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sábado, 23 de enero de 2016

Estudio revela que 85% de la clase media siente empeorada su situación por la crisis por @EfectoCocuyo


Por Fátima Dos Santos


Según información no oficial divulgada esta primera semana de enero de 2016, la inflación en 2015 puede haber estado alrededor de 270% en Venezuela. (La última cifra de inflación publicada por el Banco Central de Venezuela corresponde a septiembre de 2015, luego de más de un año sin publicar y según una reciente modificación de la Ley del BCV, la publicación de indicadores económicos como éste ya no es obligatoria). Aunque es difícil de pronosticar, expertos en economía vaticinan una inflación de entre 500% y 800% para el año 2016.


Con el último aumento salarial de octubre de 2015, el salario mínimo se ubica en Bs. 9.649, más un bono alimentación mensual de Bs. 6.750, lo cual suma 16.399 Bs. La opacidad de la cifras oficiales hace difícil saber qué tan alto es el costo de la vida en Venezuela, pero el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros lo ubica en 121.853,63 Bs para diciembre de 2015. El Cendas ha señalado que se requieren 12,6 salarios mínimos para sustentar la vida de una familia de 5 miembros (ver goo.gl/lJFn5v ). Según un artículo publicado en El Mundo Economía y Negocios en 2013, que cita como fuente al BCV (goo.gl/GgPeyK) un 72,14% de los empleados formales ganan hasta dos salarios mínimos. Con un promedio de dos trabajadores por hogar, el ingreso total del hogar es una tercera parte de lo necesario para cubrir el costo de la vida.


Sin duda, las familias más afectadas son las de menos poder adquisitivo, pero sería erróneo pensar que un mayor ingreso nos permite ser inmunes a la crisis. Si usted tiene un sueldo relativamente alto y aun así se siente afectado, puede que le interese saber cómo manejan esta situación otras familias de clase media.

Justamente, en los últimos días de noviembre de 2015 realizamos una encuesta entre 115 personas de clase media para explorar qué recursos materiales y emocionales utilizan para enfrentar la crisis económica. A continuación, algunos de los resultados.

Impacto de la crisis

El promedio de ingreso familiar de esta muestra se ubicó en 43.583 Bs (sin contar ticket alimentación), lo cual es más de cuatro salarios mínimos. A pesar de ello, 97% de los entrevistados considera que la situación económica actual es “mala” o “muy mala”, 83% indica que su estilo de vida ha cambiado “mucho” o “bastante” en los últimos dos años y 85% indica que su situación económica ha empeorado “algo” o “mucho” respecto a hace un año.

76% señaló que la escasez es un problema que le afecta personalmente, y 74% se ve afectado por la inflación. 100% considera que la crisis ha afectado “bastante” o “mucho” su tranquilidad mental. 97% ha visto afectado su tiempo libre, 92% su dinámica familiar, 91% su desempeño laboral y 76% su vida de pareja.


 Conclusión: La crisis económica afecta a la clase media, tanto por la escasez como por la inflación, y los impacta a nivel personal, de pareja y familiar.

Conductas para enfrentar la crisis

Las estrategias fundamentales de la clase media para conseguir los productos son visitar varios lugares (79%), intercambiar productos (77%), sustituir productos (76%) y que todos los familiares busquen insumos (76%). Hacer colas (64%) es relativamente menor. 34% dice comprarle a bachaqueros, y 16% indica que revende productos.

Completar un mercado tomaba un promedio de 8,45 horas hace dos años, mientras que ahora tarda 17,4 horas en promedio.

Para resolver la inflación y rendir el dinero, 85% consumen los productos con menor frecuencia, 69% se ha cambiado a alternativas más económicas y 58% busca lugares más baratos, especialmente mercados callejeros (54%) o mercados municipales (38%). 18% ha comenzado a comprar en PDVAL y 22% en Mercal.


Si se trata de aumentar los ingresos, 60% tiene empleos eventuales o mata tigres, 28% ha tenido que conseguir un segundo empleo y 26% ha exigido un aumento de salario. Es grave que 36% dice que ha tenido que vender bienes. Apenas un 16% reporta que no ha hecho nada.

Conclusión: Enfrentarse a la escasez consume mucho tiempo, energía y recursos, y la clase media echa mano a una variedad de estrategias. Para enfrentar la inflación se consume menos, se sustituyen productos o se busca en lugares más baratos. Para producir más ingresos lo más común es matar tigres o conseguir un segundo empleo, pero no se descarta tener que vender parte del patrimonio.


Cambios en el consumo

Se han sacrificado algunos rubros de productos alimentarios: 82% de los encuestados han disminuido o eliminado el consumo de enlatados, 85% ha reducido o eliminado la charcutería, 73% los granos y 57% la carne.

