Por Efecto Cocuyo
Hoy se celebra la Jornada
Mundial del Enfermo y la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal
Venezolana (CEV), en boca de su presidente, monseñor Roberto Lückert, encontró
propicia la ocasión para emitir un comunicado en el que expresan su rechazo por
la sistemática falta de medicamentos, a falta de prevención, vigilancia y
control sanitario y la escasez de alimentos que incide negativamente sobre la
salud de los pacientes.
“Estamos casi en una situación
de ´sálvese el que pueda´; si esto es así entonces es necesario apostar por la
vida, trabajar para que se de en todo el contexto de la nación la opción por
una vida digna, no como nos encontramos actualmente. Por lo tanto la Iglesia
exige al Estado y a sus diferentes instituciones avocarse a dar respuesta
oportuna a tan trágica situación” señala el documento.
También exhorta al Gobierno
para que se agilicen los mecanismos de importación de medicamentos y alimentos,
se den a conocer las cifras oficiales que sirven para hacer prevención y hacer
campañas de prevención. A continuación el comunicado completo:
COMUNICADO
LA SALUD HOY EN EL MARCO DE LA
JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO
“La Iglesia ha hecho una
opción por la vida” (Doc. Aparecida 417).
1. La
Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana y la Pastoral
de la Salud en el marco de la Jornada del enfermo, queremos expresar la
preocupación que nuestra Iglesia, experta en humanidad, manifiesta por el mundo
de la salud, en medio de la amenaza permanente de una “cultura de muerte”.
2. En
un mundo deshumanizado, donde se han puesto las cosas creadas (política,
economía, cultura) por encima de su creador y de la persona humana, todavía hay
instituciones que apuestan por la vida desde su nacimiento hasta la muerte
natural: la Iglesia católica es una de ellas.
3. Anualmente
el 11 de Febrero, la Iglesia a través del Papa Francisco extiende un mensaje en
la Jornada Mundial del Enfermo; este año celebramos la XXIV Jornada con el tema
“Confiar en Jesús misericordioso como María: `Hagan lo que Él les diga´ (Jn
2,5)”. Este tema engrana en el año Jubilar de la misericordia, donde el Papa
nos pide activar las obras de misericordias corporales y espirituales, entre
las que se encuentra la atención a los enfermos, visitarlos con esperanza,
atenderlos con alegría.
4. Este
mandato sigue en pie a pesar del profundo deterioro que sufre el pueblo
venezolano en materia de salud, no solamente por la falta de atención
médica en los hospitales públicos ante la carencia de médicos, de insumos
médicos elementales y no se hable de los más complejos, donde las familias
pobres hacen lo imposible para obtenerlos para sus familiares enfermos; todo
esto como consecuencia de las limitaciones en la asignación de recursos
económicos, humanos y materiales o el manejo inadecuado de los mismos.
5. En
los últimos meses se ha recrudecido sistemáticamente la falta de
medicamentos para todo tipo de enfermedades, pero especialmente para
enfermedades de diabetes, tensión, epilepsia, VIH, cardiovasculares, que ya han
cobrado la vida de numerosas personas, sin verse solución por parte de los
organismos gubernamentales. Esta ha sido una situación denunciada desde hace
bastante tiempo por gremios médicos y farmacéuticos, a los cuales el Estado no
les prestó ni les ha prestado atención, por no ser una prioridad
política.
6. Junto
con esta grave crisis observamos la falta de prevención, vigilancia y control
sanitario, lo cual ha permitido la reaparición de enfermedades
infectocontagiosas transmitidas por vectores como la malaria (136.402
casos) y el dengue (54.152 casos). La incapacidad para atender oportunamente
nuevas amenazas a la salud a través de enfermedades emergentes como la
chikungunya (16.293), el zika (estimado 412.962 casos hasta el 23 de enero de
2016). La ausencia de estas atenciones en la salud, ocasionan el resurgimiento
de enfermedades endémicas tales como: Mal de Chagas, Sífilis y la Gonorrea.
