Pablo Pérez octubre de 2014
En estos tiempos tan complicados que
vive la oposición venezolana, lo ocurrido en las elecciones del Colegio de
Ingenieros de Venezuela se ha convertido en una lección que todos debemos tomar
en cuenta. Es el mejor ejemplo de la unidad en la diversidad y de la unidad
hacia la victoria.
Aunque muchos crean que la elección de
un gremio profesional no es un indicador interesante, están totalmente
equivocados. Ese es un parámetro de lo que se puede hacer en el marco de la
dura, muy dura lucha contra quienes no ejercen, sino que abusan del poder.
¿Por qué era importante esa cita
electoral? Porque los candidatos de la Unidad no se enfrentaron a otro sector
de los ingenieros, sino a los tres niveles de gobierno rojo que se involucraron
al máximo para tratar de ganar ese proceso electoral nacional. Todos sabemos lo
que hace el oficialismo cuando anhela ganar unas elecciones.
En el caso del Zulia hubo una directa
y grosera intromisión del Gobierno regional. Pues quien hoy dirige
temporalmente, con un estrepitoso fracaso, los destinos del estado recibió una
lección de dignidad de parte de los ingenieros.
De nada sirvieron las amenazas y hasta
los ofrecimientos de prebendas económicas, pues salieron derrotados y además
preocupados porque este proceso electoral es una clara señal del desbordado
descontento que existe en la población venezolana.
Se le pudo ganar al abuso de poder
gracias a la Unidad alcanzada. Gracias a que se trabajó en equipo. Gracias a
que unidos se plantearon, aprobaron y ejecutaron las estrategias y tácticas que
nos llevaron al triunfo. Hubo la cohesión que el país nos reclama a todos los
factores que formamos parte de la Unidad.
Esto es un ejemplo claro de todo lo
que podemos hacer para que el pueblo se sienta identificado plenamente con la
oposición. El ciudadano debe sentirse acompañado por nosotros en esta hora
terrible que vive el país. Debe sentir que somos como ellos, que sobrevivimos
igual que ellos y que hemos perdido al igual que ellos muchos de los logros
alcanzados en Democracia, entre muchas cosas la útil movilidad social.
Ya en Venezuela ser profesional no es
señal de prosperidad y estatus. No hay presente y mucho menos futuro. Los
ingenieros al igual que el resto de los profesionales son una especie de
sobrevivientes de la catástrofe que vive Venezuela.
Esta victoria es una clara señal de lo
que podemos lograr unidos, cohesionados como equipo y trabajando para alcanzar
objetivos claros. Anhelo que esta experiencia se repita en todos los niveles de
la Unidad.
Tenemos duras y urgentes tareas por
delante, como esa misión impostergable de convencer a las clases más populares
que aún creen en el oficialismo, que somos una alternativa de progreso. Que no
representamos una amenaza, porque la real amenaza es un modelo que solo ha
traído miseria, escasez, más inseguridad y una profunda crisis de la cual
costará mucho salir.
Trabajemos en equipo. La Unidad es el
único camino para rescatar a Venezuela del fracaso.
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