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viernes, 22 de enero de 2016

3 escenarios en torno al incremento del precio de la gasolina por @aroliveros


Por Asdrúbal Oliveros 


El subsidio a la gasolina es un tema que recurrente en cualquier discusión sobre qué hacer para solventar la crisis económica. Sin embargo, en reiteradas ocasiones este tema ha pasado a segundo plano y ni siquiera se ha diseñado un plan para la eliminación o reducción del subsidio.


En la Memoria y Cuenta presentada por el presidente Nicolás Maduro ante la Asamblea Nacional, el mandatario señaló que “llegó la hora de hacerlo”, ya que “se ha debatido y gran parte del pueblo ha estado de acuerdo. El año pasado no se hizo. Venezuela tiene que entrar en un nuevo sistema de cobro de sus hidrocarburos”. Por otro lado, Eulogio del Pino, Ministro de Petróleo y Minería, señaló: “Yo no creo que haya alguien en este país que no esté de acuerdo que ese es uno de los factores más desequilibrantes de nuestra economía”. Al parecer, tanto el Presidente de la República como el Ministro están de acuerdo en sincerar los precios de la gasolina.

¿Cuánto nos ha costado?

Uno de los bienes con mayor subsidio en Venezuela es la gasolina. Desde hace años ha sido uno de las subvenciones más regresivas. En 2013 el costo de producir la gasolina de 95 octanos, según los informes de PDVSA, estaba cerca de los 13.407 millones de bolívares. Ya en 2014 este costo se había incrementado a  43.381 millones, tomando como costo promedio por litro un valor entre 2,4 y 2,7 bolívares establecido por el expresidente de PDVSA, Rafael Ramírez.

En 2015, según el actual Ministro de Minería y Petrolero, Eulogio del Pino, el costo de producir la gasolina se encuentra aproximadamente en 1,87 por litro. Y con esta cifra el costo total de producir gasolina el año pasado se situó en 30.252 millones de bolívares. Esto implica que el precio al que se vendió/vende la gasolina es 19 veces menor al precio que debería venderse para cubrir los costos: sólo cubre el 5,2% del costo.

En resumen: en Venezuela la gasolina se está vendiendo a pérdida por un margen sin ningún tipo de racionalidad económica ni contable.
 
Sin embargo, consideramos que lo más alarmante en la actual crisis económica no son los costos de producción, sino los ingresos que se dejan de percibir al vender la gasolina a un precio por debajo de los internacionales. En otras palabras: el costo de oportunidad de “regalar” la gasolina.

Según nuestros estimados y la información disponible de PDVSA, en 2013 el costo de oportunidad del subsidio de la gasolina se ubicó en 12.059 millones de dólares. En 2014 fue de US$ 10.542 millones y en 2015 de US$ 6.678 millones. Dicho en otras palabras, durante los últimos 3 años mantener este subsidio le ha costado al gobierno aproximadamente 29.279 millones de dólares.

Esta cifra es cercana al total de deuda externa (PDVSA más gobierno central) cancelada en el mismo período: US$ 30.407 millones.

Se podría concluir, entonces, que de haber sincerado los precios de la gasolina en 2013 el peso de la deuda externa en los últimos años no hubiera sido tan “arduo”. Ésta es apenas una de las tantas comparaciones que se podrían hacer con el costo de oportunidad de mantener la gasolina barata.
2016: oportunidad de oro

De mantener el actual precio de la gasolina, en 2016 el costo de oportunidad del subsidio se ubicaría en 3.535 millones de dólares. Esta disminución  en comparación con las de los años anteriores, no se debe a que los venezolanos vamos a utilizar menos gasolina ni a que PDVSA será más eficiente disminuyendo sus costos, sino a que el precio de la gasolina en el mercado internacional está disminuyendo.

Esta disminución en los precios internacionales demuestra que, a medida que se siga postergando la reducción del subsidio o su eliminación, los ingresos adicionales derivados de la venta de gasolina a un precio internacional van a ser menores. Aunado a esto, la actual crisis económica y la continua caída en los precios del petróleo le da la “excusa perfecta” al gobierno/PDVSA para reducir el subsidio.

Por tanto, dado el entorno internacional y los desequilibrios internos, se tiene una oportunidad de oro para reducir el subsidio que tanto le ha costado al Gobierno mantener en los últimos años.

¿Entonces cuál es el objetivo de mantener el subsidio?

Si los costos son tan altos y cada día que pasa los ingresos por sincerar los precios de la gasolina son menores, ¿por qué mantener un subsidio que, además de ser regresivo, pareciera ser ineficiente?

La respuesta del Gobierno ha sido la ideología detrás de esta subvención: la idea de que el petróleo genera grandes riquezas lleva implícito que es de todos los venezolanos, por lo que se espera que la gasolina sea lo más barata posible.

No hay que olvidar que existen grupos de poder que se ven directamente beneficiados con el actual esquema (por factores como el contrabando de gasolina) que ponen resistencia a cualquier modificación de la subvención.

Sin embargo, este discurso pareciera agotarse. Especialmente cuando ni siquiera hay repuestos para que los transportes públicos funcionen. En momentos de crisis, es necesario que se ejecuten medidas que impacten las bases estructurales de la economía y que busquen reducir las distorsiones de manera importante.

No obstante, opinamos que el ajuste en el precio de la gasolina no es una de las prioridades del Gobierno, puesto que antes de meterse con la gasolina tienen que solventar el tema cambiario y el control de precios.

En este punto es importante destacar que Luis Salas, el nuevo Vicepresidente del área económica, es de la idea que aumentar el precio de la gasolina es una “estrategia de la derecha” para perjudicar al Gobierno. Por tanto, él ha sido una de las figuras del madurismo que más resistencia ha puesto.

Los posibles escenarios

Estimamos tres posibles escenarios que podrían darse en torno al incremento del precio de la gasolina:

Primer escenario: en éste, el incremento del precio sería cercano a los precios internacionales (VEF 26,6/lts en 2016), de tal forma se cubriría el costo contable y la industria petrolera gozaría de unos ingresos anuales adicionales de 2,4% del PIB.

Segundo escenario: en este escenario el Gobierno no sería tan ambicioso. Aumentaría el precio de la gasolina a 1,87 bolívares por litro. Es decir: al costo de producción. Así no se generan ganancias, pero tampoco pérdidas. Los ingresos anuales adicionales que produciría este incremento serían apenas de 0,3% del PIB.

Tercer escenario: un aumento más tímido, donde el precio por litro de gasolina se ubicaría en 1,3 bolívares y el incremento sólo cubriría el 70,0% del costo de producción, por lo cual el subsidio seguiría presente, pero mucho menor que el actual.

De estos tres escenarios, consideramos que es más probable que se concrete el tercero, ya que el Gobierno podría estar reacio a la eliminación total de un subsidio que representa una bandera política para el gabinete. Además, mantener el subsidio sirve como parte de la consigna de que el petróleo es de todos los venezolanos.

En la teoría económica, los subsidios se justifican por la existencia de fallas de mercado que desincentivan la inversión en actividades que tienen un retorno social importante. El subsidio a la gasolina ha demostrado ser ineficiente, pues sólo incentiva al incremento en el consumo interno de gasolina y a actividades ilegales como el contrabando.

Si el Gobierno quiere solventar la crisis tiene que sincerar la economía. Eso significa disminuir los subsidios ineficientes, tener disciplina fiscal, ejecutar medidas estructurales con efectores reales, entre otros.

21-01-16




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