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domingo, 21 de febrero de 2016

Medidas 5, soluciones cero por @luispespana


Por Luis Pedro España


Así quedamos después de la cadena del pasado miércoles: 5 a 0. Son cinco tantos a favor de los problemas del gobierno, contra cero para solucionar los principales problemas del país.

El gobierno tardó casi tres años para tomar algún conjunto de medidas que sirvieran para enderezar los entuertos que se fueron acumulando desde el año 2009. Acumulación de desequilibrios que, gracias a la preeminencia de lo político y de los cálculos interesados del presidente Chávez, terminaron en la crisis económica más grande que hemos tenido desde que somos un país petrolero.


Se necesitaron tres años seguidos de recesión. Niveles de inflación que superan cualquiera que hayamos padecido en el pasado. Desabastecimiento inimaginable. Escándalos de cúpulas que se acogen a beneficios procesales en el extranjero para salvarse ellos y empantanar a otros. Un proceso de desinstitucionalización que nos han convertido en un país de la selva, junto al record de pobreza más grande de nuestra histórico, al menos desde que se lleva la contabilidad de las condiciones de vida de los venezolanos.

Todo eso fue necesario que se acumulara para que el gobierno recibiera una aplastante derrota electoral, que fue lo que finalmente los obligó ha tomar alguna decisión económica, ya que para su desgracia, y en algún futuro (que ellos esperan que no sea muy próximo), habrán más elecciones.

Los chismes sobre los autores de las medidas muestran algunas cosas no muy revolucionarias, y algo contrarias al tipo de criticas que recibían los “gobiernos entreguistas” del pasado.

El propio presidente Maduro, en su increíble perorata de más de 4 horas, asomo a un tal “cristo”, quien para los entendidos es el presidente o director del Centro Estratégico Latinoamericano Geopolítico con sede en Quito, como uno de los principales asesores del plan. Además, tiene en el tren ejecutivo a un empresario como vicepresidente de economía, a lo que le cabría el viejo dicho ñangarosos de “zamuro cuidando carne”.

Es conocido entonces que fueron asesores extranjeros y empresarios ministros, quienes podrían ser los autores de las medidas. Lo anterior, si bien lo reseñamos más por el morbo de criticar las tontas posturas ideologizadas de quienes hoy gobiernan, que por su impacto verdadero, si es cierto que todo programa económico exhibe a sus autores y sus currículos como parte de los recaudos necesarios para que la acciones del gobierno tengan credibilidad. Lo que a todas luces, no parece ser el caso de nuestros noveles responsables de la arquitectura de las medidas.

Pero más allá de la morbosidad de la autoría, lo que podemos sacar en claro es que desde el punto de vista académico de políticas públicas, el gobierno tiene el mismo diagnostico inservible del pasado, del cual emanan las mismas incompetentes decisiones del presente.

En síntesis, el presidente Maduro y su equipo sostiene que las respuestas dadas hasta ahora no están equivocadas, la medicina es la adecuada, el problema ha sido la dosis. Al parecer necesitamos más controles, más regulaciones, más insultos y amenazas a los productores y menos libertad ¡Tronco e’ formula!

Plan formalización del gorgojo

El gobierno anunció 5 puntos. Todos fueron a su favor. El primero combatir la propia corrupción que su lógica económica estimula y desarrolla. Se decidió eliminar los grandes centros de abastecimiento público. Descubrió, como quien hace la cola de Bicentenario por primera vez, que una pate importante de sus usuarios no eran sino revendedores, en vez de pueblo paciente y agradecido con el esfuerzos distributivo del  gobierno.

Como en muchas otras materias no se percataron de la disociación entre fines y medios. Hasta que las empresas informales de la reventa no terminaron por contactar a los supervisores y gerentes de estos centros, para meterlos en el negocio, no se dieron cuenta lo que habían creado.

La capacidad de anticipación de los diseñadores de políticas públicas es realmente minúscula. El resultado, consistió en oficializar lo que el mercado informal diseño por su cuenta. Estos centros, los antiguos Bicentenarios y sus derivados, serán el acopio para el abastecimiento de comerciantes pequeños y medianos. En definitiva es el mismo modelo del PROAL (programa alimentario de la Agenda Venezuela), que a su vez fue el padre de Mercal y, por ahora, sería el abuelo de este nuevo sistema sin nombre.

La idea no es del todo mala, pero en el contexto de desabastecimiento y crisis de oferta, nadie sabe como será el control de precios que seguramente algún genio de la planificación centralizada sostendrá que es necesario aplicar en lo que podrían llegar a ser unos 20.000 centros de abastecimiento local, si la medida tiene éxito.

Al replicar lo que el mercado adaptó, se supone que debería haber una mayor eficiencia distributiva, salvo un problema: en esencia nuestro drama de abastecimiento antes que distributivo es productivo. Un detallito, sin producción no hay que distribuir.

Se abrió el marcador 1 a 0.

Alto Mando de precios justos

Es la prueba de que el gobierno cree que lo equivocado ha sido la timidez de sus convicciones. No se ha implementado con mayor fuerza su error. En el diccionario del gobierno profundizar significa militarizar. Por lo tanto la gran novedad del nuevo Estado Mayor, es la entrada de los militares. Ahora si la discrecionalidad será completa.

