Por Maximiliano Donat, 16/03/2016
Desde Febrero del
1992 se inició un proceso de militarización de la sociedad venezolana y
sus poderes públicos con la asonada militar contra el extinto presidente Carlos
Andrés Pérez.
Después de 16 años en el poder, los militares a través
de Hugo Chávez Frías uno de los líderes de la asonada de 1992 que con su
llegada al poder por el voto popular como presidente de la República, dio
inicio a la Quinta Ola o Militarización del Estado y sus Poderes Públicos,
objetivos planteados desde que este grupo de oficiales fueran estudiantes de la
Academia Militar, según se desprende de sus anécdotas e historias dadas a
conocer después de 1999 cuando se afianzan con un cambio de la Constitución, en la cual se desdibuja la
función militar otorgándole a estos la capacidad no solo del voto ( cosa que
creo nunca se debió dar, pues no puede dársele la capacidad de votar a quien
cuida y vela por la soberanía y siendo quienes monopolizan el uso de las
armasde la Republica) sino una entelequia denominada unión cívico militar que
se convertirá en el motor que impulsa la Quinta Ola o militarización de los Poderes
Públicos.
Hoy el resultado de la unión cívico militar, que de
cívico no tiene sino el nombre, ha permitido que los militares asalten los
poderes públicos, amparados en esa supuesta colaboración pueblo-fuerzas armadas
bolivarianas que han concedido a los militares activos la administración de bancos
del Estado, empresas navieras y aéreas, industrias básicas, mineras o petroleras,
industria pesqueras, agropecuarias y de distribución de alimentos, han legado
hasta no solo tener programas de radio y TV propios, sino radios y televisoras
propias.
En cualquier
otro país, los militares administran o manejan industrias, pero del ramo
militar donde se construyen partes o productos militares finales, pero jamás
encontraremos un país en el mundo democrático donde los militares manejen todo
y cuando digo todo es absolutamente todo como ocurre en Venezuela.
Debo recordar que el presidente Maduro durante un acto de salutación de fin de
año de 2015 a la Fuerza Armada, dijo que ordenó que los militares que están en
diferentes cargos del gobierno “regresen a puestos de mando y a filas activas
en cada componente”. Y el resultado de la Quinta Ola fue inmediata, el 10 de
febrero de 2016 salió en Gaceta Oficial n°40.845, un decreto proveniente del
presidente Nicolás Maduro en el que se ordena la creación de la Compañía Anónima(significa que no le rinde
cuentas a nadie) Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas
(CAMIMPEG), la cual tendrá más poder que Pdvsa.
La Quinta Ola ha
logrado su objetivo final, inundar todos los espacios públicos con las verdes
aguas militares que bajo el manto del Poder incuestionable que ostentan
difícilmente estas aguas volverán a estar sometidas al freno democrático de los
diques de la Ciudadanía.
Las aguas algún día
volverán al cauce natural donde deben estar y realizando las funciones para las
cuales se les creo bajo el mandato civil. La Ciudadanía debe comenzar a poner a
funcionar las bombas de achique y comenzar a drenar esas aguas y los primeros
espacios a ser drenados son los de participación local a fin de fortalecer los
liderazgos locales a través de la reactivación de organizaciones ciudadanas
como asociaciones de vecinos, consejos comunales ( cambiando sus fundamentos
ideológicos) y todo grupo comunitario que motive al Ciudadano al desarrollo
pleno de sus derechos y deberes a fin de remontar desde sus bases comunitarias,
pasando por las parroquiales y llegando hasta las municipales y regionales y
desde allí restituir el nivel democrático y desmilitarizar los poderes públicos
y la sociedad.
Maximiliano Donat
Coordinador Nacional
OngDeCiDo.
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