Por Moisés P. Ramírez, 12/09/2014
Nadie duda sobre las intenciones de polarizar a la
sociedad venezolana que tiene el chavo-madurismo. Lo que quizás muchos de
nosotros nos preguntamos es ¿para qué
lo hacen?. La respuesta más o menos consensuada es: lo hacen para beneficiarse.
Entonces, la siguiente pregunta es ¿cómo se
benefician?.
Algunos analistas han indicado que la polarización
beneficia a quien la practica por aquello de divide y
vencerás. Y si vences, tienes acceso a las mieles del poder. Pero, el poder es
para gobernar y de lo que estamos hablando es de un trabajo y, como tal, el
beneficio no proviene de otra cosa que sólo de una remuneración, de un sueldo
que se les paga por trabajar.
El asunto con la polarización es que no solamente
los ayuda a vencer en las elecciones, sino que se trata de un truco muy
particular que proporciona, luego del triunfo electoral, las bases para obtener
con mayor legitimidad una remuneración exagerada. Por ello, nos encontramos
ante un modelo de negocio. Veamos.
Comencemos con la línea base. Si un movimiento
político gana unas elecciones, en condiciones normales, equivale a que son
contratados para realizar un trabajo. Esa responsabilidad está definida, tiene
una duración (y una remuneración) determinada y debe rendir cuenta por su
ejecución. En resumen, es un reto laboral más o menos burocrático, nada
heroico, que debe asumirse.
En cambio, en el escenario polarizado los
participantes casi se sienten en una guerra. Existen buenos o camaradas (que son los
polarizadores) y malos o enemigos (que son el resto). El guión
convierte en naturales las acciones supuestamente heroicas que los
polarizadores realizan y la responsabilidad, como funcionarios públicos, toma
un carácter aparentemente mucho más importante que el simple desempeño de un
cargo.
Lo siguiente contribuye a entender mejor cómo
funciona el modelo de negocio:
1, Los funcionarios no se limitan a ganar los
sueldos que le corresponden por desempeñar un trabajo normal. Como el desafío
es mayor y heroico, pueden aprovechar para cobrar legítimamente una especie de
bono adicional.
2. Como existen enemigos, los valientes funcionarios
pasan a ser una especie de protectores de sus seguidores. Esa tarea se
convierte en una responsabilidad adicional y, por lo tanto, pueden
legítimamente creer que les toca otra especie de bono extra.
3. Los ciudadanos que se consideran incluidos en la
parte buena de la sociedad, también se terminan beneficiando.
Como no es una situación normal, la distribución de los recursos públicos se
maneja de manera extraordinaria:
- Se reparten entre los buenos y, como no les van a llegar a todos
los ciudadanos, el denominador de la división es menor, por lo tanto la
cantidad per capita es mayor para los buenos que sí reciben.
- Al enemigo ni agua. Los considerados enemigos no reciben recursos y
por lo tanto se mantienen débiles, o se debilitan aún más de lo que estén,
garantizándole a los polarizadores su
permanencia en el poder.
- Quienes reciben recursos se sienten protegidos, beneficiados y, por
lo tanto, agradecidos. Ese sentimiento los impulsa a ser más leales a sus
benefactores y así el modelo se vuelve más sustentable.
4. Los bonos extra y el manejo arbitrario de los
recursos públicos tienen todavía una mayor rentabilidad para los polarizadores,
porque la polarización es todo un parapeto: no existe ninguna guerra, ni
amenaza de guerra, ni enemigos reales. Es un cuento, por lo tanto, los costos
de luchar o de proteger no existen realmente y esto implica que a menor costo,
mayor margen de ganancia.
Revisemos entonces las típicas reacciones de
quienes quieren desafiar a los polarizadores y su modelo de negocio:
A. Reconciliar y unir al país (despolarizar): Negar
algo dentro del mismo marco, es reforzarlo, tal como lo plantea G. Lakoff en Don't
think of an elephant. La consigna de reconciliar no disuelve el marco de la
polarización. Por el contrario, fortalece la idea de que existen dos bandos,
porque opone unión a división. La polarización no se ataca planteando lo
opuesto conceptualmente porque se mantiene sobre el mismo eje de la idea. Es
necesaria otra idea, otra estrategia.
B. La Salida (o exacerbar la polarización): Así es
obvio que el resultado todavía favorece más a los polarizadores. Mientras no se
les desmonte el modelo de negocio, los tipos y sus seguidores van a seguir
allí.
C. Enchufados Inc.: Esta reacción es la más directa
porque apunta a los pilares que sustentan al régimen. Sin embargo, quedarse en
generalidades no la hace muy contundente y se corre el riesgo de que con el carácter
delictual de muchos de los funcionarios, éstos vean con buenos ojos el que se
les endilgue la fama de que son muy, muy malos... así como los pranes creen
ganar prestigio al ser valorados desde antivalores como crueldad, ensañamiento,
abuso de poder, etc.
No tengo clara una estrategia, al menos una, para
vencer a los polarizadores, porque el truco de la polarización ha sido y sigue
siendo muy eficaz... y no es fácil imaginar algo que los derrote de manera
aplastante. Sólo creo que si les falla el modelo de negocio se querrán ir a
disfrutar de los reales que hasta ese instante hayan acumulado. Luego vendrá,
espero, un equipo serio y decente de funcionarios que quieran trabajar... Ojalá
que sea lo antes posible.
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