LUIS PEDRO ESPAÑA N.
Es una interrogante que nos
hacemos todos, por distintos motivos, pero todos coincidimos.
Nuestra mínima común
pregunta se resume en tratar de saber cuánto nos falta para que recuperemos
alguna normalidad nacional. Partidarios del gobierno o del cambio tienen la
misma incógnita. Los primeros acotan el tiempo desde las pistas que pueden dar
algunas de las insostenibles explicaciones que dan sus interesados jefes. Los
segundos sabemos que solo terminará la espera cuando comencemos a rebanar las
instancias de poder del gobierno para lograr el cambio.
Los que parecen obligados a creer en las excusas gubernamentales, quizás lo hagan porque es imposible que el gobierno pueda cambiar de monta a mitad de carrera. Los más informados de ellos coinciden en que el gobierno lleva sobretiempo y que de lo que deberían ocuparse es de salir por la puerta de atrás y con alguna honrilla.
Los que parecen obligados a creer en las excusas gubernamentales, quizás lo hagan porque es imposible que el gobierno pueda cambiar de monta a mitad de carrera. Los más informados de ellos coinciden en que el gobierno lleva sobretiempo y que de lo que deberían ocuparse es de salir por la puerta de atrás y con alguna honrilla.
En ambos casos, el gobierno
carga la deuda de no haber tenido el valor de adaptarse a las nuevas
circunstancias de liderazgo, la merma de apoyo político y los cambios en el
mercado de petróleo. El oficialismo optó por el conservadurismo. Como buenos
revolucionarios pasados de tiempo en el poder, prefirieron por “más de lo
mismo”, y la consecuencia ha sido esta descomunal crisis que terminará por
echarlos.
Demasiados intereses
encontrados, estupideces ideológicas y privilegios inconfesables, cuando no
claros delitos contra la cosa pública, son los lazos que los inmovilizan. La
pregunta por tanto no es si se van, sino cuándo.
Pero de este lado, del lado
del cambio, ese ¿hasta cuándo? también tiene visos de inviabilidad. Cuando le
atribuimos a taras, ingenuidad o ignorancia que hasta 30% de venezolanos sigue
apoyando las barbaridades que salen de Miraflores, de alguna forma se evidencia
cierto apartheid sociopolítico que nuevamente nos segmenta y nos
distancia, lo que no solo es útil para el discurso confrontacional que tanto
favor le hace al gobierno, sino que coloca obstáculos a la unidad nacional que
será necesaria para rehacer lo que en estos años se destruyó y dejó o
desaprovechó de hacer.
A quienes así piensan, hay
que recordarles dos cosas. En primer lugar, que esos hermanos venezolanos
fueron los últimos que abandonaron su lealtad al antiguo bipartidismo y
seguramente por la misma razón que ahora serán los últimos en abandonar el
torpedeado barco chavista. Esa parte del país es la más dependiente del Estado.
Lo que reciben (poco, mucho, bueno o malo) se lo deben al gobierno. Toca en el
futuro seguir apoyándolos (siempre y cuando tengamos una transición democrática
socialmente inclusiva), y con suerte pasarán a ser partidarios libres de la
oposición, cuando esta sea gobierno. Para ello, la política social deberá ser
un derecho y no un favorcito personalista.
En segundo lugar, hay que
recordar también que los sabiondos radicales de la clase media de hoy, en su
gran mayoría apoyaron las barbaridades del cambio militarista, personalista y
mesiánico que llevó a la aventura vengativa del chavismo al poder. Gracias al
voto urbano del antipartido y la antipolítica, el cual en su momento estuvo tan
obstinado como hoy de la situación que vivía, apoyaron lo que hoy adversan. Les
falta modestia y mucho arrepentimiento.
Finalmente, preguntarse
cuánto falta es una cuestión democrática, no es una incitación a la
desestabilización. Es la nueva forma de unirnos en un proyecto común, en una
misma aspiración: salir de esto. Es una espera que se traduce en angustia,
según el estrato social de cada uno, pero que ya se asemeja en una alianza
policlasista que se encuentra en las colas y se identifica en la inmensa peladera
de la que todos padecemos.
Así, cada vez que nos
preguntemos hasta cuándo, y cuantos más sean los que se hagan la pregunta,
sabremos que estamos más cerca de encontrar esa simple respuesta… Pronto.
http://www.el-nacional.com/luis_pedro_espana/hasta_cuando_0_677932365.html#.VcM7j5rPubc.twitter …
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