Por Juan Marcos Colmenares*, 06/11/2015
En el año 2007, Hugo Chávez propuso modificar
69 artículos de la Constitución Bolivariana de 1999, entre los cuales estaba el
de conformar a Venezuela como un estado socialista. El 2 de diciembre se
celebró el referéndum y triunfó la opción del “no”. El pueblo decidió no
admitir los cambios solicitados y rechazó la propuesta. Esta fue la primera
derrota electoral del oficialismo confirmada por el Consejo Nacional Electoral
(CNE).
También en otros comicios votamos
mayoritariamente: Tuvimos más votos en 1998 para el Congreso Nacional; en el
2004 para el referéndum revocatorio; y más recientemente en las últimas
elecciones parlamentarias y presidenciales. Pero el régimen utilizó todas las
trampas, abusos, saboteos, engaños y acciones fraudulentas para mantenerse en
el poder. Por miedo, comodidad o cobardía no actuamos en esos momentos como la
mayoría que éramos.
Hoy Consultores 21 afirma que por primera vez
en 17 años la oposición domina al chavismo en las preferencias de los electores
y tiene posibilidades claras de convertir esa ventaja en una mayoría electoral.
Datanalisis opina que la oposición es clara mayoría y el chavismo enfrenta su
reto más difícil. Hercon Consultores revela que la MUD ganaría las elecciones
parlamentarias en 13 estados y en 5 estados el oficialismo. Y Keller &
Asociados señala que Maduro a llevado al oficialismo a ser una clara minoría de
18%.
Somos mayoría los que rechazamos la
inseguridad, la impunidad, la falta de principios y de valores. Somos mayoría
los que sabemos que este gobierno es culpable de la crisis económica, de la
escasez y de la inflación más alta del mundo. Somos mayoría los que estamos
hastiados de este régimen que ha empobrecido al país, habiendo recibido los
ingresos más altos de nuestra historia. Somos mayoría los que no creemos en cuentos
y mentiras: La verdadera guerra económica es la que tiene este régimen
contra la Venezuela productiva, cuando expropiaron y se robaron cientos de
empresas de alimentos y de manufactura. Destrozaron la producción de todas las
empresas básicas, de las fincas de ganado lechero y de carne; de la industria
azucarera, cafetera y arrocera. Por eso tenemos que importar todo lo que antes
producíamos. Somos mayoría los que no confiamos en las instituciones, no
confiamos en el CNE, ni en el ejecutivo, ni en el sistema judicial, porque no tienen
autonomía y no existe división de poderes.
Sin embargo, el ganar el próximo 6D y ser
mayoría en la Asamblea Nacional nos delegará serias obligaciones. Tendremos que
asumir grandes y graves compromisos: Rescatar la confianza en el sistema
democrático; sembrar esperanzas a los pobres y a los jóvenes, de que sí es
posible superar las dificultades con trabajo y preparación; y garantizar que
esos cambios sean permanentes, pacíficos e irreversibles. Y para superar esos problemas
todos somos necesarios. Por eso necesitamos impulsar un gobierno de
concentración nacional, donde estemos representados todos los venezolanos y las
fuerzas vivas del país. Donde estén incorporados partidos políticos, sociedad
civil, empresarios y trabajadores. Solo un gobierno con esa fuerza, que no sea
exclusivista y sectario, un “gobierno de amplia base de unidad nacional”, puede
ser capaz de enfrentar los problemas fundamentales que tenemos en Venezuela.
Hoy somos una gran mayoría quienes estamos
cansados de vivir como lo estamos haciendo. Una mayoría que quiere cambio, que
sabemos que merecemos mayores oportunidades y un futuro mejor. Que sí podemos cambiar
y que lo vamos a lograr.
*Abogado
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