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domingo, 7 de septiembre de 2014

¡Ancianos desamparados!, por FERNANDO CASTRO AGUAYO

FERNANDO CASTRO AGUAYO viernes 5 de septiembre de 2014

El pasado 26 de agosto fue el día mundial de los ancianos. Es el día de Sta. Teresa de Jesús Journet fundadora de la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Estas religiosas llevan en Caracas el Hogar de San José de los Desamparados.

Este Hogar de ancianos situado en la Av. Sucre de Los Dos Caminos tiene capacidad para cientos de hombres y mujeres avanzados en edad, con una atención esmeradísima por parte de la comunidad religiosa y por un equipo cualificado de profesionales y gente sencilla que prestan gustosos sus servicios.

La capilla que preside la imagen preciosa de la Nuestra Señora de los Desamparados es un templo lleno de dignidad, donde los ancianos oran y reciben el consuelo de Dios.

Para una familia, que un anciano pueda estar allí es un verdadero privilegio. La caridad y el cariño rebosan por todas partes y la alegría de los ancianos es una fuerza para todo el que los visita.

Esto explica, que tengan cantidad de benefactores, en primer lugar las familias beneficiadas por la presencia de sus ancianos, quienes gustosos y agradecidos por tan callada y maravillosa labor ayudan siempre. Es San José quien cuida esa casa, donde el rostro de Jesús está en cada anciano.

San Juan Pablo II

San Juan Pablo II a sus 79 años escribió una carta a los ancianos. Les decía: "A pesar de las limitaciones que me han sobrevenido con la edad, conservo el gusto de la vida. Doy gracias al Señor por ello". El don de la vida "es demasiado bello y precioso para que nos cansemos de él". Pidió a las naciones desarrolladas que los ancianos "puedan envejecer con dignidad, sin temor a quedar reducidos a personas que ya no cuentan nada".

La presencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Caracas es una hermosa expresión de la misericordia de Dios en el mundo, un bálsamo frente al egoísmo y la exclusión de los más débiles. La vejez es una "periferia de la vida" que hay que atender con el amor de Cristo. ¡Dios las bendiga!


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