Por Luigino Bracci
1) El chavista de corazón no
necesita ningún carnet para demostrar su condición política: lo demuestra en su
accionar, en su forma de ser, de pensar, de actuar. En su ética y su lucha
contra la corrupción. En su interés por los demás. En su capacidad de
compartir. En copiar el ejemplo de Chávez y de otros líderes de la izquierda,
luchando por los necesitados, por la justicia social. En su interés por lograr
la activación del socialismo como sistema económico. En poner las luchas y los
intereses de la comunidad por encima de sus intereses individuales.
Algunas personas conocidas por
querer demostrar desesperadamente su chavismo a través de todo tipo de
simbologías, franelas rojas, lemas, gritos y chapas, en muchos casos han sido
las primeras en traicionar la revolución, y hay muchos ejemplos de ello.
2) El
"chavistómetro" no existe. No hay forma de medir, probar, demostrar
ni garantizar que todos los que se inscriban en un proceso de inscripción sí
sean chavistas, y que los que no se inscriban sean antichavistas. Muchas
personas de nuestro lado tienen aversión a carnetizarse, mientras que grandes
cantidades de ninis, apolíticos y antichavistas seguramente están pensando en
carnetizarse ante los inevitables rumores falsos de que "quien no se saque
el carnet no podrá comprar en equis sitio" o "no tendrá acceso a tal
servicio" o "no podrá tener apartamento de la GMVV", etcétera.
Hay un precedente reciente: En
2007, al formarse el PSUV, se realizó una fase de registro que logró una
impresionante cifra de 7,2 millones de militantes inscritos, pero en los
referendos y elecciones subsiguientes sólo votaron unas 4,2 millones de
personas a favor del chavismo (entre ellos, cientos de miles de personas que
eran chavistas, pero que no se inscribieron en el PSUV). Esto denotó que una
buena cantidad de las personas que se registraron en el partido no eran
chavistas, pero se habían registrado como tales ante los falsos rumores de que
el inscribirse les permitiría tener acceso a privilegios.
3) En la Cuarta República, las
experiencias de carnetización fueron focos de corrupción, vicios y dieron
origen al llamado "chapeo": recuérdese los famosos carnets que el
partido Acción Democrática entregaba a sus militantes, que eran usados para
acceder de forma privilegiada a determinados bienes y servicios. Algo que para
nada puede ser apoyado por un revolucionario.
4) Aún cuando el objetivo de
los carnets para chavistas no sea el mencionado antes, no será difícil que
ciertos dirigentes políticos o determinados directores de instituciones,
alcaldías o gobernaciones poco éticos, ordenen utilizar usar el carnet de forma
equivocada, exigiéndolo para entregar bienes o servicios, para acceder a
puestos de trabajo, a cupos en instituciones educativas, para chapear,
etcétera. Aún si no fuera así, de seguro la oposición hará falsas denuncias en
medios de comunicación que habrá que investigar y desmentir, lo que en efecto
se convertirá en una distracción.
5) Dados los graves problemas
económicos que tiene el país, ¿estamos en la capacidad de carnetizar a 7
millones de personas usando tarjetas con chip? Estamos hablando de material
importado, que requerirá desembolsar una gran cantidad de las divisas. Es
difícil comprender que se nieguen divisas para otras necesidades del país, pero
sí se usen para carnetizarnos.
¡Mucho cuidado con aquellas
personas que puedan estar sugiriéndole al alto gobierno costosísimos procesos
de carnetización, con el fin de ganar contratos o comisiones!
6) Aún si se decidiera usar
carnets más baratos (de cartulina o papel), hay que recordar que las
editoriales del Estado y los periódicos revolucionarios han tenido severos
recortes en sus impresiones, y muchas de ellas han tenido que recurrir al
formato electrónico ante los problemas de escasez de papel y tinta. Es
difícilmente justificable que disminuyamos la impresión de libros y la cantidad
de hojas de nuestros periódicos, pero de pronto hagamos la impresión de
millones y millones de carnets.
