Escrito por Ramón Guillermo Aveledo Jueves, 04 de
Septiembre de 2014
Buscan donde no es. Los productos que
escasean no están en los dedos de las venezolanas y los venezolanos que los
necesitan.
Es verdad lo que ha dicho el vocero de
Ansa, la captahuellas “no hará aparecer los productos básicos”. Alguna trampa
espontánea u organizada obstaculizará, pero solo es un racionamiento de la
escasez, no un ataque de fondo a sus causas. La verdad pura y dura es que hay
que producir más. Eso se disimulaba con importaciones baratas y oportunas, como
lo promovió el Gobierno hasta que el gasto desordenado y excesivo, el
endeudamiento y la corrupción le mermaron los dólares.
La ocurrencia es una libreta de racionamiento
a la cubana, inconstitucional, de alta tecnología y, de paso, costosa. Ahora
resulta que el culpable es el consumidor que paga todo caro, que no consigue lo
que necesita y que cuando ve un producto de los escasos lleva el máximo que le
vendan porque no sabe cuándo volverá.
Por Táchira pasé hace poco y sentí la
tensión casi de guerra, el despliegue militar, el nerviosismo de la gente común
para pasar la frontera antes del cierre. Allá dicen que las medidas
“monopolizan” el contrabando. Si a través del Sistema Integral de Control
Agroalimentario el Gobierno tiene conocimiento de cada kilo de productos y
materias primas, así como de insumos que se moviliza por el territorio
nacional, ¿cómo es que pueda contrabandearse hasta causar 40% de la escasez?
Ese contrabando no es mecánico, es eléctrico. Necesita enchufe.
Los venezolanos van a Cúcuta a comprar
medicamentos que aquí no se consiguen. En el Táchira, la escasez de medicinas
es de 60%. ¿Cómo explica el Gobierno eso?
En la inflación, los factores de mayor
impacto son el enorme y desordenado gasto público con déficit fiscal desde
2012, la moneda devaluada y la brecha entre el cambio oficial y el otro, el
encarecimiento de los bienes importados, la alta proporción de dinero
inorgánico que circula y que la oferta está por debajo de la demanda. En la
frontera habría menos contrabando si hubiera más empleo, y habría más empleo si
la economía funcionara. Escasez, precios altos, especulación y contrabando son
producto de 15 años de equivocaciones en política económica. De toda esa tupida
maraña de discursos, declaraciones, invasiones, expropiaciones, amenazas,
abusos, atropellos, además de regulaciones y sobrerregulaciones establecidas en
347 leyes, de las cuales 176 han sido decretadas vía habilitante.
Allí, y no en las huellas dactilares
de los venezolanos, hay que buscar, y corregir, los problemas.
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