Pompeyo Márquez 08 de enero de 2016
@FundaPompeyo
Mientras
Maduro y Cabello estén en posiciones dominantes los daños que se le causan al
país son enormes. Se ha constatado que son ellos los responsables de haber
llevado a la República al borde del abismo. La profunda crisis económica es
consecuencia de querer imponer al país un modelo que ha fracasado donde quiera
que se ha intentado aplicar.
Por su
parte, la crisis política se evidencia con un país dividido en dos pedazos, y
Maduro y Cabello también, se niegan a tomar las medidas que indica la más
elemental lógica. No se necesita ser un sabio para concluir que el país
necesita de diálogo, y superar la confrontación, y que un país dividido en la
forma como está Venezuela no tiene porvenir.
Como
consecuencia de sus políticas económicas se atraviesa una inflación que alcanzó
270,7% anual. El impacto de esta inflación en el salario mínimo es devastador.
La inseguridad personal es verdaderamente aberrante cuando se contabilizan por
años las muertes por hechos violentos. La suma de estos factores:
hiperinflación, inseguridad, e incapacidad, arroja como resultado un país
verdaderamente en ruinas.
El 6-D
la inmensa mayoría del país votó por un cambio, y se inició el 5 de enero con
la instalación de la nueva AN una nueva etapa que le abrirá nuevamente a
Venezuela las puertas de la democracia. La manera como ha sido resuelta la
integración de la directiva de la nueva Asamblea representa la voluntad
mayoritaria de los venezolanos; saludamos a Ramos Allup, Enrique Márquez y
Simón Calzadilla, quienes la integran. Rescatemos la potestad de un poder del
Estado que había sido sumido a ponerse de rodillas ante el Ejecutivo.
Esperamos
que entre las primeras medidas se apruebe una ley de amnistía y reconciliación,
que será el primer paso para la liberación de los presos políticos, el regreso
de los exiliados y el cese de atropellos y la persecución a los ciudadanos por
expresar sus opiniones.
Se ha
rescatado la esperanza y Venezuela tiene futuro, que no es otro que la
democracia y el retorno a la República civil. Para ello lo decimos enfáticamente,
es necesario salir de este par de individuos -responsables en primer término de
las desgracias que está sufriendo nuestro país y nuestro pueblo-, dentro del
marco de la Constitución, en forma pacífica, pues nuestro pueblo con la
votación del 6-D demostró que no quiere violencia pero quiere un cambio.
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