sociales.
Se han subrayado las palabras claves
de esos objetivos específicos, que sin duda identifican claramente que la
aspiración era hacer de Venezuela un país competitivo, desarrollado desde un
sistema de centros urbanos, capaces de garantizar la integridad territorial, la
soberanía, la seguridad alimentaria y educación. Todo ello considerando
la frontera venezolana, a los indígenas y considerando políticas de
descentralización, desconcentración y prevención de emergencias o desastres
naturales, técnicos o sociales.
En cuanto a la estructura del Plan, el
mismo se dividía en 9 Capítulos. Los dos primeros, podrían ser
denominados “introductorios”, pues allí se estableció la misión del Plan y la
visión del producto final que aspiraba alcanzar el Plan. El
capítulo 3 planteó la estructuración del territorio nacional en 5 espacios de
ordenación para el territorio, de manera tal que pudieran definirse distintas
acciones de ordenamiento territorial para cada una de ellas.
El capítulo 4, desarrolló lo que se
llamó el Sistema de Centros Urbanos, Transporte y Comunicación. El
capítulo 5, planteó la localización de las actividades económicas en el
territorio: hidrocarburos, petroquímica, minería, industriales,
turísticos-recreacionales, agrícolas, forestales, etc...
El capítulo 6 del proyecto desarrolló
las Areas Bajo Régimen de Administración Especial; por su parte el capítulo 7
planteó el tema de la Frontera y las áreas vecinas a la zona de
Reclamación y el capítulo 8 desarrolla un conjunto de directrices para las
grandes obras de infraestructura física.
Por último, el capítulo 9 cierra el
contenido del Plan con una serie de disposiciones transitorias, en la cual se
destaca que éste instrumento aspiraba a tener una duración de 20 años, es decir
hasta el 2018. El espíritu de la Constituyente entonces anuló la visión
de un país pensando en ser competitivo como estrategia para salir de la crisis
profunda de quiebre institucional que quebró las bases de la Democracia.
[1] Plan Nacional de ordenación
del Territorio. Decreto No. 2.945. 14 de octubre de 1998. En:
Vitalis. Recuperado 7 de julio de 2014. Online en: http://www.vitalis.net/PNOT.htm
@carome31
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