En cuanto a otras categorías de productos, las más afectadas son electrodoméstico (73% ha eliminado la compra de estos productos), computadoras y equipos electrónicos (69%), celulares y tablets (69%). También han reducido o eliminado la compra de productos básicos como zapatos y carteras (95% reducido + eliminado) y ropa (94%). Un 36% ha sacrificado los seguros de vehículos y un 32% de los entrevistados ha reducido o eliminado sus seguros personales. En contraposición, un 72% ha mantenido su paquete de TV por cable.

74% dejó de dar regalos, 73% dejó de comer fuera de casa en el día a día, 70% ya no sale de vacaciones, 67% ha dejado de ir al cine y 66% ya no come fuera para celebrar eventos especiales.

En el hogar hay reservas considerables de productos básicos: en promedio, están cubiertas 3,7 semanas de productos regulados de la cesta básica; 3,9 semanas de productos no perecederos no regulados; 4,5 semanas de productos de cuidado para el hogar; 4,6 de higiene femenina; 4,9 semanas de medicinas para enfermedades crónicas y 5,1 semanas de productos de cuidado personal.

El 48% de los entrevistados ha dejado de tomar algún medicamento por no conseguirlo, y un 62% reporta que algún familiar ha dejado de tomar medicamentos.

El 48% de los entrevistados ha dejado de tomar algún medicamento por no conseguirlo, y un 62% reporta que algún familiar ha dejado de tomar medicamentos.

Conclusión: Reducir gastos no esenciales es una estrategia fundamental para rendir el presupuesto, con lo cual el estilo de vida de la clase media se ve severamente afectado. Muy inteligentemente, han invertido dinero y energía en crear reservas de productos básicos que les permitan enfrentar los baches de distribución y el aumento de precios. Aunque esto logra demorar el impacto, puede llegar a sentirse, por ejemplo en lo relativo a medicamentos.
Respuesta emocional ante la crisis


Las emociones desatadas por la crisis son negativas, y hay bastante diferencia entre la experiencia de los hombres y de las mujeres. En las mujeres predomina la impotencia (94% vs un 76% en los hombres), el desánimo (70% vs 49% en los hombres), el nerviosismo (54% vs 27% en los hombres) y la desesperación (52% vs 32% en los hombres). En los entrevistados masculinos es relativamente más frecuente observar la rabia (87%) y el desafío (43%).

Son muchas las respuestas producidas para enfrentar emocionalmente la crisis: tratar de calmarse (60%), conversar para buscar soluciones (59%) y quejarse (58%) son las más frecuentes. 51% dice sentirse cada vez más nervioso, 47% trata de distraerse y también 47% siente que se deprime. 42% bromea, 23% se aísla. Sólo 16% menciona que crea redes para intercambio de información y 8% indicó que intenta formar redes para pasar a acciones políticas.

Esto indica un manejo bastante individual y reactivo de la crisis, que puede estar acompañado de una sensación de indefensión e incapacidad de lidiar con ella.

Por el contrario, parece haber empeño en enfrentar el estrés derivado de la crisis: 38% ha comenzado a hacer ejercicios y 26% ha empezado a meditar. Preocupa que el 13% de las mujeres reporta haber comenzado a tomar tranquilizantes y 14% de los hombres, bebidas alcohólicas. Un 22% de las mujeres y un 32% de los hombres no ha comenzado a realizar ninguna actividad para lidiar con el estrés producido por la crisis.

Las perspectivas para el futuro son malas: al realizar la encuesta (finales de noviembre de 2015), 72% creía que la situación económica empeoraría algo o mucho. 78% ha pensado en irse del país, el 95% de los casos reportan que algún familiar lo ha considerado.

Conclusión: Lo adverso de la situación genera reacciones emocionales negativas: impotencia, rabia, desánimo, nerviosismo, desesperación, rabia. Muchas conductas ayudan a hacer catarsis (hablar, quejarse, bromear), pero hay pocas conductas organizadas para enfrentar el problema. En lo que sí se está realizando un trabajo importante es en intentar lidiar con el estrés, y hacer ejercicio y meditar son las estrategias más frecuentes y positivas que se han incorporado. A pesar de esto, la perspectiva para el futuro es negativa.
La crisis económica no deja incólume a la clase media que, por el contrario, se ve severamente afectada, tanto en un sentido material como emocional. 

Indudablemente cuentan con mayores recursos que personas con un nivel económico más bajo, pero están sacrificando comodidades y hasta necesidades esenciales (como seguros o ropa) para poder cubrir las necesidades básicas de alimentación y salud.

Las estrategias más usadas para lidiar con la crisis son la reducción en el consumo, la sustitución de productos, la búsqueda de ofertas y la obtención de ingresos adicionales. Se hacen esfuerzos por mantener controlado el estrés, lo cual es muy saludable. Sin embargo, la mayoría de las estrategias son individuales y reactivas, y se observa muy poca movilización para generar cualquier tipo de solución colectiva.

El clima político ha cambiado radicalmente desde diciembre, y eso puede generar cambios en las perspectivas económicas individuales, pero para los últimos días de noviembre, cuando se realizó la investigación, la impotencia era el signo dominante.

19-01-16




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