7. Es
notable el colapso total de los servicios asistenciales que prestan la red pública
de establecimientos compuesta por centros de salud, ambulatorios y hospitales,
que son hoy día, incapaces de satisfacer las necesidades y demandas de la
población en condiciones normales, por el deterioro de las
infraestructuras, insatisfacción del recurso humano a todos los niveles y
lo más importante déficit de materiales y equipos para el adecuado y oportuno
desempeño de las Instituciones. Este colapso afecta la operatividad del
sector privado que no es suficiente para dar toda la cobertura.
8. Al
mismo tiempo la crisis del desabastecimiento de los alimentos, plantea
otra amenaza a la salud del venezolano entre las cuales mencionamos:
desnutrición por falta de consumo de nutrientes y vitaminas, falta de aplicación
de los controles sanitarios necesarios, descontrol de los índices glucémicos
por no mantener un régimen alimenticio adecuado y la alteración del estado
psíquico y social generando angustia, miedo y ansiedad.
9. Estamos
casi en una situación de “sálvese el que pueda”; si esto es así entonces es
necesario apostar por la vida, trabajar para que se de en todo el contexto de
la nación la opción por una vida digna, no como nos encontramos actualmente.
Por lo tanto la Iglesia exige al Estado y a sus diferentes instituciones
avocarse a dar respuesta oportuna a tan trágica situación
10. Solicitamos
a los organismos gubernamentales, particularmente los que tienen la
responsabilidad de atender la salud del pueblo, a no ocultar los indicadores
más recientes, los mismos servirán para la planificación de una estrategia
nacional en la atención sanitaria.
11. Demandamos
definir los productos farmacéuticos (productos acabados o materia prima)
a importar como medicamentos de servicio por un lapso a establecer de acuerdo
con el estudio de necesidades y tiempo para poder recuperar la producción
normal y los procedimientos de importación en condiciones normales.
12. Requerimos
activar y agilizar mecanismos que faciliten la cooperación nacional e
internacional que se impulsan por medio de organizaciones no gubernamentales
(ONG), alianzas municipales, consorcios privados o comerciales y organizaciones
sociales diversas.
13. Exigimos
a los responsables gubernamentales y al Estado en general, las garantías
necesarias para el buen funcionamiento de las instituciones de salud, la
provisión de medicamentos e insumos necesarios para la atención de los
pacientes, especialmente a las madres, niños y ancianos, la profesionalización
y el mejoramiento laboral del personal que atiende a los enfermos, y proponemos
priorizar el tema de los medicamentos y de los alimentos en la agenda
gubernamental, política y financiera del País para que “aparezcan” y se
puedan solventar enfermedades que hasta hace poco tiempo estaban controladas.
14. Solicitamos
a la Red Caritas, a la Pastoral de la Salud, a las organizaciones sociales a
promover campañas de información pública sobre medidas básicas de higiene para
evitar el contagio y la propagación de enfermedades virales, a servir de puente
para gestionar ayudas y cooperación solidaria y a sentir con los otros
acompañándolos para apalancar soluciones.
15. En
síntesis, la salud es un derecho humano y no puede estar por debajo de los
intereses ideológicos de grupos, instituciones o gobiernos. Esta situación de
crisis profunda en salud que experimentamos todos, nos debe sensibilizar ante
el sufrimiento llamado hasta ahora “ajeno”, pero que en circunstancias como la
que vivimos se hace “propio”. El Papa Francisco nos ha invitado a tocar el
sufrimiento del otro, y sabemos que actualmente en Venezuela hay mucho
sufrimiento en los centros de salud como en nuestras familias. Pero no debemos
desesperanzarnos, sino activarnos como pueblo para exigir nuestros derechos
cumpliendo nuestros deberes, particularmente el derecho a la salud y a la vida,
el derecho a sanarnos y vivir armónicamente con nuestros semejantes y con la
naturaleza.
16. Que
María, Madre de la Misericordia, quien mandó a los servidores de la fiesta de
la Boda de Caná, a hacer lo que Jesús les dijera (cf Jn 2,5), nos ayude a
seguir trabajando por una Venezuela sana, libre de enfermedades que hacen
sufrir, con la confianza que cada día nos abrimos a tiempos de esperanza
para evitar que, tanto hoy como en el futuro, mueran personas por falta de medicinas,
alimentos o de atención médica.
11-02-16
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