Por Dr. Fabio Fuenmayor Valladares, 04/03/2016
Mientras la ministra de Salud anuncia en cadena nacional la “formación”
de 90 telefonistas para que informen donde no hay los
medicamentos esenciales y como ñapa, la misma funcionaria, cuya
característica más relevante es poseer el peor curriculum de ministro de
sanidad alguno desde la creación del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social,
aparte de cometer la imbecilidad de decir que la escasez de medicamentos es por
un consumo “irracional”… bueno mientras esa cosa que puso el delincuente de la
república pide llamar y preguntar,
Yo, Fabio Fuenmayor, médico de Cuidados Paliativos del moribundo
Instituto de Oncología y deHematología, les pido a mis pacientes que ni
siquiera pregunten por mi consulta y he decididotomarme las 9
semanas de vacaciones vencidas del año pasado y las 11 de este año debido a que no
tengo nada que recetarles para el dolor oncológico que constituye más del
90% de los motivos de mi consulta.
Hoy he sido informado que BADAN, prácticamente la única
institución que expende analgésicos de manera masiva para los tratamientos que
yo prescribo, está en la lona. Me imagino que empezarán a ocupar los anaqueles
de sus centros de atención al público con estatuillas de José Gregorio y
otras imágenes fabricadas diestramente en china, las cuales costarán una
fortuna a más de un millar de bolívares por dólar, a menos que a un
bolichico le entreguen divisas a 10 y las revenda a 200 para importar: imágenes
santorales de primera necesidad. A esos desgraciados enchufados, les sugiero
que importen Biblias y ediciones de El Corán, porque no solo a los católicos y
a los santeros les da cáncer.
No gozo del cinismo de Héctor Rodríguez, ni de la desvergüenza de Pedro
Carreño y mucho menos del espíritu demoníaco de Diosdado Cabello, para decirle
a mis pacientes, mirándolos a los ojos, que no solamente se van a morir
de cáncer, sino que además lo harán en medio del sufrimiento de terribles
dolores, que si bien en condiciones normales son difíciles de tratar, hoy en
día por culpa del delincuente de la república, nicolás maduro, ni siquiera van
a poder ser tratados.
Es muy difícil compartir día a día el deterioro, el sufrimiento y
las complicaciones clínicas de un enfermo crónico; pero eso lo escogí yo, para
eso llevo más de 30 años formándome y lo sigo haciendo. Lo que resulta
inaceptable es presenciar ese mismo deterioro con las manos amarradas por un
gobierno que les quitó a los enfermos desde la aspirina y los pañales hasta la
morfina y las bombas de infusión. Cuando el delincuente trastabilliario de
Chávez, llegó al poder, una ampolla de morfina costaba BsF: 0,0005, hoy: no
existe, y si le decían a uno que algún día no tendría papel de baño se
respondía “¡No vale! Yo no creo”.
Esta situación, no es una crisis de reciente aparición, no fue que el
barco que traía los analgésicos naufragó por la emboscada de un huracán
llamado Guerra Económica, no nos caigamos a cuentos. Esto se viene labrando de
manera sistemática y programada desde que nos dejamos asaltar por el Socialismo
del Siglo XXI y los cantos de sirena del intergaláctico. Yo estudié para
manejar 8 tipos de analgésicos opioides en más de 30 presentaciones, más de 20
analgésicos no opioides en más de 60 presentaciones, 6 antiinflamatorios
esteroideos en más de 15 presentaciones, más de 12 coadyuvantes de los
analgésicos en múltiples presentaciones, todos ellos solamente para tratar uno
solo de los síntomas de cuidados paliativos, EL DOLOR. Poco a poco, toda esa
farmacopea fue desapareciendo del alcance de mis pacientes. Mis colegas y
yo fuimos reduciendo la oferta de alternativas, empezamos a exigirles a los
familiares cada vez más esfuerzo para conseguir el tratamiento adecuado,
debimos hacernos los locos con el costo económico de nuestras prescripciones; y
hasta nos hicimos creativos cambiando las presentaciones que se disponían
con la ayuda de los farmaceúticos (en especial soy muy conocido por los amigos
de Fórmulas Magistrales de la Facultad de Farmacia de la
UCV), hasta violentamos las normas haciendo uso de medicamentos ya vencidos.
Pero todo se acabó. Ya no hay nada que enviar a Fórmulas Magistrales,
ya no quedan blíster vencidos en las gavetas y ya es un crimen y una
desvergüenza poner a los familiares a literalmente, recorrer el país en busca
de las sobras que se hallan colocado a buen resguardo para no ser consumidas
por el dolor de una enfermedad a la cual tampoco se le da cura. La única
esperanza que queda es que en medio de esta mortandad, en donde la mala muerte
de cada venezolano está la muerte de un pedazo del país, llegue el ímpetu y la
conciencia de la realidad de que es necesario no solamente salir de estas
lacras que son Nicolás y sus compinches, sino de entender que quienes siguieron
a la maldición que representó Chávez fueron los culpables y que ellos mismos
están llamados a hacer renacer de sus cenizas esta nación mientras de
manera individual cada uno muere con un pedazo de país.
Charallave, 25 de febrero de 2016
Dr. Fabio Fuenmayor Valladares
Médico Especialista en Cuidados Paliativos
Encargado de la Consulta de Cuidados Paliativos del Instituto de
Oncología y Hematólogía
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