Omar Barboza Gutiérrez 08 de enero de 2016
La
reacción del oficialismo representado por Maduro y los que controlan al PSUV,
de intentar desconocer los resultados del 6 de diciembre a través de reacciones
destempladas y el intento de poner en práctica trampas mediante la utilización
del Poder Judicial como instrumento para la delincuencia electoral, tiene el
más alto rechazo de la inmensa mayoría del pueblo venezolano que votó por el
cambio político, incluyendo a buena parte del electorado que en otras
oportunidades fueron seguidores del ex Presidente Chávez.
Nadie
puede entender sino como parte de una conducta tramposa que quienes proclamaron
muchas veces que teníamos el mejor sistema electoral del mundo, y que
reclamaron nacional e internacionalmente para que se firmara un acuerdo de
respeto a los resultados electorales, ahora denuncian que le hicieron fraude.
Incluso llegan a la desfachatez de que hubo compra de votos por la oposición,
después de que el Presidente Maduro declaró que está pensando en no hacer más
viviendas porque los beneficiarios no votaron por ellos. También declaró como
consecuencia de los resultados electorales que recogería todos los taxis que
habían repartido durante la campaña electoral. Y los jóvenes recuerdan como
condicionaban la repartición de Canaimitas al compromiso de votar por ellos,
aparte de casos como el de La Villa del Rosario en el Estado Zulia donde hubo
que perseguir con los defensores del voto de la Unidad a los activistas del
PSUV con maletines llenos de billetes tratando de comprar votos en las colas.
Al
rechazo de esta maniobra y esas actitudes se suma el hecho de que una vez
conocidos los resultados electorales la mayoría oficialista de la moribunda
Asamblea Nacional convocara a sesiones extraordinarias para designar
Magistrados del TSJ violando los procedimientos establecidos para ello, con el
propósito de controlar partidistamente al máximo Tribunal para intentar obtener
con la trampa lo que no obtuvieron a través de los votos del pueblo venezolano.
Y ese
control partidista es el que hace posible que tengamos un TSJ que no se respeta
a sí mismo, como se desprende de la nota de prensa escrita emitida por ese alto
Tribunal con motivo de la denuncia de la MUD del 22-12 sobre la existencia de
recursos para tratar de desconocer la voluntad de los venezolanos. En esa
oportunidad luego de desmentir la existencia de esos recursos el TSJ expresó
textualmente: “La presente aclaratoria obedece a declaraciones ofrecidas por
voceros políticos y a falsas informaciones que de forma irresponsable han
puesto a circular algunas ciudadanas y ciudadanos en las redes sociales, que en
nada contribuyen con el clima de paz y tranquilidad que reina en el país.” Y
concluyó: “Para finalizar, el Máximo Juzgado agregó que la Sala Electoral esta
semana no ha dado despacho, ni se han recibido amparos que sería la excepción
al mismo, con lo cual también se desmienten informaciones infundadas y malsanas
en ese sentido”. No fue precisamente un amparo lo que recibió la Sala Electoral
el pasado 28-12 como parte de la armazón de la trampa,
Los
diputados electos de la Unidad Democrática para el período que se inicia este 5
de enero del 2016, cumpliremos con el mandato que nos dio el pueblo de impulsar
el cambio político y defenderemos el derecho de quienes fueron electos junto
con nosotros para representar la voluntad de sus electores. Haremos respetar la
Constitución vigente, y en especial lo que ella dispone en su Artículo 5: “La
soberanía reside intransferiblemente en el pueblo” y más adelante en el mismo
Artículo expresa: “Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a
ella están sometidos”
En
estos momentos cuando quienes han traicionado sus compromisos con el país,
están aterrados porque entra en funciones una nueva Asamblea Nacional que si va
a controlar el gasto público y va a poner al descubierto la inmensa corrupción
que tanto daño le ha hecho a Venezuela y a su pueblo, la gran influencia de los
corruptos en este gobierno y en las instituciones controladas por el partido
oficial trabaja en la oscuridad para preservar la impunidad sobre los delitos
cometidos. Están jugando con candela.
El
pueblo debe mantenerse alerta y en la calle para hacer respetar los resultados
electorales del 6 de diciembre. Y Maduro debe considerar seriamente, por el
bien de Venezuela y su futuro, que una de las formas constitucionales de
terminar su mandato es la renuncia.
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