Por mas que se tengan noveles instrumentos como las matrices insumo-productos o extensas bases de datos sobre costos y márgenes, es imposible determinar los precios que están involucrados en una economía moderna. Todo será suplantado por el juicio, seguramente justo, de quienes saben de todo: los militares. Gol a favor de estos últimos.

El final de este punto está claro. El lobby por el ajuste de precios, el cabildeo por el que pasará cada sector será similar al de pasar una alcabala de camino o una mercancía sin arancel ¡Comisiones Firr!

Devaluación

Es bastante simple. No se trata de ningunas bandas, ni de dos sistemas que operan con lógicas diferentes. Se trata de un control de cambio con dos tipos. Uno al ridículo precio de 10 bolívares y otro que terminará siendo el precio de la divisa controlada. A lo largo de este 2016 los precios se irán ajustando a este último, lo que va a significar que la inflación, una vez permisada por el alto mando del punto anterior, será de padre y señor mío.

El problema central con el régimen cambiario es uno sólo: no hay divisas. El gobierno le da vueltas a la peregrina idea de crear incentivos financieros para atraer capitales de venezolanos o inversiones extranjeras. Pero no en tendiente que cualquier iniciativa, no importa cual sea, va a pasar por el mismo tamiz, el de la confianza. Si no la hay pagaran una prima por su ausencia.

Mientras sigan mentándole la madre a todo el mundo, sí siguen atacando el buque insignia del capital privado en Venezuela, nadie, absolutamente nadie, va a traer un dólar, euro, yuan o yen a la republica de las expropiaciones, las amenazas y la inconsistencia política.

Vamos tres a cero.

Gasolina, salarios y plan de empleo

En esta materia, como en las anteriores, podemos hablar de poca originalidad y mucha ingenuidad. Comenzando con la gasolina, y dejándole a los expertos la determinación de cual debió ser el nivel de precio para que  PDVSA dejara de perder, lo que si está bastante claro es la ineficiencia del supuesto subsidio cruzado que se ha tratado de implementar.

Lo que va a ocurrir es un desplazamiento del consumo al octanaje 6 veces más barato. Va a importar bien poco cual es el tipo de combustible sugerido por el fabricante. En momentos de crisis todos correremos a aprovechar algún subsidio y éste, relativamente al alcance de la mano, no va a ser la excepción.
Pero lo más importante es que el supuesto efecto progresivo del subsidio no va a funcionar. Además, ya se probó algo de eso en el pasado y se levantó por ineficiente y perjudicial para la propia empresa petrolera, volviendo al esquema de sólo un pequeño diferencial de precio entre los distintos tipos.

Si alguno de los asesores pensaba que el octanaje más alto es para los carros más lujosos, pues no termina de entender que como parte del ahorro y la eficiencia energética (que bajo lógicas de mercado si aplican, porque se centra en los incentivos que siempre serán más poderosos que los normativos y regulatorios de los sistemas estatistas), la mayoría de los carros nuevos consumen un menor octanaje y son los viejos los que requieren uno mayor.

De esta manera, la medida del aumento de la gasolina inauguró una nueva cola: la de la brusquedad de gasolina barata.

En cuanto al aumento salarial, el gobierno para librarse de la ley que ellos mismos aprobaron y para saltarse buena parte de los beneficios que están presentes en ella, decidieron (de manera muy patronal) concentrar el aumento en bonos que no formarían parte del paquete prestacional y de retiro. Por primera vez el bono de alimentación supera en un 15% al salario mínimo.

Adicionalmente la medida es de impacto limitado, porque sólo aplicaría para el 50% de la masa trabajadora. También tiene el perjuicio de que no incentiva la productividad del trabajador, achata la pirámide salarial igualando (por lo bajo) a las remuneraciones y distorsiona la escala salarial tan importante para las empresas y los trabajadores.

Por último, y en relación al plan de empleo, aunque Wolfang Larrazábal se debe sentir bastante honrado con su legado por aquel e inedito plan de emergencia después de la caída de la dictadura Perezjimenista, luce acertado luego de que el sector construcción cayó el año pasado nada más y nada menos que 23%.

A estas alturas digamos que encajaron dos goles en las redes, pero el linier anulo el último, gracias al plan de empleo. Vamos 4 a 0.

Los subsidios directos

Dejamos para lo último lo que el gobierno también dejo para el final. Sin especificar como sería implementado, en que locales se podrá utilizar y, lo más importante, cuanto será el monto de las transferencias y su periodicidad; el gobierno sólo mostro la tarjetica. Le enseño la zanahoria a un país cuyo gobierno vive chantajeando y manipulando con beneficios y prebendas que no llegan o se dan a las personas o los sectores equivocados.

Fue el cierre propagandístico, el telón con el cual el gobierno se vuelve a disfrazar de solidario, pero sin decir ni cuándo, ni cómo, ni donde. Ni siquiera los beneficiaros de los “hogares e la patria” saben cuando, como y donde usaran la bonita tarjeta para hacer un mercado.

Solo mostró la tarjetica. Un “pórtense bien que aquí les tengo lo suyo”. Sera progresivo, piloto y acordado con las estructuras desconcentradas (puede que alguna gobernación o alcaldía amiga) para su implementación. En otras palabras esta en el limbo.. Hizo como en los ajustes ortodoxos por delante las medidas económicas de recesión e inflación y, por allá atrás, las de compensación social.

Fin del juego.

18-02-16




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