Miguel Méndez Rodulfo 25 de octubre de 2014
La crisis económica mundial que ha
ocasionado la caída de los precios del crudo, a niveles sin precedentes desde
hace casi una década, ha desatado sobre Venezuela una inmensa crisis fiscal y
financiera. En esta semana el precio del barril cruzó la barrera de los US$ 75
por barril. Se ubicó exactamente en 75, 90 dólares por barril. Esas son muy
malas noticias para el país, sobre todo para los venezolanos y también para el
gobierno, aunque el sub arrendatario de Miraflores diga que “Estamos preparados
para afrontar la caída en los precios del petróleo” Está claro que el régimen
miente, como lo hace siempre, pero ahora con una irresponsabilidad descarada.
La crisis ya era muy seria y profunda; de manera que la baja súbita del
petróleo no ha hecho sino agravar las cosas. Luego no es para nada cierto que
estamos preparados. Por el contrario, este acontecimiento nos agarró por
sorpresa, sin estar listos para nada.
Los 16 años de desgobierno
revolucionario nos han hecho mucho más dependientes del petróleo, al punto que
de cada 100 dólares que ingresan a las arcas del tesoro, 96 provienen de la
venta de hidrocarburos. Por otra parte, Pdvsa necesita vender el barril a US$
110 para poder cuadrar las cuentas de la Republica, aunque el precio de
referencia de la cesta venezolana se estimó en el presupuesto 2014 en US$ 60
por barril. Ello debido a que el valor referencial
sólo se usa para quitarle a las regiones el derecho a disponer de mayores
ingresos y en consecuencia darle licencia al régimen para que gaste, a través
de diversos fondos que maneja en forma discrecional, el resto del dinero, hasta
llegar al precio full de venta. Así las regiones, estados y alcaldías, se
perjudican y el gobierno Nacional se beneficia. Pero el gasto desmedido en la
compra de votos, como principal estrategia electoral, y la ayuda a terceros
países para comprar apoyos internacionales, ha sobrepasado con creces los ingresos
fiscales promedios de 2014, los cuales se van a ubicar aproximadamente en US$
94 por barril.
Por eso la terrible noticia acerca de
la disminución de precio del barril es catastrófica para el país. Desde ya se
anticipa otra maxi devaluación para el primer trimestre de 2015, porque el
precio del dólar va a aumentar; esta alza afectará a las reservas
internacionales a la baja (ya andan por los US$ 19.800 MM) debido a que las
importaciones se harán más costosas, todo lo cual empujara vigorosamente la
inflación hacia arriba. La escasez se hará más crítica y el desabasto también.
Por si fuera poco ya la economía había entrado en recesión y para añadir leña
al fuego, los vencimientos de deuda y los pagos por arbitrajes perdidos, que
vienen en el futuro cercano, hacen más tétrico el cuadro económico del país.
Para ilustrar los problemas que esta caída trae, hay que decir que por cada
dólar de caída en los precios del petróleo, el sector público pierde 770
millones de dólares en ingresos netos.
Así las cosas el régimen
revolucionario y bolivariano cree firmemente que aquí no pasa nada. Que como
siempre es capaz de engatusar a la gente, sobre todo a los pobres, su base de
sustento político. Distrayendo la atención hacia cosas intrascendentes,
culpando a otros, echando cuentos, cree poder capear el temporal. Sabe que
tiene que devaluar, pero lo dejará para principios de 2015. El dilema es que su
propósito de anticipar las elecciones parlamentarias tropezará con el disgusto
de la gente por el incremento marcado de los precios. La verdad no sé cómo el
gobierno puede salir liso de su propia trampa. La idea de adelantar las
elecciones obedece que en la medida que el año que viene transcurra, mayor será
el descontento popular. Paradójicamente, que las elecciones se anticipen y las
gane la oposición, le dará oxígeno al régimen, pues le quitará presión al hacer
renacer la esperanza. Pero ¿las clases populares esperarán hasta entonces sin
que expresen abiertamente su descontento?
Caracas 24/10/2014
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