Por Dr. Pedro
Delgado, 30/09/2014
En un cualquier esquema social de rivalidad política, la calidad y
características de la relación pueblo y actores políticos es muy importante.
En la lucha política moderna y constructiva, los rivales políticos se
esfuerzan por hacer su acción de gobierno o su actividad de proselitismo
político cada vez mejor y más eficiente para satisfacer a los ciudadanos. Los
proyectos políticos personales o de grupos organizados, están subordinados a
las a las necesidades de la población, y siempre en segundo lugar a ella o en
sintonía con esta. Por otra parte la población se siente con derecho a exigir
de sus gobernantes que lo hagan bien, o a ejercer presión sobre los aspirantes
al poder para que se dediquen a satisfacer las necesidades de la mayoría y las
antepongan a sus aspiraciones políticas.
Esta relación, sin duda crea un balance positivo que permite crecer el
bienestar de la sociedad y coloca a los políticos como gestores esenciales de
ello y no como simples aspirantes a implantar una ideología o proyecto
político.
En sociedades inmaduras políticamente, ocurre una perversión de esta
relación entre líderes políticos y pueblo. Co frecuencia es una relación a una
sola vía. La población por lo general es pasiva, y recibe de los líderes
políticos en el poder y en la oposición solo promesas, y ciertas dádivas que se
entregan como si el líder fuese dueño del patrimonio público. El líder promete
cada vez que va a ser electo, y una vez llegado al poder hace lo que se le
viene en gana, anteponiendo su proyecto político a las necesidades colectivas.
Los gobernantes en el poder están más pendientes, de satisfacer sus apetencias
de poder, sus proyectos personales de las necesidades reales y concretas del
pueblo que es toda la sociedad, sin distingo de clase social o inclinación política,
porque eso es su responsabilidad como gobernante.
En sociedades inmaduras se desprecia al ciudadano, y solo se les utiliza
como capital de votantes en cada elección. Por otro lado, la mayoría de los
votantes no tienen conciencia de su poder El elector se subordina la poder del
lider ya en el poder y no lo contrario.
Da vergüenza como en la lucha política, con mucha frecuencia vemos como
los partidos y líderes políticos se dedican a luchar solo por sus propios
beneficios y espacios políticos, y se ponen de acuerdo entre ellos para
conservar sus cuotas de poder sin importarles las necesidades y deseos
colectivos.
Esperemos no estar observando una dosis de eso ahora, cuando la asamblea
nacional está obligada a elegir el concejo supremo electoral verdaderamente
imparcial y no subordinado, cuando hay necesidades tan urgentes que resolver
como la inseguridad, la atención en salud, los servicios públicos básicos (agua
y electricidad), etc. Esperemos que no siga el desprecio por el pueblo, que
todos utilizan y nadie satisface realmente.
Los partidos políticos parecen estar más empeñados en destruirse
mutuamente y en acceder a mayores espacios políticos que en atender las
necesidades de la población. Los ciudadanos por tanto debemos estar vigilantes
de este proceso para hacer valer nuestros deseos y necesidades por la vía más
rápida: la protesta social pacífica y la presión de los grupos de la sociedad
civil organizada para hacernos escuchar.
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