Por José Domingo Blanco, 04/09/2015
Venezuela transita por la crisis más cruenta jamás vista en nuestra
historia. Quizá, por eso llamó mi atención un término que acuñó el abogado Juan
Carlos Sosa Azpúrua, en la entrevista que le hice el pasado lunes, para
explicar la razón por la cual hemos llegado a niveles tan deplorables. El
régimen, a su juicio, en estos largos y miserables 17 años, logró la
“animalización de la Sociedad Civil”. Si a ello le sumamos el éxodo masivo de
venezolanos (en su mayoría clase media, profesional, trabajadora y productiva)
cansados del juego político que han llevado adelante el régimen y la dirigencia
opositora, obtenemos el caldo de cultivo perfecto para que el desgobierno “siga
usurpando el poder”, como aseguró mi entrevistado.
De nuestra conversación, rescato algunos de sus planteamientos porque
son un llamado a esa población que, en momentos puntuales de estos años de
chavismo-madurismo, logró frenar sus intenciones. “Nuestro problema surgió
cuando le entregamos el testigo a la dirigencia opositora, y ésta comenzó a
cohabitar y cogobernar con el régimen, legitimándolo”.
En más de una ocasión, he escuchado a algunos voceros asegurar que
nuestra crisis actual puede solventarse con las próximas elecciones del 6 de
diciembre. Sin embargo, para Juan Carlos Sosa Azpúrua, ese tipo de comentario
es nocivo porque, “cuando a los electores se les vende una ilusión, y esa no se
ve satisfecha, lo que viene después es mucha rabia, depresión y decepción. Eso
condimenta aún más el caldo de una situación intolerable a punto de estallar”.
Sosa Azpúrua advierte que el asunto con las parlamentarias es “que se
le han creado a los electores unas expectativas que no se pueden cumplir.
Porque en esa Asamblea, en un país gobernado por un régimen totalitario, no se
puede hacer nada de lo que están prometiendo los candidatos al parlamento”.
“El país no está para elecciones en el contexto que estamos sufriendo.
El régimen ha demostrado, después de 17 años en el poder, que no tiene ninguna
capacidad para corregir los problemas, sino que, por el contrario, los crea
conscientemente. Los que están en el poder, no tienen ninguna intención de que
el bolívar recupere su valor, de que el aparato productivo se reactive, que la
gente tenga empleo, que Venezuela esté en la comunidad internacional como un
país serio y no como uno forajido. El objetivo de esta gente –la que usurpa el
poder, porque ellos perdieron la legitimidad de ejercicio y la legitimidad de
origen cuando se ′robaron′ las elecciones pública y notoriamente- es empobrecer
a la sociedad, volvernos completamente miserables”.
Porque, para el abogado, volvernos miserables, es característico de los
regímenes totalitarios y comunistas. “Cuando la gente de la supuesta oposición
le da trato y legitimidad, y están dispuestos a cohabitar y a cogobernar con el
régimen, te das cuenta que, en ese aspecto, la política está entregada. Tampoco
vemos una lucha por salir del problema de raíz, sino, básicamente, el
planteamiento es seguir poniéndole pañitos calientes a un enfermo que está en
etapa terminal. Se lucha solo en el plano electoral. Y como el régimen ha sido
muy astuto, crea elecciones todos los años. Los circos electorales se montan
anualmente y entonces todo se cubre con una gran cortina de humo, donde el
único objetivo del país se reduce a votar o no votar. Y la dinámica de la
discusión política y la de los problemas pasa a un tercer plano. Aquí no hay
debate político. Sólo se escucha el argumento de que hay que salir a votar
porque, en la medida en que la MUD vaya conquistando espacios políticos, vamos
a tener posibilidades de salir de esta pesadilla a través de una vía bonita,
democrática y pacífica. Simplemente, manchar el dedo de morado: esa es la gran
lucha por Venezuela”, reflexiona.
Le comento, en medio de la entrevista, que cifras recientes le dan a la
oposición MUD una gran ventaja en las parlamentarias; e indican que el
oficialismo estaría perdiendo por 30%. Le recuerdo que 70% de los encuestados
evalúa negativamente la gestión de Maduro, sin dejar a un lado su popularidad,
la cual alcanza tan sólo un 24%. ¿Con estos escenarios, se puede ganar unas
parlamentarias?
Pero, Sosa Azpúrua responde que estas cifras son la repetición de lo
que siempre hacen las encuestadoras: vender un triunfalismo. “Siempre se genera
e momentum para hacer creer que por la vía electoral se puede lograr el
objetivo. Si revisamos los más recientes estudios, nos hacen creer que en el
2010 perdimos las elecciones, cuando en realidad, la oposición logró 51% de los
votos. Sistemáticamente, hemos venido siendo mayoría. Desde el año 2004, cuando
se robaron el referéndum revocatorio, hemos sido mayoría. Han venido ocurriendo
fraudes sistemáticos que la MUD ha decidido silenciar. No ha dado el golpe a la
mesa para romper el juego macabro que controla el régimen. Porque la dinámica
que está en este momento en marcha le permite a la MUD tener una participación
política activa. La Asamblea es un símbolo de poder muy importante y dudo que
el régimen vaya a perderlo. Cuando eso ocurra, los analistas dirán que Maduro
logró cohesionar al país, gracias al sentimiento nacionalista que despertó. Y
le echarán la culpa a la abstención. Mareando a la gente con una matriz de
opinión en la que solo importa si votas o no votas. Si votas eres bueno. Si no
votas eres malo”.
“En el 2002, cuando la sociedad tenía el poder, su fuerza hizo que
cayera el régimen. En el 2004, también con la sociedad civil al frente, ganamos
el Referéndum Revocatorio. Ese triunfo y el fraude que se cometió como
consecuencia, fue lo que hizo que se produjera la famosa abstención del 2005;
pero, la sociedad civil se organizó y demostró que más del 75% del país quería
salir de esa pesadilla. Con esa acción se deslegitimó a la Asamblea y al
Consejo Nacional Electoral. El problema estuvo en que le pasamos el testigo al
sistema político. Y éste nos traicionó porque no desmanteló al CNE, ni pidió la
depuración del sistema electoral. Por el contrario: solicitó el cronograma para
las elecciones presidenciales, se puso en campaña y reconoció a los diputados
del Psuv que fueron electos con menos del 15% de los votos”, señala.
En momentos difíciles hay que pedir propuestas. Soluciones. Sin
titubear, responde que la Sociedad Civil tiene que reorganizarse, aun cuando se
encuentre debilitada. “Hay que pedir la renuncia de Maduro del cargo que
usurpa. Establecer un gobierno de transición, depurar al país y limpiar sus
instituciones. La Sociedad Civil tiene que despertar de nuevo y quitarle el
testigo a la dirigencia de los partidos, porque ellos entregaron la política. Ellos
cogobiernan con el régimen. Estamos secuestrados por un régimen al que le
interesa mantenernos animalizados. La Sociedad Civil tiene que solicitar la
restitución del orden constitucional. Como venezolanos tenemos el derecho de
reaccionar y trascender el tema electoral. No podemos seguir entrampados en lo
electoral, porque seguimos metidos en el terreno de un juego que controla
completamente el régimen. No estamos solucionando el problema. Están reduciendo
nuestra dignidad de seres humanos. Nos están tratando como animales y esa es la
mayor violencia que puede haber”.
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