7) Se ha señalado que el
carnet podría ayudar a luchar contra el bachaquerismo. Es importante que se nos
aclare cómo podría ayudar, ya que, por experiencia propia, solemos ver lo
contrario: los bachaqueros son las personas con el tiempo, la paciencia y los
contactos suficientes como para carnetizarse de primerito, mucho antes que el
pueblo trabajador que tiene que cumplir horarios laborales.
Está demás recordar que el
usar un carnet para priorizar, ayudar o favorecer a las personas de una tolda
política por encima de las demás va contra nuestros propios principios: un
gobierno revolucionario tiene que dar prioridad a la gente en función de sus
necesidades desde el punto de vista económico y social, no desde el punto de
vista de quienes sean nuestros partidarios políticos. Un revolucionario no
puede dejar sin atención médica o alimentaria a una señora de bajos recursos,
sólo porque sea adeca o de Primero Justicia.
8) La base de datos de los
chavistas podría filtrarse, ocurriendo discriminación política a la inversa:
empresas privadas que despidan o se nieguen a contratar a quienes aparezcan en
ella.
9) Este proceso de
carnetización va a causar controversias y discusiones muy dolorosas. Por dar un
ejemplo: yo estoy en desacuerdo con muchas de las opiniones que manifiesta Ana
Elisa Osorio, pero si yo soy un operador de carnetización y ella me pide que la
carnetice como chavista, ¿quién soy yo para negárselo? ¿Quién decidirá si ella
es chavista o no? Demasiadas veces la vi al lado de Chávez, como para negarle
el carnet por algunas de sus opiniones recientes, así yo discrepe de ellas. En
todo caso, hay algunas personas del Psuv, de esas que salen todos los días por
VTV, a quienes yo sí les negaría el carnet si me correspondiera a mí decidirlo,
porque su ética, en mi opinión, no se corresponde con las de un chavista.
Entonces: ¿Se manejarán listas
de no carnetizables? ¿Cuáles son los criterios, requerimientos y normas para
meter a alguien en esa lista de no carnetizables? ¿Quién decide a quién
carnetizar y a quien no? ¿Puede esa persona apelar la decisión de no ser
carnetizada? Si el Psuv dice que alguien no es carnetizable como chavista pero
el PCV dice que sí, ¿a quién se le hará caso?
Es conveniente preguntarnos si
queremos caer en este tipo de discusiones divisionistas en este momento
histórico.
10) ¿Qué pasará en aquellos
casos donde una gran cantidad de personas en las comunidades o en entes
públicos, instituciones educativas, misiones o similares rechacen que alguien
sea carnetizado, por su proceder poco ético o su forma de actuar? Si una
persona se carnetizó pero luego la comunidad lo identifica como una persona
poco ética, ¿se le retirará el carnet? ¿Cómo se le obligará a entregarlo?
11) Las personas a quienes se
sigue procedimientos por corrupción, peculado, ineficiencia y similares,
¿podrán carnetizarse? ¿Qué pasará cuando a un malandro, un pran, un corrupto,
un estafador u otro tipo de criminal se le consiga un carnet de
"chavista"? ¿No terminará eso desprestigiando el nombre del
Comandante Chávez?
12) No hace falta tener un
carnet para demostrar su amor al Comandante Chávez ni su apoyo a Nicolás
Maduro. No hace falta carnetizarnos para recibir reportes, materiales,
lineamientos, ni para mantenernos organizados ni comunicados. Tenemos
diferentes estructuras, partidos políticos, infocentros, acceso a computadoras,
teléfonos celulares, redes sociales, chats, páginas web y decenas formas de
comunicación. Un carnet en estos momentos es algo muy costoso, poco útil y
bastante controversial. Que incluso podría generar peleas innecesarias entre
nosotros mismos. Mejor ahorrémonos la discusión y trabajemos en las metas
impulsadas por el propio Presidente Maduro para impulsar la producción y
mejorarnos a nosotros mismos, como personas que seguimos el legado del Chávez.
Creo que la discusión en el Congreso de la Patria no tiene que ir en torno a
carnets, sino en otros aspectos mucho más importantes como chavistas y
revolucionarios.
13-03-16
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